La Fundación Salud y Comunidad participa en la Semana de los Derechos de la Infancia en Murcia

El Jardín de la Seda de esta ciudad ha acogido recientemente la Fiesta por la Infancia, con motivo de la Semana de los Derechos del Niño, organizada por la Concejalía de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Murcia.

Durante la jornada, se desarrollaron diversos talleres organizados por asociaciones y entidades que trabajan en el ámbito de la infancia, como es el caso de nuestra entidad, a través del Programa de Urgencia-Diagnóstico “Familias Canguro” y el Programa de Acogimiento Familiar Temporal (ACOFAMT).

Recientemente, se ha celebrado la Semana de los Derechos del Niño, con numerosas actividades de sensibilización y divulgación en Murcia ciudad y en distintas pedanías, que han contado con la colaboración de 31 asociaciones y entidades que trabajan con y para la infancia en esta comunidad, entre ellas la Fundación Salud y Comunidad (FSC).

Esta semana de celebración está enmarcada en la jornada del Día Universal del Niño que se celebra cada 20 de noviembre y está dedicada a todos los niños y niñas del mundo. Un día de celebración por los avances conseguidos en la defensa de la infancia, pero un día también para llamar la atención sobre la situación de los menores más desfavorecidos y dar a conocer los derechos de la infancia.

El lema de esta celebración en Murcia ha sido "el derecho de la infancia a participar en todos los ámbitos donde transcurre su vida”, con especial incidencia en la participación responsable de la ciudadanía. La elección de este lema ha venido motivada por el reconocimiento por parte de UNICEF a la ciudad de Murcia en 2016 con el "Sello Ciudad Amiga de la Infancia". También durante el pasado año se formalizó la “Mesa para la participación de la infancia y adolescencia".

Como colofón a una semana de actividades diversas, el pasado día 19 de noviembre se celebró la Fiesta por la Infancia, como evento más reivindicativo en defensa de los derechos de la infancia. Durante la jornada, que se desarrolló en el Jardín de la Seda de Murcia, se realizaron diversos talleres organizados por asociaciones y entidades que trabajan en el ámbito de la infancia, como es el caso de FSC.

Según explica Beatriz Granados, coordinadora del Programa de Urgencia-Diagnóstico “Familias Canguro” y el Programa de Acogimiento Familiar Temporal (ACOFAMT), gestionados por la Fundación Salud y Comunidad, en consorcio con la Asociación Lagunduz, se organizaron dos talleres que consistieron, por un parte, en la realización y decoración de un árbol de Navidad y, por otra, en decorar un bola de Navidad.

Además, desde estos programas se realizó un “photocall” y la actividad “Vuela alto como te lleven tus sueños”, en la que los menores que forman parte de este programa realizaron unas originales mariposas que dieron vida a un mural, expuesto en el lugar de celebración.

Estos talleres, organizados por nuestra entidad, contaron con un gran número de participantes y lograron que tanto los menores como sus familias disfrutaran de una jornada pensada para promover la convivencia infantil, a través de diferentes valores educativos.

En el marco de esta jornada, también se instaló un rocódromo, en el que los más atrevidos se iniciaron en la aventura de la escalada, así como un escenario con animación. También se desarrollaron actuaciones diversas a cargo de los menores de diferentes programas de entidades y asociaciones.

El día finalizó con un balance positivo de participación de menores en las actividades programadas y en una jornada festiva en la que adultos y niños/as lo pasaron en grande.


Nuevo espacio de Arteterapia en el Taller Sociolaboral de la Fundación Salud y Comunidad

El servicio, financiado por el Departamento de Bienestar Social y Familia de la Generalitat de Cataluña, ha puesto en marcha esta actividad en un momento de transición hacia un modelo, en el que todos los servicios de atención diurna de adicciones van a pasar a convertirse en centros de día. El espacio de Arteterapia como herramienta de intervención ha tenido muy buen aceptación entre los usuarios/as del servicio y está teniendo buenos resultados en su proceso de desarrollo personal.

Tras 25 años de funcionamiento, el Taller Sociolaboral de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) se encuentra en pleno proceso de transición hacia este modelo consensuado desde la Generalitat de Cataluña, y se están realizando los cambios y/o ajustes requeridos.

En la actualidad, el servicio forma parte del modelo de Centro de Día de Inserción, en el que la actividad y la ocupación pretenden ser el medio utilizado para vincular a las personas usuarias con su entorno, de cara a poder desarrollar un trabajo. De esta forma, se procura dotar además a los usuarios/as de un espacio amable, respetuoso e inclusivo en su proceso de deshabituación a las drogas.

Se trata de un tipo de atención semi-residencial, en la que las personas atendidas, además de su tratamiento terapéutico, reciben otras intervenciones (educativas, ocupacionales) en horario diurno más amplio que en los centros ambulatorios. Se distinguen de esta forma del modelo de Centro de Día Terapéutico, en el que fundamentalmente se realizan terapias individuales y grupales.

La aplicación de este nuevo modelo en el Taller Sociolaboral se va a desarrollar en diferentes fases. La primera de ellas ya está en marcha y supone una ampliación del horario de atención a las personas usuarias, así como la incorporación de una nueva figura profesional.

En este sentido, recientemente ha comenzado una nueva actividad de Arteterapia en el Taller Sociolaboral que complementa el trabajo hecho en el Taller con Marquetería. Se trata de un taller, dirigido por una profesional experta en el ámbito (educadora social, arteterapeuta y profesora de arteterapia) en el que también se tiene previsto incluir salidas culturales.

La Arteterapia es un tipo de terapia artística que utiliza el arte como vía terapéutica para abordar trastornos psicológicos, tratar miedos, bloqueos personales, traumas del pasado y otros trastornos. Este nuevo taller ofrece un espacio grupal de seguimiento, crecimiento personal y autoconocimiento a través del arte. Para ello, utiliza diferentes manifestaciones artísticas como la pintura, escultura, música, fotografía, el cine o teatro.

La actividad se realiza todos los viernes (hasta el momento el taller funcionaba de lunes a jueves) con una duración de 2 horas. Durante las sesiones pueden alternarse diferentes actividades artísticas.

Según nos trasladan desde el Taller Sociolaboral de FSC, esta actividad no requiere de estudios o conocimientos previos sobre arte, tampoco tener habilidades artísticas especiales, ya que lo terapéutico se encuentra en el mismo proceso de la actividad, en la persona, y no en el resultado. Por otra parte, esta actividad no sustituye a la terapia psicológica, sino que más bien la complementa.

Entre los objetivos del taller, se encuentran facilitar la expresión y comunicación de los participantes, tratando de que sus emociones tomen colores, líneas y formas para una mejor gestión de las mismas. Por otra parte, pretende llevar a la práctica habilidades sociales y comunicación asertiva, técnicas de resolución de conflictos, etc.

Hasta el momento, el espacio de Arteterapia ha tenido muy buen aceptación en el servicio, así como buenos resultados. Desde el Taller Sociolaboral de la Fundación Salud y Comunidad seguimos trabajando para mejorar un modelo de acompañamiento al tratamiento terapéutico y nos satisface poder contar con resultados cada vez más esperanzadores.

Esperamos que esta herramienta ayude a los/as participantes de la actividad, y a otros que se sigan sumando, a encontrar una forma diferente de expresar sus emociones, pensamientos y a dar forma al futuro que están construyendo. Este es nuestro deseo.


FSC inicia la gestión del centro especializado de atención al mayor de Altea

La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de esta localidad ha adjudicado recientemente el contrato de emergencia para la gestión de este servicio a la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en consorcio con la Asociación de Asistencia Integral Lagunduz. La gestión de este centro tendrá lugar mientras se adjudica la nueva licitación pública mediante un trámite de urgencia.

Nuestra entidad ha iniciado la gestión del centro especializado de atención al mayor (CEAM) de Altea. Concretamente, desde el pasado 2 de noviembre, día en el que se firmó el contrato en las dependencias municipales, con la presencia del alcalde de Altea, Jaume Llinarés; el concejal de Servicios Sociales, Diego Martínez, y el director del Área de Atención a la Dependencia de nuestra entidad, Toni Gelida.

La Fundación Salud y Comunidad ha resultado adjudicataria de esta gestión, dado que cumple, entre otros requisitos, los criterios de solvencia económica y técnica exigidos, a fin de evitar el riesgo de cierre que existía en el CEAM, tras la extinción de la entidad que lo gestionaba.

Un cierre que hubiera provocado un grave perjuicio a los mayores que habitualmente son atendidos en este servicio municipal, así como la pérdida de puestos de trabajo de las personas que trabajan en el mismo (unas 10 en la actualidad). Cabe señalar, por otra parte, que este servicio es considerado un referente por las personas mayores de este municipio.

Los centros especializados de atención al mayor (CEAM) son servicios regulados por la Conselleria de Bienestar Social de la Generalitat Valenciana. Concretamente, a través de una orden se regula el régimen de autorización y funcionamiento de estos centros de servicios sociales especializados para la atención de personas.

El CEAM de Altea es un centro de atención preventiva destinado a proporcionar apoyo y asesoramiento integral que ayude a los mayores a encontrar los recursos necesarios, mediante la coordinación con los servicios sociales generales, así como a realizar una medicina preventiva.

Es el caso de una valoración geriátrica integral (física, funcional, mental y social), que permita a los/as profesionales contar una visión lo más completa posible de la situación sociosanitaria real de los mayores usuarios/as del servicio. También, ofertar una serie de tratamientos para las patologías crónicas más comunes y promover actividades sociales que reviertan en la mejora de su calidad de vida, además de potenciar estilos de vida activos, a través de programas diseñados con este fin.

Desde el CEAM se prestan, entre otros, los siguientes servicios: medicina preventiva, atención psicológica, rehabilitación, fisioterapia, hidroterapia, gimnasia terapéutica, talleres funcionales para potenciar las actividades de la vida diaria y talleres cognitivos, educativos, artísticos, de ocio, relajación y cultura física. También se dispone en este centro de un espacio de cafetería, así como de hemeroteca y de espacios de atención de podología y de peluquería.

Estos servicios están dirigidos a personas que tengan cumplidos los 60 años de edad o de no tenerlos, jubilados o pensionistas que hayan cumplido los 50 años, empadronados en Altea, aunque también pueden hacer uso del centro sus cónyuges. De modo excepcional, también pueden beneficiarse de este centro personas que sin reunir los requisitos de usuario/a, deseen disfrutar circunstancialmente de los servicios que ofrece. Ello, siempre y cuando existan plazas libres y se cuente con la previa aprobación de la dirección del centro y del consejo de usuarios, en su caso.


Cuando se pone en cuestión el “interés superior” de los menores frente a los derechos de visitas

A raíz de lo sucedido este verano con el caso de Juana Rivas, en un país especialmente sensibilizado con la violencia de género, se han abierto “nuevamente” una serie de preguntas, dudas y cuestiones sin resolver… de fácil respuesta si nos ponemos en la piel de los niños y las niñas, pero de difícil solución cuando las voces sobresalientes, como en este caso se han alzado, han sido las de los adultos.

Cuando los niños y niñas presentan un malestar o carencias físicas, no dudamos en dar una respuesta rápida y articular todos los mecanismos necesarios para protegerlos. Pero cuando el malestar es emocional, fruto de un conflicto familiar, y en el peor de los casos -muchos casos- de la violencia machista vivida en el seno de la familia, la articulación de los mecanismos de protección no es tan contundente. De esta forma se distingue entre “protección del menor” y “protección de los derechos del adulto” (en este caso, padre o madre), si bien ambas dimensiones están estrechamente relacionadas.

La protección de los niños y las niñas es un objetivo indiscutible de muchas de las instituciones y entidades sociales que trabajamos en el ámbito de menores, como es el caso de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), y que consideramos que el interés de los menores debe prevalecer sobre todos los demás.

En ningún caso defendemos la pérdida de contacto de los niños y niñas con sus progenitores no custodios. Nuestra pretensión, y hacia ese objetivo encaminamos nuestro trabajo, pasa más bien por un contacto sano-constructivo y no destructivo, amable-afable y no dañino, etc… En este sentido, consideramos que el foco de la mirada tiene que centrarse en los niños y niñas y sus necesidades, pero en ningún caso en los deseos, resentimientos y egocentricidades de los adultos. Y a ello contribuyen decisivamente dispositivos como los Puntos de Encuentro, que facilitan esos contactos minimizando sus riesgos.

Pero, por desgracia, la realidad, en casos como el de Juana Rivas, nos muestra que los niños y las niñas siguen siendo los últimos de la fila y no los primeros. Los cumplimientos de las sentencias judiciales (regímenes de visitas) prevalecen frente al malestar que generan muchas veces estas visitas en los niños/as. Aún levantando la voz para decir basta, el mandato judicial va por delante.

Y nos preguntamos, ¿por qué esos progenitores no custodios que abogan por el bienestar de sus hijos e hijas siguen generando más dolor obligando a sus hijos e hijas a cumplir con los regímenes de visitas, a pesar de ser conscientes del malestar que esas situaciones generan en los menores?, pregunta a la que no encontramos una respuesta fácil.

Por ello, queremos romper una lanza desde los servicios en los que nos dedicamos a fomentar las relaciones paterno filiales, puesto que si bien los estamentos judiciales nos requieren para gestionar los regímenes de visitas, no siempre nos escuchan cuando nuestras propuestas en relación a los contactos se orientan a la suspensión de las visitas, dado el malestar que generan en los niños y las niñas.

Si algo es evidente, es que en todo momento la protagonista de esta historia parece haber actuado movida por un gran ímpetu de protección de sus hijos, y si su caso es considerado como un caso de violencia de género, se debe garantizar el derecho de sus hijos a una vida libre de violencia machista.

Los niños y niñas son en muchas ocasiones víctimas directas de la violencia de género, aunque no sufran agresiones físicas, pero pueden convertirse en un instrumento para perpetuar y mantener la violencia sobre la mujer, y aquí sí entramos en un terreno muy delicado.

En todo caso, si hay antecedentes de violencia de género en el caso de Juana Rivas, se deberían haber tenido en cuenta a la hora de establecer el régimen de visitas, pues el “interés superior” de los menores siempre ha de prevalecer.

En este caso, como es conocido, será un juez italiano el que decida la situación entre los padres y los dos hijos menores, dado que la justicia española, tal y como se han ido sucediendo los acontecimientos, no tiene jurisdicción. El debate sigue abierto…


FSC pone en marcha dos nuevos centros de acogida para menores extranjeros no acompañados en Altea

Se trata de los servicios “CAM El Castell” y de “CAM El Verdader 2”. La necesidad de dar cobertura a esta tipología de centros ha comportado que la Generalitat Valenciana, mediante la adjudicación de un contrato de emergencia, haya asignado a la Fundación Salud y Comunidad (FSC) un total de 34 plazas repartidas entre estos dos centros para atender a menores extranjeros.

En esta tipología de servicio se pretende en un primer momento, mientras se regulariza la situación administrativa y documental de los menores, que éstos aprendan el idioma del país de acogida y que vayan adquiriendo otros conocimientos culturales básicos. Se trata de esta forma de ir poniendo progresivamente en contacto a los menores con los recursos educativos, deportivos o de ocio, con el objetivo de favorecer su integración en el entorno.

Recientemente, Alberto Ibáñez, secretario autonómico de Inclusión de la Generalitat Valenciana, ha visitado las instalaciones del Centro de Acogida para Menores “CAM El Castell”. Un servicio que ha sido rehabilitado durante los dos últimos meses y que empezó a funcionar días previos a su visita.

En este servicio residencial se está atendiendo a un total de 18 menores extranjeros no acompañados que proceden en su mayoría tanto del África subsahariana como septentrional y que han llegado a España por diversas vías. Cabe señalar que, aunque en la actualidad el centro cuenta con licencia para atender a 24 menores, se han acreditado un total de 18 plazas, por lo que se puede decir que el servicio ya se encuentra al 100% de su ocupación.

Durante su visita a las instalaciones de “CAM El Castell”, el secretario autonómico de Inclusión de la Generalitat Valenciana mostró especial interés por la atención personalizada que se estaba llevando a cabo en este servicio, y felicitó a Daniel Montiel, director de este centro, por la labor realizada. Además, quiso conocer de primera mano las actividades que se están realizando en el mismo.

También cabe destacar el espacio de diálogo que se creó y compartió Alberto Ibáñez durante su visita con todos los menores en acogimiento en este centro. Si bien los menores todavía no dominan el castellano, trataron de expresarse de manera clara, cuando fueron preguntados por el secretario autonómico por su estancia en el centro, intereses o expectativas. Hubo una intervención especialmente emotiva por parte de uno de los menores en acogimiento, Baylo: emocionó a todos los presentes al exponer, si bien con cierto esfuerzo a la hora de expresarse, su agradecimiento por la atención recibida en este servicio por parte del equipo profesional. También se refirió a sus deseos de volver a su país de origen cuando haya aprendido un oficio, para de esta forma poder ayudar a mejorar las vidas de otras personas allí.

Por último, señalar que los servicios “CAM El Castell” y “CAM El Verdader 2”, ubicados en Altea, cuentan con un porcentaje muy elevado de trabajadores/as contratados, alrededor de 60. Además, un 60% aproximadamente procede de otros servicios gestionados por nuestra entidad en la comarca alicantina de La Marina. El perfil de estos profesionales/as es el de educador, integrador social, psicólogo, trabajador social, así como personal de servicios generales, administración y dirección.

En breve, el trabajo realizado en “CAM El Castell” tendrá continuidad en el centro “CAM El Verdader 2”, en el que se acogerá a 16 menores que se encuentran en similares circunstancias a los menores acogidos en “CAM El Castell”.


La Residencia “La Verneda” gestionada por FSC apuesta por una cocina especialmente pensada para mayores que sufren disfagia

La disfagia, dificultad o imposibilidad para tragar, afecta a dos millones de españoles, aunque solo un 10% están correctamente diagnosticados y tratados, según ha señalado recientemente el presidente de la European Society for Swallowing Disorders (ESSD), Pere Clavé, en el I Congreso Mundial sobre Disfagia celebrado en Barcelona.

Durante el encuentro, que este año se ha centrado en las personas mayores, los principales expertos/as en disfagia del mundo compartieron sus experiencias profesionales y hablaron de las nuevas herramientas de diagnóstico y procedimientos. También, de la adaptación de la alimentación, de los estándares mínimos de cuidados y de epidemiología.

Esta dificultad que conlleva la disfagia puede ocasionar graves complicaciones nutricionales y respiratorias a las personas, afectando a su seguridad. Por otra parte, puede ser leve, moderada o grave y puede presentarse tanto al ingerir líquidos como en alimentos semisólidos y sólidos.

Un porcentaje importante de las personas mayores presenta algún tipo de disfagia. Durante el congreso se señaló que en los próximos años, esta dificultad afectará a la mitad de las personas que lleguen a los 70 años de edad.

Entre las causas de disfagia en mayores se encuentran: accidentes vasculares cerebrales, enfermedad de párkinson, tumores en la zona orofaríngea, demencias, procesos inflamatorios o consumo de ciertos fármacos.

Durante el congreso se destacó que uno de los principales problemas de los mayores que sufren disfagia es la desnutrición y deshidratación. Según se señaló, las personas mayores dejan de comer en muchas ocasiones porque no pueden, al no presentar la comida la textura y la viscosidad adecuadas.

En el marco de este congreso, la Fundación de Investigación en Gastroenterología (Furega) y ESSD (European Society for Swallowing Disorders) organizaron unos talleres de cocina orientados a enseñar a preparar platos adaptados a personas con disfagia. Estos talleres contaron con la participación de la Fundación Alicia y Gastronomía Nutricional (GAN) y con la colaboración de los “chefs” catalanes Carme Ruscalleda y Fermí Puig.

Según explica David González, director de la Residencia, Centro de Día y Hogar “La Verneda” en Barcelona, servicio perteneciente a la Generalitat de Cataluña gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) junto al Grupo Lagunduz, “fuimos invitados a asistir a estos talleres de cocina y tratándose de un congreso tan interesante, rápidamente planificamos la salida”.

En esta salida participaron residentes y usuarios/as del centro de día, así como sus familiares y también cuidadores principales, que son, en gran parte, según mantiene David González, “los responsables de elaborar sus comidas. Y también nos acompañó una cocinera del centro, así como la animadora sociocultural y la terapeuta ocupacional”.

Según nos explica además el director de este servicio, en la línea de lo que se ha expuesto estos días en el congreso, es fundamental “garantizar una nutrición e hidratación adecuadas a las personas mayores. También, adaptar la textura de los alimentos sólidos y de los líquidos para conseguir una alimentación segura, todo ello con el fin de evitar atragantamientos y broncoaspiraciones de comida, de ahí el interés de estar presentes en este encuentro”.

También nos traslada que, antes de asistir a uno de estos talleres de cocina, el grupo de “La Verneda” asistió a una conferencia de la Fundación Alícia, en la que dio a conocer el trabajo realizado que ha permitido mejorar la alimentación de los pacientes del Hospital de Mataró con disfagia. Básicamente, crear recetas adaptadas a dos de los descriptores de textura, puré espeso y "el aplastable con el tenedor", para crear menús para personas con dificultad para tragar.

Posteriormente, desde la Fundación Alícia realizaron un taller de cocina elaborando dos platos diferentes: una “fideuà” de marisco y otro plato en el que el protagonista era el pollo, acompañado de salsa de soja y miel. Ambos platos fueron realizados de manera tradicional, pero en el momento previo a emplatar se les modificó la textura, triturando la mezcla y además se les añadió por separado las salsas de acompañamiento para combinar tipos de textura.

“Estos platos permiten mejorar la calidad de vida de las personas mayores con disfagia y combaten la malnutrición, por lo que tomamos buena nota”, mantiene el director de la Residencia, Centro de Día y Hogar “La Verneda” en Barcelona.

Tal y como se ha señalado recientemente en el I Congreso Mundial sobre Disfagia, la comida es ilusión y fantasía y es necesario trabajar para que las personas que sufren este trastorno recuperen las ganas de comer con platos adaptados pero atractivos.

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Catalana Occidente dona un año más equipos informáticos a la Fundación Salud y Comunidad

Nuestra entidad quiere agradecer al Grupo Catalana Occidente la donación de 30 ordenadores que han sido destinados estos días a centros de Cataluña y la Comunidad Valenciana. FSC ha recibido desde el año 2014 alrededor de 200 ordenadores procedentes de esta compañía del sector asegurador.

Son diversas las empresas y entidades que han confiado en la Fundación Salud y Comunidad (FSC) y que nos han apoyado a través de donaciones en metálico o en especie, como en el caso de la donación de equipos informáticos.

Teniendo en cuenta las necesidades informáticas de los centros y servicios gestionados por FSC y el papel fundamental que desempeña la tecnología en la gestión y organización de nuestra entidad, ya hace algunos años pusimos en marcha un programa de colaboración con empresas y entidades donantes, con buenos resultados hasta el momento.

Este programa comienza con la captación de los excedentes de equipos informáticos que generan estas empresas y entidades. A estos ordenadores, Pentium Dual Core o superiores, se les realiza una puesta a punto, se les instala el sistema operativo Windows 10, la suite ofimática Office de Microsoft (obtenida a través del programa DONO) y otro software necesario para el funcionamiento diario, y se les deja preparados para navegar por Internet, dándoles así una segunda vida útil.

Estas donaciones proceden de empresas o compañías comprometidas socialmente, como es el caso del Grupo Catalana Occidente y nos ayudan a facilitar el desarrollo de nuestros proyectos y servicios, dirigidos fundamentalmente a mejorar la calidad de vida de los usuarios/as de los centros que gestionamos, a través de su participación en diversos programas y actividades.

Recientemente, el Grupo Catalana Occidente  nos ha donado 30 equipos que hemos destinado a centros del Área de Atención a la Dependencia en Cataluña y la Comunidad Valenciana. Estos equipos son para uso de los equipos profesionales y usuarios/as de estos servicios.

Queremos agradecer a esta compañía líder del sector asegurador español y del seguro de crédito esta colaboración que lleva realizando con FSC desde el año 2014. Esta colaboración también nos ha permitido equipar de mobiliario de oficina algunos de los servicios que gestionamos en Cataluña, gracias al material donado en algunas ocasiones por la aseguradora.

Desde la Fundación Salud y Comunidad estamos muy satisfechos por poder contar de forma continua con el apoyo del Grupo Catalana Occidente a través de la donación de equipos informáticos.


Una mirada crítica a los matrimonios forzados

El matrimonio forzado es un matrimonio celebrado sin el consentimiento libre y pleno de las personas afectadas, o al menos de uno/a de los contrayentes que ha sido forzado/a a casarse.

Nos estamos refiriendo a un tipo de violencia estructural invisibilizada y legitimada por las tradiciones y costumbres. Se trata de una forma de violencia que comporta violencia psicológica, violencia sexual, violencia económica y, en muchos casos, violencia física.

Desde el Servicio de Acogida y Recuperación para mujeres en situación de violencia machista de la comarca del Segrià en Lérida, gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) y el Grupo Lagunduz, dirigido a mujeres en situación de violencia machista y a sus hijos e hijas dependientes, nos trasladan la importancia de profundizar en este aspecto, a través de los testimonios de algunas usuarias del servicio.

Según señala el equipo profesional, estas mujeres son víctimas de esta violencia que las marca desde el mismo momento de su nacimiento. Se trata mayoritariamente de mujeres que proceden de países del norte de África, África subsahariana, Oriente Próximo, Oriente Medio y colectivos de etnia gitana que por la condición de género no pueden decidir sobre su propia vida.

A menudo estas mujeres se ven obligadas a asumir las responsabilidades del hogar y de la familia, no pueden estudiar, se casan mayoritariamente a edades muy tempranas y, en general, se ven privadas de poder vivir de una manera natural su infancia. Todo ello hace que crezcan con la idea que su vida ya está organizada, más allá de los sueños e ilusiones que pueden tener.

Estas usuarias del Servicio de Acogida y Recuperación para mujeres en situación de violencia machista de la comarca del Segrià también afirman que en sus paises de origen no tienen derecho a decir ni a hacer nada y que son garantes, muchas veces, del honor y buen nombre de sus familias, y que si no cumplen con los mandatos familiares, son apartadas y “expulsadas” del sistema.

Además, tienen una fuerte presión social y familiar que hace que muchas de ellas no puedan vivir ni trabajar de manera independiente, “teniendo que perpetuar un sistema patriarcal que las oprime bajo el poder de la violencia cultural que legitima el abuso y la injusticia social en todos los ámbitos de la vida. Esta violencia invisibilizada marca su destino”, señalan desde el servicio.

Estos son algunos de los testimonios de mujeres que reflejan esta situación de matrimonio forzado. Son relatos que las mujeres verbalizan y que reflejan la violencia vivida, así como las creencias y valores del sistema familiar impuesto.

  • “Siempre he sentido que me habían regalado”.
  • “Me casaron con 12 años y a esta persona ni la conocía. Me destrozaron la vida”.
  • “A los 15 años me casaron con un hombre de más de 30; sufrí abusos sexuales y no me dieron opción a decidir”.
  • “Con 10 años ya vivía en casa de la familia del marido. Me hacían trabajar en casa como una servienta”.
  • “No tenía ganas de casarme, el matrimonio fue pactado por una señora que se dedica a buscar marido a las mujeres. La familia lo aceptó”.

Según nos traslada el equipo profesional del servicio, al trabajar y profundizar en estos maltratos con las mujeres usuarias, observan que han sido objeto de violencia directa que además es la más visible (agresiones de la pareja o del padre o madre en la crianza). A través del trabajo de intervención en talleres grupales y con un trabajo individual, nos explican que “se puede catalogar de abuso o violencia que estos maltratos en sus paises de origen hayan sido normalizados bajo el nombre de cultura, tradición y deberes familiares. Estas mujeres tienen que aceptar con resignación y respeto lo que les ha sido impuesto por los mandatos familiares”.

Por otra parte, a través de este trabajo realizado en el Servicio de Acogida y Recuperación para mujeres en situación de violencia machista de la comarca del Segrià, se consigue que estas mujeres puedan reflexionar y analizar sus propias vivencias desde una mirada de género  y adoptar otra perspectiva ante la vida. “El hecho de rebelarse contra su propio modelo sociocultural y contra las leyes machistas provoca a veces una ruptura de los vínculos familiares y/o la aparición de la culpa por el conflicto entre familias que la separación puede llegar a generar. Por tanto, estas mujeres tienen que ser doblemente valientes: por una parte, para recuperarse de las consecuencias de la violencia y, por otra, para enfrentarse a una ruptura que afecta a lo más profundo de su persona”.

A través de la labor realizada en este servicio gestionado por nuestra entidad, estas mujeres logran romper con fundamentos familiares inculcados a través del crecimiento personal, además de adoptar nuevas formas que generen en su vida más autonomía, libertad y, a la vez, prevenir estas y otras violencias.

Este mensaje de superación personal queda reflejado en el testimonio de una mujer de origen subsahariano, usuaria del servicio: “Quiero que mis hijas tengan un vida diferente a la que he tenido que sufrir yo, que puedan decidir libremente lo que quieran. Con su padre estaban condenadas, no tenían ningún futuro”.

Naciones Unidas contempla el matrimonio forzoso como una forma de abuso de los derechos humanos, ya que viola los principios de libertad y autonomía de la persona. La Declaración Universal de los Derechos Humanos establece en su artículo 16: “Solo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos, podrá contraerse matrimonio”.


Nuestra compañera de FSC Sonia Fuertes, elegida nueva presidenta de la federación Entidades Catalanas de Acción Social (ECAS)

Sonia Fuertes, hasta ahora vicepresidenta de ECAS, ha sido designada presidenta por unanimidad en una asamblea en la que se ha reflexionado y debatido sobre las implicaciones del actual contexto sociopolítico en la tarea del Tercer Sector con los colectivos más vulnerables.

Nuestra compañera Sonia Fuertes, subdirectora del Área de Inserción Social, Reducción de Daños y VIH-Sida de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), ha sido elegida nueva presidenta de la federación Entidades Catalanas de Acción Social (ECAS), en sustitución de Teresa Crespo, que ha ocupado el cargo desde 2009 a lo largo de cuatro mandatos.

Licenciada en Educación Social y en Filosofía, Sonia Fuertes ha compaginado sus funciones como subdirectora de área en FSC con la participación en diversos espacios del Tercer Sector como ECAS, de la que era vicepresidenta hasta el momento, así como en la Mesa del Tercer Sector y en la red Mujeres Directivas y Profesionales por la Acción Social (DDPAS).

Nuestra compañera ha destacado ante este gran reto que se le presenta, "el compromiso, la generosidad y la valentía" de Teresa Crespo, anterior presidenta de ECAS, que ha ejercido la representación de esta federación siempre "desde una posición ética y de trabajo".

En esta nueva etapa, el equipo liderado por Sonia Fuertes se plantea profundizar en la "reflexión compartida en relación a la política de alianzas", y específicamente en el ámbito académico, la innovación y la investigación.

Por otra parte, la nueva dirección de ECAS ha alertado del peligro de instrumentalización política de las entidades sociales en el contexto actual y ha anunciado su voluntad de continuar profundizando en la articulación y el trabajo del Tercer Sector.

Desde la Fundación Salud y Comunidad queremos dar la enhorabuena a nuestra compañera Sonia Fuertes por este nombramiento que viene a reconocer su dilatada trayectoria en el ámbito de la acción social, desarrollada desde hace más de 25 años y desearle mucho éxito en esta nueva etapa.


Contra la impunidad de las conductas de acoso en el ámbito de la violencia de género

Son muchas las veces en las que hemos oído a alguna persona exponer una situación de acoso. A veces, por parte de alguna persona que no forma parte de nuestro entorno más cercano y otras, las más, procedentes de personas del entorno más próximo con las que mantenemos o hemos mantenido algún tipo de vínculo.

En el ámbito de la violencia machista, una de las conductas más habituales con las que el agresor responde a los intentos de la mujer de poner fin a la situación de violencia, bien porque decide separarse o porque decide denunciar, es el acoso: acoso para poner fin al procedimiento judicial a través de la retirada de la denuncia; acoso para que le dé una segunda oportunidad; acoso para controlar sus movimientos con la excusa de saber qué hacen sus hijos/as, y un sinfín de etcéteras.

El común denominador de estas conductas es que, por sí solas, no son conductas penalmente reprobables. El acoso puede consistir en 20 o 30 llamadas diarias a la víctima, envío de mensajes o regalos, esperarla a la puerta del trabajo para hablar… Conductas aparentemente “inofensivas” pero generadoras de un profundo desasosiego en quien las recibe, hasta el punto de provocar cambios en la rutina diaria y necesitar apoyo psicológico y/o farmacológico para contrarrestar la ansiedad generada.

¿Qué respuesta da nuestro derecho a estas situaciones? Hasta el año 2015 podemos afirmar que la respuesta, en la mayoría de los casos, era la impunidad. Solo aquellos supuestos especialmente graves y reiterados en el tiempo podían, en alguna ocasión, y dependiendo del juzgador, dar origen a una causa por otras causas legales, como las coacciones. En el resto de casos, la respuesta era que no era una conducta contemplada en el Código Penal, con lo que se daba “carta blanca” al agresor para seguir acosando a la víctima.

La modificación del Código Penal realizada en octubre de 2015 a raíz de la ratificación por el Estado del Convenio de Estambul, instrumento internacional para la lucha y erradicación de la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, supone un claro avance en la eliminación de la impunidad de estas conductas.

En concreto, el art. 172 del Código Penal introduce por primera vez la figura del delito de acoso, en inglés stalking, describiéndolo como aquella conducta en la que una persona, de forma insistente y reiterada, y sin estar legítimamente autorizada, altera gravemente el desarrollo de la vida cotidiana de otra, a través de alguna de las siguientes conductas:

1º La vigile, la persiga o busque su cercanía física.

2º Establezca o intente establecer contacto con ella, a través de cualquier medio de comunicación, o por medio de terceras personas.

3º Mediante el uso indebido de sus datos personales, adquiera productos o mercancías, o contrate servicios, o haga que terceras personas se pongan en contacto con ella.

4º Atente contra su libertad o contra su patrimonio, o contra la libertad o patrimonio de otra persona próxima a ella.

Si bien su introducción en nuestro ordenamiento jurídico se hace pensando en el ámbito de la violencia de género, se configura como un delito común. Esto significa que cualquier persona es susceptible de cometer este delito y de convertirse en víctima, por lo que no solo se dará en supuestos de violencia de género, aunque se prevé una pena agravada para estos casos. Cabe señalar también que, junto con la condena, se puede imponer a la persona imputada la prohibición de comunicarse con la víctima o personas perjudicadas.

El pasado 23 de marzo de 2016, el Juzgado de Instrucción 3 de Tudela dictó la primera sentencia aplicando el delito de acoso. En este caso, se trató de un supuesto alejado de la violencia de género. Y no fue hasta mayo de este año cuando el Tribunal Supremo se pronunció por primera vez sobre el delito de stalking.  Queda ahora por ver cómo irán desarrollando los tribunales con el tiempo la aplicación de esta nueva figura penal.

De estos primeros pronunciamientos podemos extraer ya algunos elementos clave: el acoso debe consistir en un patrón de conducta sistemático con vocación de cierta perpetuación temporal que lleve a la víctima, como única vía de escapatoria, a variar, sus hábitos cotidianos.

Habrá que ver, caso por caso, si una conducta puede constituir delito de acoso o no, pero lo especialmente relevante es que conductas consideradas hasta el momento totalmente impunes, pero que generaban un profundo daño en quienes las padecían, puedan verse ahora desde un enfoque mucho más global, atendiendo también a otros factores.