La Fundación Salud y Comunidad pone en marcha la Unidad Móvil de Cribado del VHC en Valencia

Con el objetivo de facilitar la eliminación de la hepatitis C en los grupos de población más vulnerables y con difícil acceso al sistema sanitario, la Fundación Salud y Comunidad (FSC), con la colaboración de la compañía biofarmacéutica AbbVie, pone en marcha la Unidad de Cribado Móvil (UMC) en la ciudad de Valencia. De esta manera, la entidad busca diagnosticar al mayor número de personas posibles y contribuir así al objetivo marcado por la OMS de eliminación el virus de la hepatitis C (VHC) como problema de salud pública en 2030.

La unidad es un programa multidisciplinar, cuyo equipo profesional está compuesto por una enfermera profesional, responsable de realizar las pruebas rápidas mediante la extracción de sangre y de ofrecer la atención básica sanitaria, y un monitor experimentado encargado de dispensar el material necesario y hacer una pequeña entrevista de las personas cribadas.

“Trabajaremos siempre en continua colaboración con los profesionales del ámbito social y sanitario que desempeñan su función en el Centro de Intervención de Baja Exigencia (CIBE) de Valencia, gestionado y dirigido por FSC”, sostiene Alba Miranda, profesional del Área de Inclusión Social y Reducción del Daño en Drogodependencias de esta entidad. “La unidad se irá moviendo a distintos lugares de Valencia, adaptándose en tiempo y espacio a la población para ofrecerles accesibilidad al diagnóstico, la información y el tratamiento”, afirma.

En los casos de resultado positivo, FSC ofrecerá la derivación a atención especializada y facilitará el acompañamiento a los centros sanitarios. “Cuando una persona da un resultado positivo, en primer lugar, se favorece un espacio tranquilo y seguro para decírselo. Con actitud empática y calmada, se ofrece apoyo e información, se explica que el resultado necesita ser confirmado con una analítica y se brinda acompañamiento y derivación a otros recursos más especializados. Asimismo, se lleva a cabo un seguimiento durante todo su proceso terapéutico”, explica Alba Miranda.

Por otro lado, “cuando una persona da un resultado negativo se le comunica que si tuviera prácticas de riesgo habría que repetirle el test a los 6 meses y se comprobaría que conoce las medidas de protección”, señala.

El proyecto, que se ha iniciado de manera cautelosa debido a la situación actual por el COVID-19, está previsto que se desarrolle durante un año. “Dado que en el CIBE de Valencia están registradas alrededor de 8.000 personas, es allí donde se ha instaurado la caravana y donde se está empezando a cribar y a gestionar acompañamientos a hospitales cumpliendo con todas las precauciones sanitarias. Esperemos que muy pronto podamos desarrollar la actividad a pleno rendimiento”, concluye Alba Miranda.


El trabajo con jóvenes en el ámbito de ejecución penal: oportunidades y retos

En el año 2015 nace el proyecto “Impulso Joven”, fruto de la colaboración entre la Fundación Salud y Comunidad (FSC) y la Secretaría de Medidas Penales, Reinserción y Atención a la Víctima (Departamento de Justicia de la Generalitat de Cataluña), para su aplicación en el Centro Penitenciario de Jóvenes de Quatre Camins (La Roca del Vallés, Barcelona).

La misión principal del proyecto es realizar un acompañamiento integral a los jóvenes internos, y a sus familias, a lo largo del proceso penitenciario, con el objetivo de contribuir a su empoderamiento y desarrollo de habilidades sociales.

La población penitenciaria constituye un reflejo de los cambios políticos, económicos, culturales y sociales que vivimos, y en este contexto se hace imprescindible establecer un análisis detallado de las situaciones y necesidades particulares, con el fin de poder adaptar la intervención a sus especificidades.

En este artículo, queremos poner el foco en el análisis de las características de las personas atendidas el pasado año 2019, en el que se atendió a un total de 30 jóvenes. La edad media de los mismos fue de 23 años. En primer lugar, se puede constatar que la mayoría de los jóvenes atendidos siguen siendo de nacionalidad española (56,6%) y latinoamericana (25,2%). Se trata de jóvenes con baja experiencia laboral y formativa (el 80% no dispone del título de la ESO), que proceden de familias con una situación socioeconómica frágil. Asimismo, prácticamente su totalidad (93%) consume regularmente una o varias sustancias como el alcohol, la cocaína o el hachís y, en algunos casos, presentan al mismo tiempo particularidades relacionadas con la salud mental.

Además, se observa que la gran mayoría de los jóvenes atendidos se muestran motivados para el cambio, y que aprovechan las oportunidades que se les ofrece en el centro penitenciario, y desde el mismo proyecto, para completar su formación, iniciar su carrera laboral y reducir el consumo de tóxicos.

Igualmente, se constata que con frecuencia comparten aspectos personales comunes: dificultad a la hora de gestionar emociones como la ira y la tristeza, sentimientos y actitudes de hostilidad, falta de motivación personal, impulsividad en la relación con sus iguales, baja autoestima y seguridad, apatía e ideas y conductas autodestructivas, entre otras.

Sin embargo, se valora imprescindible trabajar con la particularidad de las personas que se atienden desde el proyecto, ya que cada una de ellas manifiesta características propias de su personalidad y de su historia de vida, lo que conlleva una configuración personal única y, por consiguiente, necesidades de tratamiento distintas.

Los factores descritos han resultado ser objeto de intervención en los jóvenes participantes en 2019 y se han observado patrones familiares que han influido en su aparición y mantenimiento. Estos patrones se refieren al estilo educativo y afectivo de los progenitores que se ve reforzado por la propia dinámica familiar. Concretamente, se identifica un estilo educativo permisivo, caracterizado por límites difusos o la ausencia de estos, en muchos casos, debido a la dificultad de los progenitores de llegar a acuerdos respecto a cómo educar a los hijos/as y/o el deseo de evitar reproducir el estilo educativo de la familia de origen (generalmente autoritario); y un estilo afectivo evitativo y/o ambivalente, en el que se dan respuestas desproporcionadas, inadecuadas y/o inconsistentes a las necesidades básicas de los hijos/as.

Estas dinámicas propician la interacción inadecuada entre el joven y su entorno, ya que tienden a generar sentimientos de inseguridad y miedo al rechazo en los hijos, así como desconfianza en su relación con los demás.  Por todo ello, el abordaje de las mismas con el núcleo familiar juega un papel crucial en su proceso de rehabilitación.

Así mismo, se percibe que los chicos que han nacido y vivido gran parte de su infancia en otros países antes de su llegada a España (un 43,4% de los jóvenes atendidos ha nacido fuera de España), presentan más dificultades de relación con el entorno, debido al cambio cultural y social inherente al proceso migratorio y a la resultante complejidad de la estructura de su sistema familiar.

Por un lado, se da la circunstancia de los jóvenes que han sido criados por la familia extensa en sus países de origen por la migración de una o varias de sus figuras de referencia, debido a la necesidad de hacer frente a las dificultades socioeconómicas con las que conviven. En este sentido, observamos que un 73% de las personas atendidas que tuvieron que emigrar de su país de origen, fueron criados por la familia extensa (consanguínea).

La reagrupación del núcleo familiar en el nuevo país, suele hacerse llegada la adolescencia de los menores y tiende a ser un acontecimiento deseado y temido a la vez, entre otras cosas, por el sentimiento de inseguridad que genera en los mismos el desarraigo del país de origen y de sus cuidadores, así como el de los progenitores, por la incerteza respecto a si conseguirán establecer un vínculo cercano con sus hijos. De nuevo, la intervención con el mencionado núcleo resulta relevante, en este caso, para permitir a los jóvenes elaborar el duelo por la pérdida de las figuras de referencia y la posterior adaptación a la nueva realidad en el país de destino.

Por otro lado, en el proyecto emergen casos de jóvenes migrantes no acompañados. En general, se trata de jóvenes que han crecido en un ambiente carencial y desestructurado, los cuales migran solos siendo menores de edad a este país, se sienten desorientados y se hace patente el hecho de que no existen dispositivos o recursos suficientes que permitan la total integración de estos jóvenes a la sociedad. El porcentaje de jóvenes migrantes no acompañados en el Centro Penitenciario de Jóvenes supera el 70% en la actualidad. Este tipo de situación requiere de metodologías innovadoras que contemplen la figura de un referente que vincule con estas personas y pueda favorecer su acogida en todas sus dimensiones, así como ampliar la red de recursos comunitarios para su reinserción.

En la línea de lo mencionado anteriormente, el análisis realizado de las personas atendidas, permite al equipo de profesionales del proyecto detectar la necesidad de realizar un abordaje más intenso, más allá de los muros del centro penitenciario, con el objetivo de optimizar el aprovechamiento de los recursos comunitarios existentes y favorecer la oferta de nuevos espacios y oportunidades a los jóvenes.


Mireia Oliva Framis
Psicóloga del proyecto “Impulso Joven”
Fundación Salud y Comunidad


"Han sido unos meses muy exigentes a todos los niveles, en los que he adquirido aprendizajes importantes, tanto a nivel profesional como personal"

Mucho han cambiado las cosas desde la primera entrevista a Nico Asensio, responsable del servicio de prevención de riesgos laborales de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), hace ya algo más de 2 años, en la que nos trasladaba la importancia de la prevención en este ámbito, así como de su funcionamiento eficiente en los centros y servicios dirigidos y gestionados por nuestra entidad. En esta entrevista, nos habla sobre prevención de riesgos laborales y COVID-19, en relación a las medidas determinadas por las autoridades sanitarias, seguidas e implantadas en FSC con motivo de la pandemia, entre otros aspectos de interés. 

- ¿Cómo fueron los primeros momentos, en materia de prevención de riesgos laborales en FSC?

Los primeros momentos fueron muy intensos y con mucha incertidumbre, con una demanda interna de información, comprensiblemente elevada, a la que había que dar respuesta, de manera clara y rápida.

Los cambios normativos frecuentes, las indicaciones del Ministerio de Sanidad cambiantes (en ocasiones confusas), las exigencias que nos llegaban a nivel autonómico y local, etc., fueron una constante durante mucho tiempo. Todo ello, nos obligaba a estar atentos en todo momento a cualquier novedad que hubiera que trasladar a los centros de trabajo.

Tengo la impresión que hemos vivido en esos “primeros momentos” durante gran parte de estos últimos meses.

- ¿Qué medidas se han tomado, con motivo de la pandemia?

En las fechas previas a la declaración del estado de alarma (durante el mes de febrero), desde el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales (PRL) de FSC, se adoptó una línea de actuación orientada a colaborar con las autoridades de Salud Pública, haciendo difusión de la información y mensajes de tranquilidad procedentes de estas.

El 27 de febrero, con 17 casos confirmados de COVID-19 en España, emitimos desde el Servicio de PRL el primer comunicado, dirigido a todo el personal de la entidad, informando sobre qué era el COVID-19, cuáles eran sus síntomas, cómo se propagaba, como podíamos prevenirla, etc. Todo ello en función de las evidencias científicas de aquel momento.

Esa actividad de información se ha llevado a cabo de manera frecuente durante todos estos meses y hasta el momento actual.

-  Has hecho mención a la colaboración con las autoridades de Salud Pública…

Sí. No hay que olvidar que se trata de un problema de salud pública y no de salud laboral. A partir del 14 de marzo, momento en que se declara el estado de alarma, los servicios de PRL, pasamos a ser actores colaboradores del Ministerio de Sanidad, cuyas directrices hemos seguido en todo momento, si bien también hemos tomado medidas desde nuestra entidad.

- ¿En qué han consistido estas medidas?

Desde el Servicio de PRL de FSC hemos elaborado un documento marco (PLAN DE PREVENCIÓN, ACTUACIÓN Y CONTINGENCIA FRENTE AL CORONAVIRUS). Todas las medidas adoptadas, están planificadas y previstas este documento que permite que cada centro, en función de su actividad, pueda adoptar las medidas preventivas adecuadas en todo momento.

En función del nivel de riesgo (o exposición) de cada centro, se han tomado las medidas preventivas oportunas y planificadas. No hay que olvidar la diversidad de actividades que abarca FSC y dentro de cada una de ellas, los diferentes escenarios que se pueden presentar, sobre todo si hacemos referencia a los centros residenciales (menores, tercera edad y otros colectivos en situación de vulnerabilidad), motivo por el cual, el nivel de riesgo determinado inicialmente, puede variar.

- ¿En qué sentido?, ¿podrías poner un ejemplo?

Por ejemplo, ante una situación de un residente que sea caso positivo de COVID-19, en este caso, las medidas preventivas han de estar en concordancia con el nuevo nivel de riesgo, tanto a nivel organizativo de la actividad del centro, como en las medidas de protección individual que ha de adoptar el personal que da atención a ese caso. Todo ello está previsto y planificado en el documento marco.

Retomando las medidas concretas que se han adoptado, podríamos elaborar un largo listado de medidas concretas adoptadas, pero en líneas generales:

  • Elaboración de protocolos y documentos de buenas prácticas para prevenir el contagio.
  • Promoción de la higiene personal: adquisición de geles desinfectantes, toallas desechables, ubicándolas en las entradas/salidas de los centros, zonas comunes y zonas de trato directo con el público, para propiciar e incentivar el lavado de manos (colocación de carteles informativos).
  • Extremar la limpieza de puestos de trabajo e instalaciones, aumentado (según proceda) las tareas de limpieza y el uso de productos desinfectantes.
  • Uso de mascarillas: se informa del uso correcto y se colocan carteles que recuerdan esa información.
  • Identificación de personal vulnerable, evaluación del riesgo y adopción de medidas preventivas, si procede.
  • Implementar las medidas necesarias para minimizar el contacto entre el personal y entre este y los usuarios/as o público que pueda concurrir en el centro de trabajo.
  • Actuaciones frente a terceros: control/restricción del acceso de proveedores, clientes, usuarios/as, a nuestras instalaciones para minimizar el contacto.

Otra actividad, que no es propia de los servicios de PRL, pero en la que estamos colaborando con el Ministerio de Sanidad, es la realización del estudio de contactos en el ámbito laboral.

Desde el inicio, hemos sido esos -tan nombrados actualmente- “rastreadores” de contactos, determinando, cuando ha sido necesario, el confinamiento preventivo del personal que había sido contacto estrecho de un caso sospechoso o confirmado de COVID-19.

- ¿Qué destacarías de la implementación y seguimiento de estas medidas en los centros y servicios gestionados y dirigidos por FSC?

Sin quitar reconocimiento a ningún/a profesional de FSC, ya que todos/as lo tienen, quiero destacar el trabajo de las direcciones de los centros de trabajo, que han tenido que implantar todas las medidas preventivas necesarias que se les iba indicando, adaptarse a los continuos cambios que nos veíamos obligados/as a introducir, lidiar con las complicaciones que se iban presentando y hacer posible el mantenimiento de la “normalidad” en las actividades y servicios esenciales que se prestaban y de los que son responsables.

- ¿En qué situación nos encontramos ahora en la entidad, en materia de prevención de riesgos laborales?

Estamos (o estábamos) en una pausa, que parece va a ser más breve de lo que muchos/as preveíamos.  La situación actual empieza a parecerse a aquellos inicios de marzo, algo que esperábamos pudiera ocurrir a las puertas de otoño, no a mediados de julio.

Vamos a ver cómo evoluciona todo, pero hay que estar en alerta y preparados. El coronavirus sigue en España y parece que la estacionalidad no es un factor tan determinante en su control.

La forma en la que pueda evolucionar la situación actual, va a tener mucho que ver con el comportamiento que cada uno de nosotros/as tengamos a la hora de respetar y cumplir las medidas de control y prevención que los organismos de Salud Pública establezcan en cada momento.

No hay soluciones mágicas mientras que no tengamos una vacuna. Por ello, es importante no relajarse a la hora de adoptar las medidas preventivas esenciales: distancia de seguridad e higiene frecuente de manos, unido a la medida accesoria y obligatoria de utilización de mascarillas en los términos que las autoridades sanitarias establezcan en cada momento y en cada territorio.

- ¿Qué dirías que se ha aprendido hasta el momento actual?

Creo que, si algo hemos aprendido, es que no se pueden hacer predicciones, hay muchas variables que intervienen en la “ecuación”. Demasiadas incógnitas por despejar, como para aventurarse a predecir, por ejemplo, un escenario futuro.

Sea lo que sea lo que nos depare el futuro a corto plazo, seguro que vamos a estar mejor preparados en materia de prevención de riesgos laborales.

- Para finalizar, ¿cómo has pasado tú estos meses, en cuanto a vivencia personal, familiar, etc.?

Han sido unos meses muy exigentes a todos los niveles, en los que he adquirido aprendizajes importantes, tanto a nivel profesional como personal.

He tenido la suerte de poder trabajar de manera aislada en las oficinas de FSC durante todo el confinamiento. Algo que no hubiera sido posible si mi situación familiar, por temas de conciliación, no me lo hubiera permitido.


La Comunidad Terapéutica “Can Coll” de FSC vuelve de forma progresiva a una cierta normalidad tras el estado de alarma

En este servicio de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), hemos vivido un confinamiento muy especial por la tipología del centro, derivado de la declaración del estado de alarma por la crisis sanitaria del COVID-19, que queremos compartir, a través de las acciones que se han realizado para prevenir posibles contagios. En el momento actual, para que la vuelta se realice con plenas garantías de seguridad y con los criterios establecidos, se han centrado todos nuestros esfuerzos en cumplir con rigurosidad las indicaciones de las autoridades sanitarias y de prevención de riesgos laborales, determinadas desde FSC.

Durante estos meses, hemos podido mantener el ritmo de tratamiento, adaptando las fases de evolución terapéutica de los usuarios/as a la situación de emergencia sanitaria provocada por la pandemia.

Se han llevado a cabo cambios a nivel de organización del equipo de intervención, alargándose los turnos horarios, y a su vez, se han espaciado los días de asistencia al centro, para minimizar el número de personas que entraban y salían, garantizando la seguridad de las personas usuarias. Con este fin, se han cumplido de forma estricta los protocolos determinados por las autoridades sanitarias, y por el Departamento de Riesgos Laborales de la Fundación Salud y Comunidad.

Igualmente, facilitamos el máximo de horas de confinamiento en su domicilio del equipo profesional del centro, con el fin de minimizar riesgos y garantizar su seguridad, poniendo asimismo los medios necesarios para evitar posibles contagios en el servicio.

Por otra parte, se realizaron la mayoría de dinámicas grupales en el exterior de la casa, haciendo uso de mascarillas, procediendo a la desinfección sistemática de espacios y objetos, y garantizando, en la medida de lo posible, la distancia de seguridad personal.

Además, el centro se cerró a proveedores externos, llevando a cabo la recepción de pedidos en el exterior de la casa, limitando el acceso a los despachos por parte de las personas usuarias, y no realizándose ingresos nuevos, hasta que el Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia de la Generalitat de Cataluña lo autorizó.

Una vez pasados los momentos más restrictivos del estado de alarma por las medidas impuestas, se han llevado a cabo, si bien de forma progresiva, salidas de los usuarios/as del servicio durante el fin de semana y visitas de sus familiares, cumpliéndose siempre los protocolos de seguridad.

Según nos traslada el equipo profesional del centro, el confinamiento ha sido muy duro para todos los profesionales y también, para las personas usuarias del servicio, pero podemos decir, con gran satisfacción, que se han podido superar estos difíciles momentos sin ningún contagio, realizándose pruebas PCR al equipo profesional y a los usuarios/as, y pruebas serológicas al equipo.

Una vez se empezaron a dar las oportunas altas terapéuticas por finalización de tratamiento, una persona que acabó su estancia, músico de profesión, quiso hacer un regalo al centro, como muestra de agradecimiento, que queremos compartir.

Se trata de un vídeo musical que expresa muy bien el vínculo terapéutico que se forja con los tratamientos realizados en la Comunidad Terapéutica “Can Coll” de FSC, un vínculo que muchas veces va más allá de lo profesional, y que nos hace mejorar a todos/as como personas, ya que siempre se aprende de la convivencia.

Esperamos que os guste y lo disfrutéis tanto como nosotros/as.

 

https://www.youtube.com/watch?v=qGwMdRb-dhs


La comunicación de las personas mayores con sus familiares: clave para paliar la soledad durante el estado de alarma en la Residencia de Gavá

Uno de los colectivos más afectados por la crisis sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19 han sido los centros de atención a personas mayores. En el caso de la Residencia y Centro de Día de Gavá, en Barcelona, gestionada y dirigida por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), con la declaración del estado de alarma, a mediados de marzo, nos vimos obligados a cerrar el servicio al exterior, no permitiéndose la entrada de familiares. Nuestro deber era proteger y salvaguardar al máximo a las personas mayores, usuarias del centro. Y así seguimos haciéndolo hasta la fecha de hoy.

 Según nos traslada Carola Casol, trabajadora social de este servicio de titularidad de la Generalitat de Cataluña, los meses de abril y mayo no fueron nada fáciles. “Los usuarios/as se tuvieron que confinar en sus habitaciones, se tuvo que cambiar la organización, los circuitos anteriormente establecidos... prácticamente cada día había cambios y tuvimos que ir adaptándolos. Muchos mayores, debido a su patología, no entendían por qué su familia no podía visitarlos y el motivo de no poder salir de la habitación o a la calle, de acuerdo a su rutina anterior”.

“Para poder apaciguar la situación de confinamiento, desde el centro se organizaron videollamadas con las familias para que, al menos una vez a la semana, pudieran hablar y verse a través de las pantallas, así como llamadas telefónicas casi diarias, lo cual ayudó enormemente a sobrellevar la situación”, explica Carola Casol.

Un momento muy emotivo lo protagonizó la visita de Raquel Sánchez, alcaldesa de Gavá, el día de San Jorge, el pasado mes de abril. La alcaldesa quiso apoyar a las personas mayores usuarias del centro, así como a los profesionales del servicio, para mostrar el agradecimiento y la estima a los mayores por parte de toda la población.

Raquel Sánchez hizo entrega de un gran número de rosas a las personas usuarias, en nombre del Ayuntamiento de Gavá, un gesto muy valorado por los usuarios/as del servicio. En esta visita, la alcaldesa de Gavá fue recibida por Paloma Barrera, coordinadora higiénico sanitaria, en representación del servicio.

Otro de los momentos más emotivos llegó a finales del mes de mayo, con la iniciativa “Los Balcones de la Concórdia”, a través de la cual se determinó cita previa para poder ver, ya en persona, a los respectivos familiares. Cada persona mayor salía al balcón en el momento establecido y su familia la podía ver desde la calle. Las emociones eran vividas a flor de piel, tanto por parte de los usuarios/as, como de la familia y de los profesionales que estaban supervisando la actividad. “Muchas familias nos hicieron sentir como un miembro más, fueron momentos de verdadera unión”, señala la trabajadora social.

Por suerte, la situación fue mejorando y desde finales de junio, hemos podido dar un paso más. Se han organizado visitas una vez por semana al exterior del servicio, aplicando con rigurosidad todas las medidas del protocolo de seguridad (dos metros de distancia, una sola persona por visita, utilización de guantes y mascarilla y establecimiento de la norma de no poderse tocar la cara). Desde entonces, los usuarios/as han podido salir a la calle, y lo han hecho para poder ver de forma más cercana a un miembro de su familia. “El primer día, estaban realmente emocionados; para el equipo profesional ha sido muy importante poder dar este paso más”, afirma Carola Gasol.

En estos momentos, ya desde la distancia y con serenidad, una vez que ha pasado lo peor, cabe buscar el aprendizaje a toda esta situación, señala la trabajadora social del servicio. “Igualmente, todos los profesionales del centro, dirección, equipo técnico, y en especial los psicólogos/as, equipo auxiliar, recepción, cocina, limpieza, lavandería... durante estos meses han dado el 200% y han demostrado que son unos héroes por estar ahí, por darlo todo. Por tanto, destacaría la entrega y el aprendizaje”, expresa.

“Además, cabe poner en valor el papel de las familias. Ellas han sufrido mucho ante toda esta adversidad e incertidumbre. Han confiado ciegamente en nosotros/as y nos han animado a seguir adelante, lo cual es verdaderamente satisfactorio. Cuando la vida te sacude de esta manera, te hace replantearte creencias y valores. Estoy convencida de que todos/as hemos aprendido mucho como personas, y hoy no somos los mismos/as que en el mes de marzo, cuando empezó todo”, reconoce la trabajadora social.

Desde la Fundación Salud y Comunidad nos sentimos muy satisfechos por haber cumplido, a través de todas estas iniciativas de comunicación, nuestro objetivo de tratar de paliar la sensación de soledad que han podido sufrir durante algunos momentos las personas mayores usuarias de este centro, sentimientos que se vieron incrementados por las restricciones de acceso a las residencias, impuestas durante el estado de alarma para frenar la expansión del COVID-19.


Miradas feministas al abordaje del uso y dependencia de drogas desde el Proyecto Malva de FSC

La Fundación Salud y Comunidad (FSC) acaba de presentar un nuevo material denominado “MIRADAS FEMINISTAS AL ABORDAJE DE DROGAS. Guía breve para incorporar la perspectiva de género en el ámbito de drogas“, impulsado por el Proyecto Malva, que ha sido financiado por el Plan Nacional Sobre Drogas (PNSD).

La perspectiva de género es necesaria en el ámbito de drogas por el estigma, aún latente en nuestra sociedad, hacia las personas que presentan consumos problemáticos y, en el caso de las mujeres, en relación a una fuerte penalización por alejarse de lo que se espera socialmente de ellas, tal y como se señala en esta guía.

Igualmente, se mantiene que ciertos consumos son incompatibles con las expectativas de la feminidad, lo cual tiene consecuencias graves. Algunas de estas consecuencias se refieren a la invisibilización de los consumos de las mujeres, tanto del tipo de consumo (por ejemplo, mayor consumo de hipnosedantes, con y sin receta y de otras drogas legales) o el modo en que consumen (mayores consumos en soledad, lo que dificulta su accesibilidad a recursos asistenciales); estigmas hacia las mujeres consumidoras, directamente relacionados con el género y su sexualidad (atribuyéndole la imagen social de “mala madre”, “viciosa”, “fracasada”… lo cual tiene un fuerte impacto en la salud individual y colectiva) o mayor rechazo y abandono de las mujeres con problemas de adicciones (se ha demostrado que llegan en más proporción solas a los servicios de tratamiento).

En esta guía, recientemente presentada, también se indica que las mujeres recurren más tarde y más deterioradas a los recursos especializados en drogodependencias. Ello es debido a que las barreras de acceso y permanencia en los mismos, están relacionadas con las penalizaciones de género y las “lógicas androcéntricas” de los servicios.

  • Datos desagregados por sexo: debemos desagregar los datos para visibilizar la realidad estadística de mujeres, hombres y personas no binarias, pero cuantificar a las personas que acceden al recurso no es suficiente; es necesario aplicar un análisis con perspectiva de género –“PG”- (considerando los roles, mandatos, estereotipos y estigmas), que nos permitirá comprender qué hay detrás de las cifras.
  • Indicadores de género: es importante elaborar indicadores de género, tanto cualitativos como cuantitativos, en la evaluación. Estos se formulan considerando las actitudes, creencias y sistemas de valores en función del género, así como de la relación de las mujeres con y en el recurso (acceso, permanencia, toma de decisiones, etc.).
  • Formación de profesionales y voluntariado en las teorías feministas del género: es imprescindible que las personas que trabajan en drogas estén formadas en “PG”, preferiblemente de manera presencial, vivencial y a través de metodologías participativas.
  • Enfoque Integrado de Género y acciones específicas: la “PG” no es un tema o punto y aparte en el proyecto o programa; es una cuestión transversal, por lo que debe estar presente en todas sus fases. Paralelamente, debe acompañarse de acciones específicas para promover la equidad.
  • Dotación presupuestaria con “PG”: resulta imprescindible dotar de recursos financieros a las acciones específicas y al fomento de la transversalidad de género.
  • Lenguaje no sexista e imágenes no estereotipadas y diversas: es fundamental que, en la redacción de los proyectos, informes y memorias, así como en el diseño de materiales, utilicemos un lenguaje inclusivo, que evite el masculino genérico y la terminología sexista. También, que hagamos uso de imágenes, colores y formas no estereotipadas y que fomenten la diversidad.

La perspectiva de género debe visibilizar y contrarrestar “desequivalencias estructurales” existentes en la sociedad y, por tanto, ser una herramienta de cambio hacia la equidad. Según insiste el equipo técnico del Proyecto Malva de FSC, “no estaremos aplicando la PG si partimos de enunciados generalistas que carezcan de base teórica feminista o si reforzamos desigualdades”.

Otra idea clave de este documento se refiere a que un buen ejercicio sería plantearse desde cero el recurso/intervención incorporando la “PG” y descubrir qué cambios serían necesarios para, posteriormente, llevarlos a cabo. No hay que perder de vista que los recursos asistenciales, así como muchos tratamientos terapéuticos, según se mantiene, se idearon en un momento en que básicamente los hombres los demandaban y acudían a ellos.

También, en esta guía se determina que es imprescindible poner a las mujeres en el centro. En este sentido, desde el Proyecto Malva de FSC se afirma que “tenemos mucho que aprender de las estrategias que han desarrollado a lo largo de sus vidas para resistir y sobrevivir a las violencias sufridas por el hecho de ser mujeres y, por otra parte, consumidoras. Ellas son expertas en sus propias realidades y deben ser las protagonistas en los recursos”.

Tal y como se hace constar en la contraportada de esta guía, la mirada de género es una necesidad, una cuestión de derechos y de efectividad de las intervenciones. De ahí la importancia de esta iniciativa, impulsada desde nuestra entidad, elaborando esta guía sobre perspectiva de género en el ámbito de drogas, que ofrece recursos y herramientas con este fin.


Acceso a la guía:

https://www.drogasgenero.info/wp-content/uploads/Libreto_DrogasGenero_Malva_2020.pdf


La Red EPF de Voluntariado de FSC participa por primera vez en el “III Festival Apoye. No Castigue 2020”

Recientemente, ha tenido lugar la acción “Apoye. No Castigue 2020”, una iniciativa a la que se le ha querido dar una gran visibilidad a nivel mundial que promueve tanto la reducción de riesgos y de daños, como las políticas de drogas en las que se prioricen la salud pública y los derechos humanos, enmarcada en este festival, celebrado del 15 al 28 de junio.

Debido a la crisis sanitaria mundial del COVID-19, las acciones previstas para este día se tuvieron que reorganizar y adaptar a las circunstancias actuales, haciendo uso de las nuevas tecnologías, con la mirada puesta en que la reducción de daños se incorpore en la agenda política mediante el fortalecimiento de la capacidad de movilización de las comunidades afectadas y sus aliados, e igualmente, a través de la apertura de un diálogo con las personas responsables de formular las políticas, y la sensibilización de los medios de comunicación y la opinión pública.

El proyecto “En Plenas Facultades” de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), tuvo la oportunidad de participar por primera vez durante la noche del 21 de junio, a través de la Red EPF de Voluntariado, junto a otras personas expertas en la temática a nivel internacional, en un espacio – en concreto en el panel “Educación psicoactiva” –  en que se abordaron las políticas de drogas, en relación a los sistemas de educación actuales.

El objetivo de este panel era reflexionar y comprender la “educación psicoactiva” desde el paradigma de la reducción de riesgos y de daños en el consumo de drogas, su importancia en el contexto actual y sus implicaciones futuras.

Este espacio se extendió durante más de una hora, en torno a las siguientes cuestiones, de especial interés por todo lo que aportaron al debate y que nos trasladan desde el proyecto EPF:

  • ¿Cómo se ha abordado tradicionalmente el tema de las sustancias psicoactivas en las instituciones de salud?
  • ¿Qué rol juega el estigma para ofrecer educación sobre drogas?
  • ¿Cómo contribuyen los paradigmas de reducción de riesgos y de daños, y gestión de placeres a la hora de abordar la temática sobre drogas en espacios educativos?
  • ¿Qué programas o estrategias contribuyen mayoritariamente al cambio de paradigma en la educación psicoactiva?
  • ¿Cuáles son los retos y oportunidades en este momento, de cara a desarrollar nuestras actividades educativas?

Como conclusión general, se determinó que el papel de la educación en valores y derechos humanos es fundamental a la hora de hacer el cambio de paradigma, especialmente centrado en la “desestigmatización” de las personas usuarias de sustancias y también, que es clave la implicación de los gobiernos y de la sociedad civil en el desarrollo e implementación de políticas públicas que fomenten la promoción de la salud.

Además, se acordó que las estrategias para abordar este fenómeno han de ser críticas y reflexivas, a través de la utilización de metodologías participativas y vinculadas a la realidad de cada territorio.

Por último, en este espacio se concluyó que tanto desde los proyectos dedicados a la educación y promoción de la salud en el ámbito de las drogas, como es el caso del proyecto EPF de FSC, como desde los gobiernos, se debe ser capaz de entender y comprender a la juventud como un colectivo que ha de ser considerado, en relación a sus derechos, a la hora de diseñar los programas a ellos/as dirigidos, especialmente en el caso de Latinoamérica.

Según nos informan desde el proyecto EPF, el vídeo del panel ha tenido 1.500 reproducciones desde su lanzamiento y ha sido compartido a través de la red social Facebook casi 50 veces, siendo uno de los más vistos y compartidos de todas las actividades organizadas por el festival.

En conclusión, la participación en este encuentro fue muy fructífera, ya que pudimos dar a conocer el proyecto EPF y la Red EPF, así como nuestra experiencia en la educación y promoción de la salud. Igualmente, pudimos conocer de la mano de expertos/as otras realidades y entornos educativos que se están llevando a cabo en Latinoamérica, especialmente enriquecedoras.

Acceso al vídeo con la participación del proyecto EPF en el panel:

 

https://www.facebook.com/FestivalApoyeNoCastigue/videos/2930783790496225


CEAM de Altea: de centro de atención presencial a personas mayores a albergue durante el estado de alarma para acoger a personas sin hogar

En esta entrevista, Marga Planells, responsable de Administración del Centro Especializado de Atención a Mayores (CEAM) de Altea, de titularidad municipal, gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), nos habla de cómo se ha ido adaptando el servicio durante el estado de alarma y el recorrido hasta el momento actual, en el que se han reactivado los servicios de fisioterapia, podología y peluquería con cita previa, así como el de cafetería del centro. Como dato curioso, el centro de atención a personas mayores se habilitó como albergue para acoger a personas sin hogar, mientras duró el confinamiento, con un aforo de 10 personas.  Una experiencia inesperada, debido a las circunstancias de la pandemia, que ha aportado un gran aprendizaje y bagaje al equipo profesional del servicio.

- El pasado día 13 de marzo, se suspendieron presencialmente las actuaciones en el CEAM, con motivo del estado de alarma.  ¿Qué papel han desempeñado las nuevas tecnologías ante esta nueva situación?

Muy importante. Los distintos profesionales que daban servicio hasta esa fecha, siguieron realizando sus funciones haciendo uso de las nuevas tecnologías, gracias a las cuales se pudieron mantener -con las limitaciones lógicas- las clases de los diferentes talleres: de informática; taichí; de movimiento; de yoga y taller de idiomas.

- ¿De qué forma se organizó la atención a los usuarios/as, haciendo uso de las nuevas tecnologías?

Se crearon un total de 25 grupos de WhatsApp para cada una de las actividades (fisioterapia, podólogo, yoga, taichí, pintura, cerámica, bolillos, lectura, inglés, español, mente activa, costura, poesía, gimnasia, pilates, hidroterapia…), a través de los cuales se remitieron vídeos de actividades y ejercicios de fisioterapia.

Estos vídeos se han ido subiendo a la web de la Fundación Salud y Comunidad, concretamente se pueden ver en el enlace https://www.fsyc.org/ceam-altea/, de forma que todas las personas mayores y sus familiares pudieran verlos, durante el confinamiento en casa.

Paralelamente a estas actuaciones, los monitores/as mantenían contacto telefónico con los usuarios/as. Se procedió a llamar semanalmente a todos aquellos/as que no tuvieran WhatsApp, para estar en contacto con ellos/as y que no se sintieran solos, transmitiéndoles la información necesaria, tranquilidad, e interesándonos por su estado físico y psíquico.

- La comunicación en esos momentos era muy necesaria…

Sin duda, nuestro objetivo era estar en contacto de una forma u otra con cada uno de ellos/as, sobre todo con las personas que sabemos que no disponen de redes de apoyo familiar, para así ayudarles a resolver cualquier incidencia que les pudiera surgir, canalizándolas hacia el servicio que fuera necesario.

Por otra parte, también ha sido importante, la comunicación con el Departamento de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Altea, al que se ha informado de las distintas actividades que se han ido realizando, y con el que seguimos manteniendo un estrecho contacto.

- ¿Qué destacarías además de estos meses, en los que habéis tenido que adaptar la actividad del CEAM de Altea?

A partir del día 2 de abril, compartimos esta actividad con la apertura del ALBERGUE TEMPORAL ALTEA para personas sin hogar, siguiendo instrucciones de los Servicios Sociales, servicio que estuvo abierto hasta el 15 de junio, coincidiendo con la entrada en la Fase 3 de la Comunidad Valenciana.

Desde este momento, las funciones del personal asalariado del CEAM cambiaron, ya que el servicio tuvo que ofrecer atención presencial durante las 24 horas. Para ello, se establecieron tres turnos rotativos diariamente (de 08:00 a 15 horas; de 15:00 a 22:00 horas y de 22:00 a 08:00 horas). Los dos primeros con personal del CEAM y el turno último, de noche, con personal del servicio de ambulancias DYA de Altea.

Para ello, se gestionó y coordinó con los Servicios Sociales cada una de las necesidades puntuales, tales como llamadas a centros de salud, consultas médicas, medicación, farmacia, Unidad de Conductas Adictivas (UCA), etc.

- ¿Qué servicios se ofrecieron a los usuarios/as?

Los usuarios/as del albergue contaron con servicio de camas, tres comidas programadas al día; zona de higiene personal; zona de recreo al aire libre; lavandería; televisión y WiFi.

Además, pusimos a disposición de los usuarios/as del albergue juegos de mesa, tales como parchís, ajedrez, puzles, cartas… para que ocuparan su tiempo.

Por otra parte, se les proporcionó pintura para que pintaran la parte inferior de las paredes de la parte externa de la terraza del servicio y las paredes interiores de la cafetería, y estuvieron ayudando en la limpieza de los espacios habilitados para el descanso y las comidas, tareas, todas ellas, que realizaron con buena actitud y disposición.

- Con el paso a la Fase 1 de la desescalada el pasado 18 de mayo, ¿de qué forma se empezó a reactivar el servicio del CEAM?

A partir de esa fecha, se reanudó el servicio individual con cita previa en la peluquería y el podólogo, por las mañanas. Por otra parte, también el servicio de fisioterapia, ofreciendo diversos horarios, los mismos que se establecieron en el servicio de cafetería.

- ¿Y cuál es la situación actual?

Desde el mes de julio, el horario de verano es de 08:00 a 15 horas. Seguimos trabajando con cita previa, atendiendo a los usuarios/as en los servicios de fisioterapia, podología y peluquería, y con el servicio de cafetería abierto en los horarios determinados. Ello ha requerido reorganizar los turnos de trabajo, para poder atender correctamente a los usuarios/as.

Por otra parte, los talleres permanecen cerrados presencialmente al igual que la piscina.

- Con la reanudación del servicio, ¿qué medidas más específicas se han tomado para garantizar la seguridad de las personas mayores y del equipo de profesionales que trabaja en el centro?

Siguiendo los protocolos establecidos, se han implementado diferentes medidas para evitar posibles contagios, las que se vienen realizando en todos los centros de día de atención a personas mayores en la Fundación Salud y Comunidad.

Por otra parte, se ha confeccionado un plan de contingencias y un protocolo de limpieza, que ha sido seguido con rigurosidad y que han sido entregados a los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Altea.

- Llegado este punto, ¿cómo resumirías “el sentir” del servicio y de sus profesionales en el momento actual?

De mayor tranquilidad. Las experiencias vividas, a raíz de la pandemia, nos han aportado mucho. Hemos crecido como personas y profesionales, sobre todo teniendo en cuenta la experiencia vivida en el albergue con un colectivo, el de las personas sin hogar, con el que no habíamos trabajado anteriormente, al tratarse nuestro centro de un servicio de atención a personas mayores.

Un colectivo, el de las personas sin hogar, que, en un principio, por desconocimiento, nos infundía ciertos miedos e inseguridades.

Lo bonito de la experiencia ha sido ver cómo íbamos ganando terreno a nuestros miedos con la convivencia y el trato diario, dándonos cuenta de que todos somos personas y lo importante es el respeto, si bien también ha habido momentos delicados que hemos sabido afrontar. Por tanto, ha habido mucho aprendizaje y enriquecimiento personal y profesional en todo ello.


Retos superados por el Programa Ruptura de acogimiento familiar durante el estado de alarma

En apenas unas semanas, se cumplirán 3 años desde que la Fundación Salud y Comunidad (FSC) asumió el compromiso de gestionar el Programa Ruptura, a través del cual, jóvenes de 13 a 17 años de origen francés realizan una estancia temporal (entre 3 y 6 meses), atendidos/as por familias de acogida que, nuestra entidad selecciona y forma para este fin.

Desde entonces, más de 40 jóvenes han podido disfrutar de esta experiencia, en muchos casos difícil, pero en la mayoría de casos enriquecedora. Sin embargo, nada parecido con lo vivido desde la declaración del estado de alarma del pasado mes de marzo, y que nos ha tenido a todos/as casi 3 meses confinados.

Concretamente, 8 jóvenes (2 chicas y 6 chicos) se encontraban en diferentes familias de acogida ubicadas en municipios de la Marina Baja y Alta (Alicante), en el momento en el que, debido a la declaración de pandemia por el COVID-19, tuvieron que interrumpirse todas las actividades que se venían realizando e iniciar un proceso que ha resultado, en algunos casos, muy complejo.

Es fácil imaginar que, si para todos nosotros/as la experiencia ha sido, como poco, complicada, para un joven que no conoce nuestra lengua, a más de 1.000 km. de los suyos y en una familia que no es la suya, la situación podía haberse convertido en casi dramática.

Teniendo en cuenta este aspecto, el equipo profesional del Programa Ruptura se marcó como prioridad ofrecer a los jóvenes participantes en este programa, mayores alternativas de contacto telefónico con sus allegados, e igualmente a través de las redes sociales, y a su vez, aumentar el seguimiento y atención por parte del equipo profesional del programa, aunque fuese telefónicamente.

No obstante, aunque en los primeros días nos encontramos con sentimientos de incertidumbre, miedo e incomprensión, gracias al esfuerzo realizado por las familias de acogida y al trabajo coordinado entre todos los técnicos/as que trabajan en el proyecto, la situación se fue relajando; incluso podemos decir que, por momentos, las familias y los jóvenes aprovecharon para realizar actividades conjuntas que, hasta esos momentos todavía no habían realizado.

Según hemos podido saber, a los técnicos/as del programa, les era grato escuchar durante las llamadas diarias de seguimiento que se realizaban, cómo entre todos/as, jóvenes y familias, desarrollaban la imaginación y la creatividad para ocupar parte del mucho tiempo libre que disponían.

Intercambio de recetas de cocina, juegos de mesa, sesiones de visionado de series y películas, talleres de lectura y aprendizaje de nuestro idioma, realización de rutinas físico deportivas, jardinería y, en definitiva, un sinfín de actividades que, en la mayoría de los casos, favorecieron la creación de vínculos más fuertes entre las familias y los jóvenes.

Aunque, también cabe comentar que, no todo se ha ido desarrollando siempre como hubiésemos deseado; ya que, también surgieron momentos de tensión, en los que fueron aflorando algunos de los problemas que los jóvenes ya traían. Pero, viendo la parte positiva de todas las situaciones, estas incidencias que han surgido, también han supuesto nuevas oportunidades de cambio y de trabajo sobre la resolución de conflictos entre las familias y los jóvenes atendidos.

De todas estas tensiones, quizás las más difíciles de tratar han sido las generadas por los jóvenes que tuvieron que ver cómo sus vuelos se cancelaban, llegada la fecha de su retorno a Francia, sin ninguna fecha prevista. En algunos casos, los jóvenes demostraron una capacidad de comprensión y de paciencia sorprendentes, pero en otros, llegamos a vivir momentos muy duros; teniendo incluso que solicitar la intervención del Cónsul Honorario de Francia en la Agencia Consular de Alicante, quien intercedió para conseguir un vuelo de retorno y los correspondientes salvoconductos para desplazarnos por territorio nacional y también a la llegada de los jóvenes a Francia.

Actualmente, una vez superadas las fases de la desescalada, de los 8 jóvenes que comenzaron el confinamiento permanecen 6; quienes, afortunadamente han ido retomando sus actividades con ilusión y conocedores de haber sido capaces de superar una de las mayores experiencias vitales de sus existencias.


Compromiso y máxima profesionalidad siempre, en el cuidado a las personas mayores de la Residencia de Yécora de FSC

Con la entrada en la “nueva normalidad”, una vez finalizado el estado de alarma por la crisis sanitaria del COVID-19, el equipo de profesionales de la Residencia de Yécora (Álava), gestionada por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) y la Asociación Lagunduz, sigue ofreciendo la mejor atención, en el cumplimiento de las medidas de protección sanitarias para mantener a los usuarios/as libres de contagio. Es un gran reto el que se les plantea en esta nueva etapa a trabajadores/as y familiares de residentes, del que estamos seguros que saldrán airosos/as, dada la profesionalidad e implicación demostrada en todo momento, en el cuidado de las personas mayores por parte del servicio.

 Tras la realización de las pruebas pertinentes por el Servicio Público de Salud de la zona, para nosotros/as supone una gran satisfacción poder decir que hemos logrado mantener el centro libre de COVID-19, antes y durante el estado de alarma, así como en el momento actual, con la llegada de la “nueva normalidad”.

Estos meses de estado de alarma han supuesto un proceso de aprendizaje en todos los sentidos, sintiéndonos ahora, si cabe, aún más preparados para seguir manteniendo al virus fuera de nuestro centro y alejado de nuestros/as residentes.

Son muchas las familias de la zona que, durante estos meses, se han dirigido a la Residencia de Yécora para solicitar plaza de residencia, depositando su confianza en nuestro buen hacer. En respuesta a ello, poco a poco, vamos realizando nuevos ingresos, según se van produciendo vacantes, ya que la ocupación a lo largo de todo el año ha sido del 100%.

Durante el período de confinamiento, el equipo de profesionales del centro ha estado muy implicado y se ha mostrado colaborador, haciendo un buen uso de los medios de protección por su propia salud y la de nuestros/as residentes. La labor de todas las personas que en este servicio trabajan, se ha volcado en el acompañamiento y especial atención a los usuarios/as que en el centro residen, ya que, en todo momento fueron muy conscientes del sentimiento de soledad de las personas mayores usuarias, al no poder recibir visitas y no tener cerca a sus familiares.

Como ya explicábamos en otra noticia, con el estado de alarma y la situación sobrevenida, desde la Fundación Salud y Comunidad, se puso en marcha la iniciativa “Ringsistiré”, impulsada en todos los centros de mayores, como medida de apoyo. En el caso de este centro, incorporando la figura de una psicóloga que, todas las tardes, realizaba de una forma más profesionalizada, el mantenimiento de un contacto estrecho de los usuarios/as con sus respectivos familiares, tratando de que pudieran asimilar mejor la nueva situación.

Este contacto se fue realizando a través del teléfono y videollamadas, e igualmente, mediante correo electrónico. Asimismo, a través de esta figura, se potenciaron actividades que hacían más llevadero el confinamiento y la ausencia de visitas a las personas mayores residentes.

Desde un principio, se mantuvo un contacto diario y cercano con todas las familias, compartiendo siempre la información que desde las administraciones nos iban proporcionando y manteniéndolas al día del estado de salud físico y emocional de sus familiares residentes.

A pesar de las medidas restrictivas impuestas por el confinamiento, podemos decir que hemos seguido celebrando cumpleaños o fiestas patronales con menús especiales, amenizados con música popular para seguir manteniendo la alegría, e igualmente, que hemos seguido organizando salidas programadas a la zona de jardín del servicio, siempre pendientes de las medidas de seguridad, que daba un “aire fresco” a la rutina diaria a la que nos sometía el confinamiento.

Durante este tiempo, hemos vivido situaciones muy emotivas y, finalmente, momento especialmente esperado, hemos compartido con nuestros/as residentes el “reencuentro” tan deseado por todos/as, profesionales, familiares y las propias personas mayores, de las que nos sentimos orgullosos/as por lo bien que han tomado las circunstancias y que tanto merecían ese tiempo de felicidad compartida, con sus familiares.

En el momento actual, el equipo de trabajo de la Residencia de Yécora es plenamente consciente de que la amenaza de contagio sigue latente, por lo que las medidas de prevención y protección de la salud propia y de nuestros/as residentes siguen siendo, aún más exigentes, ya que no se puede bajar la guardia ante esta situación de “aparente normalidad”.

Por ello, seguimos trabajando con mucha ilusión y compromiso, con la esperanza puesta en que esta situación, pase a ser tan solo “un alto en el camino”, permita de una vez por todas devolver a nuestros/as residentes el cariño de sus familiares en forma de besos, abrazos y achuchones, tan esperados y deseados por todos/as.

Para finalizar, pero no menos importante, queremos expresar nuestro especial agradecimiento al equipo de OSI Rioja Alavesa, organización sanitaria de referencia que integra el servicio de Atención Primaria de la comarca en la que se integra el servicio, por su implicación y cercanía en todas las actividades que hemos desarrollado, siempre de forma coordinada y con tan buena disposición por su parte.

También, al equipo del Parque de Bomberos de Laguardia que amablemente ha acudido todas las semanas a ayudarnos con las tareas de desinfección del centro, y a la alcaldía y corporación municipal de Yécora, siempre pendientes de nuestras necesidades y dispuestos a ayudar. Sin duda, sin todos ellos/as no hubiera sido posible poderlo contar de esta forma.