El fuerte temporal de nieve, lluvia y viento afecta a numerosos servicios gestionados por FSC: así lo vivieron desde los centros

Especialmente se vieron afectados por el intenso temporal de nieve y hielo de la pasada noche del martes, 27 de febrero, y primeras horas de la mañana del miércoles, los servicios gestionados por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en el País Vasco, Cantabria y La Rioja, con temperaturas bajo cero e intensas nevadas, si bien la actividad de los centros se trató de continuar con normalidad.

En la provincia de Vizcaya, las dinamizadoras no pudieron acudir a los hogares municipales de jubilados de San Jorge, San Pedro y San Juan de Santurtzi, por el temporal de nieve, según nos explicaba Carme Trilla, subdirectora del Área de Atención a la Dependencia de la Fundación Salud y Comunidad (FSC). También los usuarios/as de estos servicios se vieron afectados, ya que no pudieron llegar a los hogares, hasta que se limpiaron las calles y zonas más delicadas, evitando de esta forma daños mayores a la población.

Por su parte, en los servicios de centros de día y centro de respiro de Santurtzi, se suspendió el servicio, por orden municipal, avisándose desde los centros a los usuarios/as para que no acudieran a realizar las actividades habituales. Además, en la “Residencia Nuestra Señora de Begoña” de Santurtzi, hubo algún retraso de incorporación del personal, debido a la suspensión del servicio de transporte.

Esta situación también la vivieron usuarios/as y profesionales de otros servicios del Área de Atención a la Dependencia como el Servicio de Atención Diurna en Amurrio (Álava) o las Viviendas de Mons-Intxaurrondo, en la capital guipuzcoana.

En el caso de la Residencia Yécora (Álava), servicio destinado a la atención de personas mayores, también se vio afectada de alguna manera, dado que algún profesional no pudo llegar al centro por las inclemencias del tiempo y hubo alguna pequeña incidencia en el sistema de calefacción del centro, ya resuelta.

Por otra parte, en cuanto a centros de menores, también pudimos hablar con Mª Paz Allende, subdirectora del Centro de Acogimiento Especializado de Menores "Valle de Cayón". Según nos comentaba, a algunos profesionales les costó llegar al servicio, ya que en algunas zonas no se había pasado la máquina quitanieves e incluso algún trabajador tuvo dificultades para salir de su casa, a causa de la intensa nevada.

También las inclemencias del tiempo obligaron a anular algunas citas en el Juzgado y algunos de los menores no pudieron asistir a clase, pero eso sí, según nos explicaba, también disfrutaron de grandes momentos en la nieve.

Por otro lado, el fuerte temporal no impidió que la vida transcurriera con normalidad en las Viviendas especializadas para adultos tutelados en La Rioja, en Logroño. En primer lugar, según nos decía Jorge Reina, coordinador de estas viviendas, la sorpresa y la alegría de ver la ciudad blanca movió a algunos de los usuarios/as de este servicio a salir antes de los pisos, para realizar sus actividades en los centros ocupacionales y de día. También nos comentaba que de alguna forma los usuarios/as se habían visto afectados, ya que los autobuses de la ciudad habían sufrido retrasos en algunas líneas.

El temporal de nieve también afectó a algunos usuarios/as, pues se tuvo que anular una excursión a la estación de esquí de Valdezcaray, en la Sierra de la Demanda riojana, que se tenía previsto realizar en un centro ocupacional, al que acuden regularmente.

Además, según nos relataba Nieves Fernández, directora de la Comunidad Terapéutica “Riera Major” en Cataluña, el equipo profesional tuvo muchas dificultades para acceder al servicio, si bien esto ha ocurrido ya alguna otra vez, en lo que llevamos de invierno, por las nevadas.

Como medida preventiva, se ha establecido que dos profesionales se queden en el servicio mientras se mantengan las bajas temperaturas, con el objetivo de que el resto no se ponga en carretera, con el riesgo que implica.
Ello ha supuesto que algunos profesionales tuvieran que alargar sus turnos por la situación de emergencia, porque no se podía acceder al centro y hacer el relevo. Por otra parte, nos explicaba que el temporal no está afectando a los usuarios/as del servicio, ya que hay comida en abundancia para varios días y el centro está bien preparado, tanto a nivel de calefacción como de comunicación con el exterior por teléfono e Internet. Eso sí, según nos decía la directora de “Riera Major”, dada la situación, las actividades están siendo más relajadas, pero las familias están tranquilas y continúan la comunicación telefónica de manera normal.
Jordi Morillo, director del Centro Terapéutico “Can Coll”, recurso también propio del Circuito de Atención Integral en Adicciones de nuestra entidad en Cataluña, nos trasladaba que, debido a la fuerte nevada, el monitor de la mañana había llegado caminando, dado que no era posible acceder al centro en coche y que se tuvo que establecer alguna medida extraordinaria.

También el temporal de nieve afectó a algunos centros de atención a la mujer, gestionados por FSC. Es el caso del Servicio de Acogida y Recuperación para mujeres en situación de violencia machista y sus hijos e hijas (SAR Segrià).
Encarna Palomares, directora del servicio, nos comentaba que algunos cursos de formación que realizan las mujeres acogidas habían anulado sus clases por el fuerte temporal, si bien se había seguido la dinámica de funcionamiento del servicio dentro de la normalidad.
Por otro lado, Niní Balagué, responsable del Punto de Encuentro de Lérida, nos trasladaba que tuvieron que hacer algunas anulaciones de visitas y entrevistas, todas de familias de fuera de la ciudad de Lérida, al tratarse del único punto de encuentro familiar de la provincia.

Por último, señalar que ni en Cataluña, ni en otras comunidades autónomas en las que tiene presencia FSC, hubo grandes incidencias en los centros gestionados, a causa del temporal. Por poner un ejemplo, Laura Sangüesa, directora del Servicio de Atención Psicosocial (SAP) de nuestra entidad en Barcelona, nos explicaba que en el caso de este servicio, no pudo acudir a trabajar algún profesional que vive en zonas afectadas. Además, que numerosos usuarios/as cancelaron sus terapias por temor a los desplazamientos, debido al temporal de nieve que ha afectado también estos días a la capital catalana.


Al cobijo de la ciudadanía: experiencias de implicación de vecinos con personas atendidas en el CAI de Alicante

En el Centro de Acogida e Inserción para Personas Sin Hogar de Alicante, de titularidad municipal, gestionado desde 2002 por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), somos testigos de experiencias concretas, de vecinos/as de nuestra ciudad, que nos muestran formas alternativas de ciudadanía capaces de reparar brechas sociales.

Job, en el imaginario popular, es alguien que sufre pacientemente su mal y que finalmente es recompensado por ello; sin embargo, una lectura atenta del texto, permite descubrir que ese libro es un drama hiriente. La tragedia que narra es tan rotunda que alguien necesitó edulcorarla añadiendo al principio y al final unos capítulos que convierten el sufrimiento en un cuentecito moral al más puro estilo de Walt Disney. Fuera de esos añadidos en prosa, el núcleo del relato escrito en verso no ensalza, ni de lejos, la paciencia de Job; de hecho, es el único personaje bíblico que en su desesperación lleva a Dios a juicio. El relato original de Job se estructura en la confrontación de dos visiones: la experiencia de Job que considera su situación como injusta y la de quienes vienen a “confortarle” empeñados en que si está sufriendo es, sin duda, porque algo ha hecho mal y debe arrepentirse de sus faltas.

Esto, que podríamos llamar “efecto Job” (quienes más sufren la injusticia, más son señalados como culpables de su situación) viene a completar el conocido “efecto Mateo” (quienes menos tienen menos reciben, mientras los que más tienen siguen recibiendo en abundancia). La combinación de ambos efectos da una radiografía rápida de la experiencia de las personas sin hogar dentro de la dinámica propia de una sociedad excluyente.

La respuesta ciudadana a la situación de las personas sin hogar es diversa y nuestra experiencia como gestores del CAI de Alicante nos ha dado muestras de ello. Superar el “efecto Job”, es ya un paso que lamentablemente no todos nuestros conciudadanos son capaces de dar. Buena parte de la sociedad queda atrapada en la falacia de que “dado que los excluidos son los principales culpables de su situación, no merecen ninguna ayuda social”. El sinhogarismo queda así reducido una cuestión estética, un objeto feo que debe ser retirado de la calle.

La compasión o la lástima, sin mayor lucidez, es tal vez un pequeño avance, pero sigue mirando hacia un lugar equivocado. Quizá la vergüenza propia nos podría poner en otro plano, pero aun así es insuficiente, pues como evidencia el caso de Job, no basta con explotar un sentimiento de culpa, propio o ajeno, para encontrar una respuesta digna a la exclusión.
En lugar de teorizar sobre la porción de ciudadanía que sabe ir más allá de todo esto, queremos narrar tres historias de vecinos con los que hemos tenido contacto recientemente. Respetamos su anonimato con seudónimos, pero los hechos son a grandes líneas como aquí los relatamos:

A Pablo le conocí hace muchos años, por pura casualidad, pues era el agente inmobiliario a quien alquilé mi primera casa en Alicante. Lo reencontré en el CAI, como amigo de V., una mujer con varios años de estancia en calle. La conoció por las noches, cuando salía a pasear a su perro, comenzó saludando, un día habló con ella, le facilitó algo de dinero, le regaló un par de maletas (aunque salió mal la jugada pues era para sustituir a las que ya tenía y no para ampliar el amplio ajuar del que nunca se separaba), nos ayudó enormemente en el proceso de incorporación y adaptación de esta persona en el centro. Ahora que V. tiene su propia casa, él sigue pasando a visitarla.

Con Fátima, musulmana, madura, íntegra, luchadora y enérgica como ella sola, también se dio un reencuentro sorprendente. Coincidimos en un curso de voluntariado hace ya veinte años. Fátima supo del caso de A., una compatriota enferma de cáncer, de difícil carácter, que dormía en un coche. Se plantó frente a ella, nos la puso delante y movilizó a un grupo amplio de voluntarias magrebíes, que han estado acompañándola en sus visitas médicas, apoyándola en sus necesidades y amonestándola en sus excesos.

A. ha fallecido en un hospital; los últimos días en la UCI, ya inconsciente, tuvo la visita diaria de personas que apenas la conocían pero que demostraron con su presencia que nadie debe morir solo. Fátima consiguió en poco más de dos días, que el Consulado repatriara el cadáver para que A. pudiera ser adecuadamente enterrada cerca de su familia.

A Omar le he conocido hace poco, subsiste de propinas en una zona de aparcamiento. Estuvo cuidando de que no le faltara comida a O., una mujer extranjera con un tumor cerebral que a duras penas subsistía en la calle, a la que nos ayudó a relocalizar y a la que afortunadamente hemos podido derivar a un recurso adecuado. Omar también tuvo relación con A., cuando ella murió Omar volvió al centro para entregarnos las llaves del coche y una cantidad importante de dinero que ella le había confiado en vistas a que pudiéramos hacérselo llegar a su familia... No sé si volveré a encontrar en mi vida otra escena de dignidad y honestidad como la de esa entrega de la que fui depositario.

La palabra hogar apunta a dos elementos: una vivienda y unas relaciones sociales. El hecho de garantizar vivienda para todos requiere de una transformación amplia y profunda de las reglas de juego socioeconómicas. Garantizar relaciones es, en cambio, un ejercicio ciudadano que puede gestionarse tanto individualmente, como en forma de compromiso grupal. Necesitamos de ese cambio socioeconómico profundo, pero quizás será más fácil empezar por las relaciones.

Es posible, tiene sentido, nos mejora a todos, algunos vecinos/as ya lo están haciendo, en el CAI lo constatamos a diario: el “efecto Job” se supera en el momento en el que las personas sin hogar dejan de ser un objeto de contemplación ciudadana para convertirse en vecinos arropados en la relación con otros vecinos/as.


Fidel Romero Salord
Director del Centro de Acogida e Inserción para Personas Sin Hogar de Alicante


Joan Uribe: “El tema del sinhogarismo se debe gestionar desde los derechos, no desde la intervención social”

En esta entrevista conoceremos mejor a Joan Uribe, uno de los referentes en sinhogarismo, exclusión social y políticas públicas. Desde hace un año, trabaja como gerente en el Consorcio de Servicios Sociales de Barcelona. Le hemos entrevistado en el marco de las acciones del proyecto europeo Street Support, en el que FSC (Fundación Salud y Comunidad) participa, dada la trayectoria de la entidad en la atención y acción en el sinhogarismo, con distintos servicios como el Centro de Acogida e Inserción (CAI) de Alicante, centros de Intervención de Baja Exigencia (CIBE) y pisos de Housing First. Esta es la segunda de las tres entrevistas a expertos/as en la materia.

¿Cuáles cree que son los principales retos actuales de la problemática del sinhogarismo a nivel local?

Principalmente dos retos. El primero es tener dotación de vivienda. Mucha dotación, básicamente porque no hay. Hay un libro de Nicholas Pleace en el que se explica un estudio comparativo entre 15 países para ver qué grupos de personas necesitan vivienda social, y ver en qué posición queda el grupo de personas sinhogar, en relación a los otros grupos. Y siempre están en la cola. Es decir, siempre en todos los países hay poderosos motivos que, junto a la poca dotación de vivienda social, al escoger qué grupo va antes que otro, deja a las personas sinhogar en la cola. Aquí siempre han estado en la cola. Y no es que estemos hablando de cantidades ingentes de personas, porque comparado con otros colectivos son una minoría. Lo que pasa es que no hay dotación de vivienda, y Barcelona además tiene una particularidad en sí misma con el tema de la vivienda que lo hace especialmente difícil.

En el caso que hubiera dotación de vivienda, deberíamos ir transitando desde el modelo centrado en el acompañamiento con centros residenciales y centros de día. Estos centros hacen falta, harían falta, pero deberían tener un peso porcentual muy bajo. Básicamente las dotaciones de plazas en personas sinhogar deberían estar en viviendas. Ahora tenemos en Barcelona el 70-80% de plazas residenciales en centros y el 20-30% en viviendas, y se trataría de darle la vuelta. Es decir, tener un 70-80% de plazas con viviendas y un 20-30% de plazas en centros residenciales. Claro, esto implica un cambio de cómo se trabaja, de los y las profesionales, sobre cómo acompañan a las personas. Ir hacia un modelo muy centrado o totalmente centrado en el empoderamiento de la persona y la decisión de la persona hacia dónde y cómo se le debe hacer el acompañamiento social. Esto es algo que ya introduce de manera bastante masiva la metodología de trabajo Housing First.

En Barcelona hay una buena estructura, un bagaje y un conocimiento suficiente y de calidad, un buen aprovechamiento de este conocimiento. Si dispusiéramos de suficiente vivienda sería un esfuerzo hacer el cambio de modelo, tanto a nivel de planificación para pasar de centros a viviendas, como a nivel de la manera de trabajar, pero éste ya sería el último paso definitivo en relación a lo que puede aportar el sistema de protección social. El tema del sinhogarismo se debe gestionar desde los derechos, no desde la intervención social.

¿Cree que esto cambiará en un futuro como tendencia? Con unas 1.000 personas en la calle no parecen ser tantos pisos a gestionar...

Sí, cambiará. No de una manera tan lineal en la que finalmente un día encontremos los 1.000 pisos, porque de ser así no los encontraríamos nunca. Pero habrá fórmulas alternativas o caminos para llegar hasta este objetivo. Hay soluciones habitacionales que no son las clásicas del piso clásico. Me consta que se está empezando a estudiar en Barcelona fórmulas de resolución habitacional que se están aplicando en otros países. Creo que iremos hacia aquí, pero en un proceso más lento de lo que podría ser.

¿Y el cambio de paradigma entre profesionales que mencionaba ya se ha activado?

Se ha dado el pistoletazo de salida. Se está empezando con unos casos concretos, en algunas experiencias piloto de Housing First, por un lado. Por otro, el mismo modelo de acompañamiento social por parte de los profesionales sociales de la ciudad de Barcelona está en una fase de reflexión y de rediseño. Durante los momentos duros de la crisis pasaron cosas.  Hubo gente, ciudadanos y ciudadanas, que interpelaron algunas cosas del sistema de protección social. De hecho, hubo un par de centros sociales básicos que recibieron algún ataque. Y la reacción de los profesionales fue: "Ostras, pero si yo trabajo para la gente, ¿por qué nos atacan?". De alguna manera, puede que el modelo de acompañamiento social muy centrado en un sistema de reconocimiento de derechos a prestaciones a cambio de gestión de información y acciones de la vida de las personas, más controlador, no case con las necesidades, historia y visión de derechos de las personas que actualmente son tributarias del sistema de protección social, y que no están de acuerdo con determinado control en relación a lo que hacen o no.

En relación a la metodología del Housing First, este acompañamiento es muy diferente y remueve muchos temas sobre la praxis profesional, el modelo de atención desde el sistema de protección social y la posición de cada uno de los actores sobre su rol y responsabilidades. En general,  el sistema de protección social está haciendo la reflexión de orientarse más hacia una perspectiva de acompañamiento social desde una perspectiva de derechos, y la ciudadanía en general creo que también se va orientando más hacia aquí. Esto llevará tiempo, quizá una generación de profesionales para que se llegue a consolidar.

¿A nivel de opinión pública, se ha notado alguna mejoría?

Sí, hubo un momento más facilitador en uno de los momentos duros de la crisis, en el que mucha gente estaba dispuesta a entender que hay toda una serie de factores estructurales que dependen muy poco de cada uno a nivel individual y que podían llevar a que personas en situaciones difíciles acabaran en situaciones extremas sin haber hecho nada malo. En la medida que nos vamos recuperando de la crisis nos hemos dado cuenta que se empezó a olvidar esta visión, pero creo que ha calado un poquito y nos hemos movido un poco de aquella visión tan estigmatizadora que dice: "porqué se lo han buscado". Pero queda mucho por hacer todavía.

Para entender el acceso a la vivienda como un derecho…

A nivel social se empezó a notar un cambio. La reclamación de la vivienda como derecho de los últimos 8 años no se había dado nunca. La presión del mercado y desde el planteamiento neoliberal es muy fuerte, no sé en qué quedará pero… Hay posibilidad de mejora.

Otra cosa muy interesante que se podría hacer es dejar de nombrar a las personas sinhogar de esta manera, y entenderlas y llamarlas como personas en situación de exclusión residencial. Porque sinhogar es un concepto, una palabra, que nos remite a una idea que está directamente relacionada a un perfil estigmatizante y estereotipado: una persona que está en la calle, que huele mal, que está bebida, que no quiere trabajar, o con demencia. Es decir, que te imaginas figuras orientadas a deteriorar la identidad de la persona, evitando el problema de fondo, el de la injusticia social y la falta de derechos.  

Si compruebas las categorías ETHOS de FEANTSA aprobadas y aceptadas por todos los países, verás que de las 13 subcategorías, te describe desde la persona que está en la calle, a una persona que le han comunicado que la desahuciaran y que también sería una persona sinhogar, técnicamente. La tenencia legal “no tener hogar” es “no tener del lugar donde vives”, y en el momento que te dicen que te pueden echar del lugar donde vives, pasas a ser una persona sinhogar porque no tienes la seguridad de aquel lugar donde vives. Una persona que vive en un piso con 13 personas más, técnicamente es sinhogar. Lo que pasa es que asociamos la imagen de los y las sinhogar, únicamente a las personas que están viviendo y pernoctando en la calle. Y no, una persona sinhogar lo es porque no tiene una vivienda, o no es segura o es inadecuada, y si no la tiene es porque sufre una situación de exclusión residencial, beba o no beba, sea una persona inmigrante que vive con 14 personas más en un piso de 40 m2 o una persona anciana  que vive en un piso que es un quinto piso, deteriorado en extremo, con escaleras, y que necesita que le suban la compra porque no puede salir de casa.

En las categorías ETHOS se explica muy bien. Es una persona sinhogar porque el lugar donde vive no le permite desarrollar un estándar esperable de vida en relación al contexto habitacional. Por lo tanto, tendremos que empezar a entender que cuando hablamos de este tema estamos hablando de personas en situación de exclusión residencial y dejarnos de otras etiquetas.

¿Cuáles cree que son las mejores iniciativas locales para hacer frente al problema del sinhogarismo?

Pues mira, cosas muy prácticas. Las entidades de la XASPLL (red de atención a personas sinhogar) de Barcelona que gestionan servicios públicos trabajan con el mismo programa informático, que es el del ayuntamiento. La historia es una historia única y se ha minimizado mucho aquello de que la persona en cada lugar donde va debe explicar toda su vida. Esto ha sido un avance, algo muy práctico.

El sistema de entrada de Barcelona también creo que es un ejemplo de buena práctica. No hay una puerta única si la persona necesita el apoyo de la red, pero tampoco se entra desde cualquier punto de la misma. Está bien estructurado. Tiene flexibilidad porque la persona puede entrar desde el SIS, desde el centro de primera acogida o desde servicios básicos de territorio. Son diferentes puertas de entrada en función de cada persona. Están bastante estructuradas estas puertas y también la coordinación interna de la red.

Otra cosa interesante de la XASPLL que hace años que vemos, hablamos y discutimos es que ha ido propiciando debates sobre la manera de acompañar. Ha favorecido un cierto trabajo individual de cada entidad, también del ayuntamiento, pero luego en común para ir dejando atrás prácticas asistencialistas e ir compartiendo prácticas profesionalizadas. Para mi ésta ha sido una gran utilidad. Otra cosa interesante es la promoción de investigaciones, así como la  recogida sistemática de datos que se han hecho públicos y que nos permiten evolucionar desde un análisis sobre qué y cómo estamos haciendo, para orientar el futuro de las acciones. Barcelona tiene,  cada año, el corte de cuántas personas hay en la calle, y cuántas atendidas en centros. Esto por desgracia no está en todos los municipios. Y el análisis de esta información después te ayuda a reorientar tu trabajo. A detectar e implementar, por ejemplo, la imprescindible necesidad de la intersectorialidad que se promueve dentro de la administración municipal al integrar trabajo conjunto entre las áreas social, de vivienda, de salud, de generación de empleo, por poner algunos ejemplos.

Ahora mismo la estrategia a nivel municipal es un trabajo muy interesante donde afloran otras cosas interesantes como incorporar las propias personas sinhogar en los grupos de discusión, en algunas investigaciones. Es muy interesante que tengan una posibilidad de dar su opinión y orientar desde la praxis los circuitos.

En la XASPLL se han hecho algunas jornadas interesantes, algunos grupos de trabajos para hacer una cartera de servicios... No está nada mal.

¿Y a nivel de políticas?  ¿qué se podría hacer?

Se pueden hacer muchas cosas. De entrada, el marco legal en España está orientado a contemplar la vivienda como un bien de mercado, y las diferentes leyes que han ido haciendo las autonomías están casi todas orientadas hacia entender la vivienda como un derecho. Entonces... ¿qué pasa sistemáticamente cada vez que sale una de estas leyes? Que estamentos judiciales superiores, dentro del propio Estado español, recortan, prohíben o declaran inconstitucionales aquellos artículos que son más incisivos en la defensa de la vivienda como un derecho. Esto es así en España. ¿Qué se podría hacer? Intentar acabar con el "acoso y derribo" a los marcos legales que ven la vivienda como un derecho y no como un bien de consumo.

¿Qué cosas más se deben mejorar? Promoción de vivienda social. En la ciudad de Barcelona tenemos aproximadamente un 1,5% de vivienda social, y haría falta un 15%. Se debería multiplicar por 10 la dotación de vivienda social en la ciudad. Este es un dato ya muy conocido y que aparece en todas partes, todo el mundo lo tiene claro. El ayuntamiento dice "sí, tengo un 1,5% y haré un 15%". Pero.... ¿Cómo lo haces? ¿Coges el mar y edificas encima? ¿Queda suelo? Si queda: ¿es recalificable para uso habitacional? Hay un problema muy serio de falta de suelo urbanizable compaginado con una presión muy grande a nivel económico de los constructores, donde solo construyen si es a cambio de beneficios. No sé cómo pero hay que conseguir ese 15%, y aquí también hay mucho margen de mejora. Habrá que optar por vías imaginativas, algunas de las cuales se utilizan ya en otros países europeos, con éxito, y que resultan solventes en la dotación de vivienda transitoria, en situaciones de falta manifiesta de parque de vivienda.


Joan Uribe tiene formación como antropólogo social y en Dirección y Gestión de ONG por ESADE. Ha dirigido durante 12 años los Servicios Sociales de Sant Joan de Déu en Barcelona. Es profesor asociado de la UB en la asignatura Antropología de la Exclusión Social del grado de Antropología Social, y miembro de FEANTSA desde hace ya más de cuatro años, organización en red que presidió durante casi un año en 2016-2017. Ha firmado muchas publicaciones sobre pobreza, sinhogarismo, derechos sociales y Housing First. Además, tiene la coautoría de la “Diagnosis 2015. La situación del sinhogarismo en Barcelona. Evolución y políticas de intervención”.


La Fundación Salud y Comunidad se prepara para participar en la jornada de envejecimiento activo G3 Mayores de Gavá

La Residencia y Centro de Día de Gavá, en Barcelona, servicio de la Generalitat de Cataluña, gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) y el Grupo Lagunduz, participará en este encuentro dirigido a personas de más de 60 años y a todas aquellas interesadas en disfrutar y beneficiarse de un envejecimiento activo. La jornada tendrá lugar el próximo día 16 de marzo en el Parque Arqueológico de la localidad.

El objetivo de este encuentro, que incluirá diversas conferencias y también talleres participativos, es crear un espacio de puesta en común de las necesidades, intereses y acciones a poner en marcha para crear una sociedad amigable con las personas mayores.

La jornada, abierta a toda la comunidad, y en especial a las personas mayores, ha sido promovida por el ayuntamiento de la localidad, junto al grupo motor del Fórum del Envejecimiento Activo, del que forman parte dos profesionales de la Residencia y Centro de Día de Gavá.

El grupo motor está formado además por personas mayores y profesionales del Instituto Catalán de la Salud, Consejo Deportivo, delegados/as del Consejo Consultivo de las Personas Mayores del Bajo Llobregat y representantes de asociaciones de personas mayores de Gavá que se reúnen periódicamente. El grupo tiene como objetivo principal abordar y proponer medidas que mejoren la calidad de vida de los mayores y que sirvan también para poner en valor sus aportaciones a la sociedad.

Según explica la directora de la Residencia y Centro de Día de Gavá, Isabel Gavilán, “se ha hecho una labor previa por parte del grupo motor que lleva casi un año trabajando en esta temática. Por ello, la jornada se abrirá con los temas que se han debatido en estos espacios de trabajo”.

Además, como novedad importante, este año se podrá participar a través de la web participa.gavaciutat.cat, una plataforma digital para hacer más fácil, abierta y directa la participación ciudadana a las personas interesadas en esta jornada.

Isabel Gavilán señala además que “desde la residencia, se favorecerá la participación de aquellas personas usuarias que quieran participar de forma activa en los talleres y también la de aquellos/as que quieran asistir a la jornada como visitantes”.

Según fuentes municipales, en Gavà las personas mayores de 60 años representan más de un 20% de la población, de modo que es necesario crear un espacio de participación ciudadana en el que se ponga en valor la contribución de los mayores a la sociedad. En este nuevo espacio de referencia local se abordarán las actuaciones de envejecimiento activo a desarrollar en los próximos años en esta población, especialmente comprometida con el bienestar de las personas mayores.


Pintando con luz en el Centro de Atención Especializada a Menores “Valle de Cayón”

Los menores de este servicio dirigido y gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), en consorcio con la Asociación Lagunduz, y financiado principalmente por la Dirección General de Servicios Sociales del Gobierno de Cantabria, han comenzado el nuevo año con ganas, nuevas ideas y proyectos, como es el caso del taller de fotografía creativa “Light Painting” (pintar con luz) en el que han participado recientemente, logrando resultados realmente asombrosos.

En esta ocasión, los menores del Centro Terapéutico “Valle de Cayón” se han atrevido con la fotografía creativa, interesándose por conocer esta técnica que consiste en utilizar la luz para dibujar directamente sobre las fotografías, ya se trate de líneas, formas, letras, dibujos, en un taller realizado recientemente en el servicio, en el que no ha faltado la diversión.
La actividad se ha realizado durante este mes de febrero a través de dos sesiones, en las que han participado los dos grupos del centro (integración y autonomía), aprovechando los horarios especiales del servicio por la festividad del Carnaval. Los grupos con los que se ha trabajado han sido pequeños, lo cual ha facilitado la organización y puesta en marcha del taller.

En un primer momento se les explicó la actividad y las técnicas para lograr realizar este tipo de imágenes tan originales. Para ello, se utilizaron videotutoriales, a modo de recurso audiovisual explicativo sobre esta técnica y fotografías realizadas con ella, a modo de ejemplos.

La técnica “Light painting” utiliza exposiciones largas prolongadas (30 segundos en la mayoría de las fotos que se hicieron en la actividad), moviendo una fuente de luz con la mano, y en ello se emplearon a fondo los menores del servicio “Valle de Cayón”, en Cantabria, hasta dar con todos los secretos de la luz y dominar esta técnica.

El material que utilizaron para ello fue una cámara réflex digital, un trípode (fundamental para largas exposiciones), un flash fotográfico de mano, varias linternas con diferentes filtros de colores, en un ambiente relativamente oscuro (se habilitó la ludoteca del centro para que entrara la menor cantidad de luz). Posteriormente, se utilizó un ordenador para descargar y editar las distintas imágenes.

“Las fotografías tardaban unos 30 segundos en tomarse. Durante ese tiempo, los menores posaban, dibujaban con las linternas y disparaban los flashes que fueran necesarios para dar con las mejores imágenes. Posteriormente, revisamos el resultado obtenido y, cuando era necesario, corregimos algunos aspectos para volver a realizar la toma”, señalan desde el servicio.

Durante la actividad, que ha sido muy enriquecedora para los menores, se ha prestado especial atención a trabajar aspectos relacionados con el respeto a las opiniones de los demás, así como a la adaptación del plan de acción, el cumplimiento de instrucciones y el seguimiento de pautas educativas. De este modo, se han reforzado todas las conductas prosociales relacionadas con el hecho de aceptar las opiniones de los demás compañeros/as e intentar incluirlas en el resultado del trabajo final. Asimismo, se ha intentado corregir, ofreciendo patrones conductuales alternativos, a quienes no escuchaban las ideas de sus compañeros/as, no les incluían en el plan de trabajo o a quienes intentaba acaparar el protagonismo de la actividad.

Con este taller se han logrado alcanzar los siguientes objetivos: aprender a utilizar la técnica “Light painting”; acercar a los menores del centro las nuevas tecnologías digitales; ofrecer alternativas de ocio y tiempo libre saludables; aprender a colaborar con los compañeros/as con un objetivo común; aprender a organizarse y seguir instrucciones de manera coordinada; expresar las ideas de cada uno de los participantes de una manera asertiva y organizada, así como fomentar la creatividad y el pensamiento divergente, entre otros objetivos.
En cuanto a los valores trabajados, en este taller, al igual que en otros realizados en el servicio, ha tenido especial importancia el trabajo en equipo. A pesar de que en una primera fase inicial se hicieron trabajos individuales, el grueso de la actividad se ha centrado en hacer fotografías colectivas en las cuales se requería la colaboración de varios miembros del grupo para obtener los resultados esperados. De este modo, “se hizo ver a los menores que, con una organización previa y con una puesta en común de ideas, cada uno de los participantes tenía un rol imprescindible para la consecución del objetivo grupal. Cada uno de ellos, debía tener claro cuál era su papel, a la vez que podía aportar ideas propias, con el fin de mejorar el trabajo final”, explican desde el servicio.

Para ello, de forma tanto explícita como implícita, se incitaba a los menores a que valoraran y tuvieran presentes las ideas de los demás, de cara a tenerlas en cuenta, modificando, si era necesario, el plan de acción inicial, en caso de producirse cambios.

Con este tipo de actividades también se ha puesto de manifiesto la importancia de conocer y poner en práctica diferentes alternativas de ocio saludable. De este modo, se han logrado ampliar las alternativas de ocio que, a la vez que lúdicas, aporten nuevos conocimientos y, principalmente, una nueva forma de expresión artística a los menores.


Dejemos de responsabilizar a las mujeres: el "no es no" es insuficiente

La Fundación Salud y Comunidad (FSC) ha presentado hoy el informe de resultados 2016/2017 de su Observatorio Noctámbul@s, en el marco de la jornada "Violencias sexuales, espacio público y ocio nocturno", celebrada en la sede de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional Sobre Drogas en Madrid.

El proyecto, iniciado por FSC en el año 2013, está financiado por el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y se enmarca en una línea de prevención y reducción de riesgos. El proyecto sitúa la perspectiva de género como eje central del análisis.

El observatorio comenzó como un proyecto de investigación, si bien durante 2016 y 2017 ha ampliado su rango de acción: ha evolucionado de observar a incidir en cambios, aplicando así los conocimientos adquiridos para contribuir a la transformación de la realidad. Ello se ha logrado a través de la realización de diferentes estrategias como campañas preventivas, formaciones y dinamizaciones a jóvenes y profesionales. También mediante dinamización comunitaria para la elaboración de protocolos municipales.

Este cuarto informe ha seguido apostando por las metodologías cualitativas, con el fin de facilitar la comprensión de las creencias, actitudes, motivaciones y comportamientos que se dan entre los jóvenes sobre el consumo de drogas, la sexualidad y las violencias sexuales, a partir de sus propios relatos y desde sus perspectivas. Asimismo, ha incluido el análisis de datos cuantitativos recogidos a través de una encuesta distribuida por todo el territorio español que han cumplimentado alrededor de 1.400 jóvenes.

En esta edición también se ha ampliado la mirada para incluir una nueva dimensión del fenómeno que se considera clave para entender el cómo y el porqué del mismo: la influencia del urbanismo en la percepción de seguridad en el ocio nocturno. Por último, incluye un análisis de campañas preventivas internacionales y un recorrido teórico generado por el observatorio a lo largo de su historia sobre consumo de sustancias y violencias sexuales en contextos festivos.

Algunas de las principales cuestiones que se destacan en este informe, tal y como se han puesto de manifiesto durante la jornada, son:

  • El alcohol es la sustancia más consumida en contextos de ocio nocturno, en un porcentaje idéntico del 69%, tanto por chicas como por chicos. Tal y como señalábamos en el anterior informe, se trata de consumos mayoritariamente voluntarios por parte de las jóvenes, hecho que juega un papel importante en la culpabilización de éstas cuando sufren violencia sexual. Ello encontraría su explicación en un imaginario machista que relaciona el consumo de sustancias con la masculinidad y que penaliza a las mujeres que transgreden esta norma social, haciéndolas responsables de las violencias que reciben, precisamente por haber desobedecido este mandato.
  • No es suficiente el “No es no”: Uno de los lemas más utilizados y difundidos para sensibilizar y combatir las violencias sexuales es el “No es no”. Sin embargo, es necesario señalar diferentes aspectos como el hecho de que esta consigna puede responsabilizar a las mujeres a manifestar su oposición frente al deseo del otro. También, hay que analizar las limitaciones que dificultan el decir “no”: los estigmas de “puta”, “estrecha” o “calientapollas” que siguen estando vigentes, al juzgar la sexualidad de las mujeres o el miedo a la integridad personal y otras cuestiones relacionadas con la inseguridad.

Frente a esto, desde el observatorio se apuesta por centrarse en el consentimiento afirmativo (“Solo sí es sí”) y entusiasta, que busca que el deseo se exprese en libertad.

  • Más de la mitad de las mujeres encuestadas ha vivido alguna vez situaciones de violencia normalizada: Un 57% de las jóvenes que contestaron el cuestionario online ha sufrido al menos algunas veces algún comentario incómodo, insistencias ante una negativa de su parte o tocamientos indeseados, frente a al 4% de los chicos. Estas cifras ponen de manifiesto la alta frecuencia con la que las mujeres sufren el amplio espectro de violencias sexuales más normalizadas y legitimadas en la sociedad patriarcal. Parece ser que hay una penalización a través de la violencia sexual intrínseca hacia toda mujer que materializa su pleno derecho a ocupar los espacios de ocio.
  • Los chicos tienen más dificultades que las chicas para percibir e identificar las violencias sexuales que ocurren en su entorno: De los datos analizados se puede inferir que los chicos tienen mucho más naturalizado los comportamientos más sutiles, no visualizándolo como acciones del orden de la violencia sexual. En cambio, las chicas tienen mayor conciencia respecto a este tipo de abusos y agresiones, probablemente por haberlas sufrido ellas o alguna chica de su entorno. Debemos dejar de responsabilizar a las mujeres y poner más responsabilidad en los hombres.
  • Agresores fantasma: Aunque se perciben y viven multitud de violencias sexuales, pocos chicos se identifican como agresores: Los “agresores fantasma”, como ya los denominábamos en el anterior informe, deben ser especialmente tenidos en cuenta en las campañas preventivas. Idear estrategias para desnormalizar estas violencias, por una parte, y promover el reconocimiento del ejercicio de las mismas, por otra, es fundamental si no queremos que la responsabilidad de la prevención recaiga en las mujeres.
  • La relación entre consumo de alcohol u otras drogas y violencia sexual: La mayoría de mujeres agredidas habían consumido poco o nada, aunque un 26% reconoce haber consumido hasta llegar al punto de no poder reaccionar.

La mayoría de las mujeres controlarían más su consumo de sustancias en ciertos momentos y espacios, con el objetivo de tener capacidad de reacción ante posibles agresiones. Por otra parte, muchas chicas podrían ocultar su consumo para evitar la culpabilización que la sociedad imprime sobre aquellas que han “osado exponerse” voluntariamente a una situación peligrosa. Un 70% de los agresores (autores de comentarios incómodos o insistencias) aseguró haber consumido mucho alcohol u otras drogas. Y un 42% de las chicas víctimas de una violación sin fuerza (por ejemplo, por hallarse en situación de semiinconsciencia) percibieron que su agresor había consumido mucho.

  • La configuración urbanística del ocio nocturno genera miedo e inseguridad en las mujeres: Tanto los horarios como la configuración social y física de los espacios de ocio, los recorridos a pie que conectan la casa con el ocio o el transporte público en la noche, no son vividos como seguros para las mujeres. Ello limita su libertad de movimiento y su derecho a la ciudad. A lo largo de nuestro estudio, comprobamos cómo éstas planean más sus itinerarios y cambian en muchas ocasiones sus recorridos, condicionadas por la percepción de miedo, particularmente en horarios nocturnos.

En este 4º informe se destaca la importancia de generar estrategias preventivas con perspectiva de género para el empoderamiento comunitario. Es fundamental que las campañas no se limiten a un cartel o a una acción puntual, sino que constituyan estrategias a largo plazo, continuadas y consolidadas, así como participativas, coordinadas entre diferentes agentes sociales y destinadas al empoderamiento de toda la comunidad frente a las violencias sexuales.

Un ejemplo de buena práctica son los protocolos y planes de actuación municipales, herramientas que nos pueden ayudar a explicar qué hacer, cómo hacer y desde qué mirada se puede hacer. Definir un plan de acción es un buen argumento para desarrollar un proceso transversal que nos ayude a implicar a todos los agentes que intervienen directa o indirectamente en las diferentes expresiones de violencia. La herramienta puede ser útil no solo para saber qué hacer, sino también para proponer bases de acciones colectivas para transformar relaciones de poder patriarcales.




“Lo que más se valora de los candidatos/as que entran a formar parte de la Fundación Salud y Comunidad son las actitudes y aptitudes”

De ella, sus compañeros/as destacan su trato cordial, su sentido del compañerismo y su compromiso profesional en las tareas que se le requieren. Trabajadora de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) desde hace 10 años como técnica del servicio de RR.HH., cuenta con una variada formación (técnica en Prevención de Riesgos Laborales, Máster en Cooperación Internacional, etc.). A nivel personal, nos confiesa que ha crecido y se ha formado en esta entidad, a la que llegó con 24 años y en la que ha vivido momentos muy especiales, como el nacimiento de sus dos hijos.

- Meri, ¿qué estructura y funciones tiene el Departamento de RR.HH. de la Fundación Salud y Comunidad?

El departamento está integrado en los servicios administrativos centrales que la entidad ofrece a los centros y proyectos que gestiona. Depende directamente de la coordinación administrativa y de gerencia.

Su principal función es dar servicio relacionado con los recursos humanos a los centros y proyectos; servicios como la gestión de selección de personal que no se puede cubrir con los recursos de los propios centros, haciendo difusión de ello en los distintos portales web, centros de inserción, servicios de ocupación de las distintas comunidades, etc. para realizar un primer filtro de los candidatos/as más idóneos.

El servicio también es responsable de organizar y gestionar los planes formativos que se proponen, ya sea a petición individual del propio trabajador o desde las áreas de trabajo de la fundación.

También, desde el mismo se promueve y suscriben los convenios de prácticas y se garantiza un correcto desarrollo de la Prevención de Riesgos Laborales. Por último, desde el departamento y para la mejora de la salud y los riesgos psicosociales en las oficinas centrales, se están liderando iniciativas como el Plan de Salud Integral y el Plan de Comunicación Interno.

- ¿Cómo ha evolucionado en los últimos años la plantilla de la Fundación Salud y Comunidad y cómo se ha ido adaptando el departamento a estos cambios?

La entidad ha realizado un importante crecimiento en estos últimos años. El incremento de centros, personal y proyectos ha requerido una mayor implicación por parte de todos los Servicios Centrales para dar respuesta y apoyo a la demanda y gestiones a realizar. Este crecimiento nos ha obligado a realizar cambios organizativos en el servicio de RR.HH., y a aumentar personal, incorporando a un técnico en Prevención de Riesgos Laborales.

- ¿Cuántas personas trabajan en la entidad actualmente?, ¿y cuántos estudiantes realizan sus prácticas en estos momentos en FSC?

Más o menos, diría que la plantilla de FSC es de unos 1.500 trabajadores/as, si tenemos en cuenta la globalidad de sus proyectos. Aunque cabe entender la complejidad de la fundación, en lo que a los flujos de personal se refiere, ya que la entrada y salida de profesionales en un único servicio puede modificar mucho los números.

Respeto al personal en prácticas, durante el 2017 hemos acogido a unos 150 alumnos/as y tenemos convenios firmados con más de 30 centros de formación y universidades.

 - ¿Cuáles son los objetivos del departamento para 2018?

El objetivo principal es la mejora de los servicios prestados, ganando en calidad, eficacia y eficiencia. A nivel interno, hay tres objetivos principales: cerrar el Plan de Comunicación Interno de las oficinas centrales, reorganizar y hacer mayor seguimiento de los Planes de Formación, así como canalizar mayor oferta formativa.

- ¿Cuál es el procedimiento habitual de selección de profesionales en la Fundación Salud y Comunidad?

En general, los centros gestionados o propios de FSC disponen de una pequeña bolsa propia de candidatos/as para cubrir posibles vacantes en períodos como vacaciones, bajas laborales, etc. y se organizan a nivel interno. La prioridad, tanto desde los servicios como desde RR.HH., es la promoción interna, así que antes de publicar cualquier oferta de trabajo se valora al propio personal del centro de trabajo o del resto de la entidad. Para ello, se insta a los/las trabajadores a que busquen una mejora profesional dentro de la entidad y que estén pendientes de las ofertas que se publican en la página web de la fundación, en su apartado Bolsa de Empleo.

En caso de que los centros no dispongan de currículums para cubrir algún puesto, se ponen en contacto con Recursos Humanos, presentando el perfil del candidato/a, sus requisitos y características. Desde RR.HH. publicamos la oferta de trabajo en aquellos portales o servicios que consideramos más idóneos y filtramos los currículums que se ajustan al perfil. Posteriormente, los coordinadores/as del centro o servicio entrevistan a los candidatos/as, ya que son quienes mejor conocen los equipos de trabajo y a los usuarios/as del servicio con los que va a trabajar el candidato/a.

- ¿Qué tipo de perfiles son los que más demandan o solicitan en la entidad?

Evidentemente y por la tipología de nuestros servicios, los perfiles más solicitados son aquellos relacionados con el ámbito social, y en segundo lugar, con el sanitario.

De estos, los/as educadores sociales y psicólogos son los más requeridos, así como los/as enfermeros/as o médicos. No obstante, debemos tener en cuenta el ámbito en el que se enmarca el perfil, que nos exige además, formación y experiencia en ámbitos como la atención a las personas mayores, salud mental, menores, violencia machista o drogodependencias.

- ¿Qué otros aspectos se valoran especialmente en los candidatos/as?

Después de los años que llevo en la entidad, puedo constatar que al final lo que más se valora de los candidatos/as que entran a formar parte de FSC son las actitudes y aptitudes. Una persona proactiva, con interés, motivación y habilidades personales y sociales, tendrá mayor posibilidad frente a otra a la que, con un currículum impecable, le fallen las habilidades.

- ¿Cómo crees que afecta la transformación digital a la labor de RR.HH. y a la selección de personas? 

Gracias a la transformación digital, estamos cada vez más cerca los unos de los otros, valga la redundancia. Las ofertas de trabajo son visitadas por un sinfín de usuarios/as de las redes sociales y ello permite un mayor número de candidatos/as para encontrar al que mejor se adapte a los requisitos solicitados. Obviamente, eso también genera un mayor trabajo de revisión de currículums, así como la dificultad de establecer una fecha límite para la presentación de candidatos/as, con el peligro que los procesos se dilaten mucho en el tiempo.

- ¿En qué medida se apuesta por la formación dirigida a los trabajadores/as en la fundación?

La formación es uno de los valores que definen la política de la fundación, ya que somos conscientes de que mejora la profesionalidad, el enfoque humano y la calidad de nuestra atención. Es por ello que se valora cada una de las propuestas formativas, a iniciativa tanto de los centros como de los propios trabajadores/as.

Por otra parte, es indispensable hacer un buen seguimiento de la detección de necesidades formativas de los equipos de trabajo, buscando siempre la mejora y adecuación al ámbito de nuestros servicios.

-  ¿Qué tendencias consideras que marcarán el ámbito de RR. HH.  en los próximos años?

Desde hace unos años, la tendencia se ha enfocado en las personas como individuos (formación, promoción...). Hemos iniciado una nueva etapa en la que se valoran los equipos de trabajo por encima de las personas.

Las personas, cada vez más, esperamos vivir una experiencia positiva en el trabajo que aporte nuevos retos y satisfacción dentro de sus vidas. El trabajo ya no es simplemente aquel espacio donde debemos cumplir con unas obligaciones, sino que se vive como un espacio más de realización personal. Eso pasa por contar con equipos de trabajo en los que nos sintamos identificados, acompañados y escuchados.

¿Y qué papel desempeñan en este sentido los Recursos Humanos?

En mi opinión, deben promover la colaboración de los equipos de trabajo para focalizar y compartir los mismos objetivos. Se debe fomentar el compromiso de todos con y para el grupo y no de forma individual. Este enfoque de equipo de trabajo mejora la organización y la colaboración para dar respuestas más ágiles y comunes a las demandas que puedan surgir.

De ahí también la importancia que han adquirido en los últimos años tanto la comunicación en los equipos, como las relaciones personales y el buen ambiente de trabajo. Ya no interesan tanto los logros individuales, sino el conjunto y la aportación de cada trabajador o trabajadora al equipo profesional.


Los menores del Centro Terapéutico “Valle de Cayón” se atreven con la técnica de rodaje “Stop Motion” creando su propio vídeo

Recientemente se ha realizado una actividad novedosa relacionada con la producción de contenidos audiovisuales en el Centro de Atención Especializada a Menores “Valle de Cayón”, servicio de la Dirección General de Servicios Sociales del Gobierno de Cantabria, gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), en consorcio con la Asociación Lagunduz. Para ello, se ha utilizado la técnica “Stop Motion” basada en la utilización de continuas tomas fotográficas, de modo que cada plano varía ligeramente del anterior, creando así la ilusión de una animación.

Los menores de entre 12-18 años de edad que residen en este servicio han querido experimentar con esta técnica tan utilizada en los dibujos animados y en los cortos con muñecos de plastilina o materiales moldeables, realizándose una actividad con muy buenos resultados en los dos módulos del centro.

Según señalan desde el servicio, con esta actividad se pretendía alcanzar, entre otros, los siguientes objetivos: acercar a los menores las nuevas tecnologías digitales; ofrecer nuevas alternativas de ocio y tiempo libre saludables; aprender a colaborar con los compañeros/as con un objetivo común; expresar las ideas de cada uno/a de una manera asertiva y organizada; fomentar la creatividad y el pensamiento divergente, etc.

Una de los principales valores trabajados en esta actividad ha sido mostrar la importancia del trabajo en equipo. “Los menores han aprendido que para realizar una animación de estas características, todos y cada uno de ellos/as tenía la misma relevancia y sumaban por igual para obtener el resultado final que ha sido producir un vídeo, utilizando esta técnica. Para ello, se han utilizado las instalaciones y elementos disponibles en el centro”, apuntan desde el servicio.

Otro de los valores trabajados ha sido presentar alternativas de ocio saludables, al tiempo que los menores se introducían en las últimas técnicas audiovisuales, pudiendo aportar contenido creativo y genuino. “Se trata de un tipo de actividad que puede ser muy enriquecedora para ellos/as mismos y una buena alternativa de ocio en su tiempo libre fuera del centro, utilizando para ello los recursos que tienen a su alcance (una cámara de fotos y un ordenador). Por ello, nos pareció muy interesante realizar este taller”, señalan.

Por último, otro valor muy importante, que también se encuentra implícito en todas las actividades que requieren el trabajo en equipo, es el de aportar ideas y valorar las de los compañeros/as. “Para ello suele ser necesario realizar puestas en común de ideas y utilizar técnicas de resolución de problemas para adaptar la actividad a las aportaciones individuales de los menores, todo ello manteniendo una actitud abierta y asertiva, cuestión que también hemos trabajado en esta actividad”.

https://www.youtube.com/watch?v=_HJN6UDrkYo

Durante el taller, se ha prestado especial atención a aspectos relacionados con el respeto a las opiniones de los demás, así como al cumplimiento de instrucciones, adaptación al plan de acción y seguimiento de pautas educativas. De este modo, se han reforzado socialmente todas las conductas prosociales relacionadas con aceptar las opiniones de los demás compañeros/as e intentar incluirlas en el trabajo final. “Por ejemplo, preguntando a los demás qué es lo que tenían pensado hacer, modificar la estrategia contando con las nuevas ideas, etc. Asimismo se ha intentado corregir, ofreciendo patrones conductuales alternativos, a quienes no escuchaban las ideas de sus compañeros/as o no las incluían en el plan de trabajo”.

En cuanto a los resultados de esta actividad, el cambio más relevante que se ha conseguido ha sido que los menores adquirieran los conocimientos para introducirse en esta técnica de animación y que conocieran y apreciaran este tipo de contenidos cuando los vieran en el cine, en la televisión o en medios digitales.

Por otro lado, otro aspecto significativo ha sido realizar una actividad cooperativa, en la cual todos trabajaran hacia un objetivo común. Para ello, cada uno/a ha tenido que exponer sus ideas, tanto al educador como a sus compañeros/as, para terminar adaptando el plan de acción a la decisión conjunta sobre el tipo de actividad a realizar.

El taller se realizó con motivo de las fiestas navideñas, durante las tres semanas que duró el horario especial en el servicio. Se realizaron un total de 6 talleres de casi 2 horas de duración: tres talleres con el módulo de “Autonomía y Hogar” y otros tres con el módulo de “Integración”. Para ello, se utilizaron los elementos que se encontraban en cada estancia (muebles, cortinas, mesas, sillas y otros objetos), una cámara de fotos con trípode y un ordenador para realizar posteriormente el montaje del vídeo.

Antes de dar comienzo a la actividad, se explicó a los menores en qué consistía la técnica “Stop Motion”, visionando previamente vídeos en Internet realizados con ella, con el objetivo de que se introdujeran en los conceptos básicos de este tipo de animación. Posteriormente, en el espacio asignado a cada taller se realizó una lluvia de ideas, ofreciendo diferentes alternativas a la hora de utilizar los materiales e instalaciones disponibles para realizar el vídeo.

De este modo, cada menor aportó sus propias ideas sobre qué objetos se podrían animar y cómo. A cada uno de ellos/as se le hizo responsable de un objeto, o grupo de objetos, para que entre imagen e imagen lo fuera moviendo para crear la animación. De esta forma, se le ofrecía libertad de acción con los elementos que le habían sido asignados, fomentando su propia iniciativa y a la vez, su sentido de la responsabilidad.


La Fundación Salud y Comunidad lamenta el fallecimiento de dos personas sin hogar en Valencia

FSC, al igual que el resto de entidades que forman parte de la Plataforma Sense Llar de la Comunitat Valenciana, han manifestado su pesar por la muerte de dos personas sin hogar, en plena calle y en menos de 24 horas, en la ciudad de Valencia. La plataforma exige a las administraciones públicas que realicen reformas estructurales que conlleven la aplicación del derecho humano a una vivienda digna y adecuada.

La plataforma, a la que pertenece desde sus inicios la Fundación Salud y Comunidad (FSC), ha señalado en un comunicado que resulta incomprensible que todavía en una gran ciudad como Valencia, y en pleno siglo XXI, no se haya superado aún una de las mayores y más duras situaciones de exclusión social: vivir en la calle, no tener un hogar, y mucho peor, morir en la calle. La plataforma está integrada además por ACCEM Valencia, Cáritas Diocesana de Valencia, Comité Antisida Valencia, Médicos del Mundo Comunidad Valenciana, Misión Evangélica Urbana de Valencia y OMV Obra Mercedaria Valencia.

Las entidades sociales especializadas en sinhogarismo y que atendemos a diario a estas personas, como es el caso de la Fundación Salud y Comunidad, sabemos que el fenómeno de la exclusión grave y el sinhogarismo es complejo y multicausal. Hay tantas situaciones de “exclusiones” como personas que las sufren. Pero, sin duda, no poder acceder o disponer de una vivienda adecuada, de un hogar, es algo en común en todas estas personas que cotidianamente acompañamos.

El sinhogarismo, unido a situaciones como la ausencia o escasez de recursos económicos, sucesos personales y familiares traumáticos, adicciones, enfermedad mental, etc., junto a la pérdida de redes y recursos sociales y familiares de apoyo, provoca a menudo un proceso en espiral generando cada vez más erosión vital y soledad.

Según se afirma también en este comunicado, las personas recientemente fallecidas, que conocíamos y acompañábamos desde las entidades, arrastraban una grave situación vital y física y lamentablemente no han podido tener una muerte digna. Además de no tener techo, soportaban una situación prolongada de aislamiento social y de deterioro que les impedía acceder a los recursos sanitarios y sociales normalizados.

En este sentido, la Plataforma Sense Llar de la Comunitat Valenciana señala que no se puede permitir que las personas alcancen este nivel de deterioro personal, hasta el punto de que rechacen albergarse en algún recurso. Además, pide a las administraciones públicas que realicen reformas estructurales que conlleven la aplicación del derecho humano a una vivienda digna y adecuada.

Asimismo, exige a las administraciones competentes, el desarrollo efectivo de la cartera de servicios sociales y la puesta en marcha de una estrategia global para erradicar el sinhogarismo en la Comunidad Valenciana, y en concreto en la ciudad de Valencia, que evite que siga habiendo personas que fallezcan en la calle.

En este comunicado se señala además que en el año 2015 se aprobó la I Estrategia Nacional Integral de personas sin hogar, impulsada por recomendación de la Unión Europea, en el marco de la Estrategia 2020. En la Comunidad Valenciana, sigue pendiente el desarrollo de una Estrategia Autonómica, que por un lado revise y actualice el catálogo de servicios para este colectivo, y por otro, impulse medidas desde una comprensión integral e integrada de la intervención, en el marco de los servicios sociales, facilitadora de procesos de desarrollo personal individualizados.

La Plataforma Sense Llar de la Comunitat Valenciana exige, por tanto, a las administraciones, que este tema se aborde y se convoque a las entidades especializadas para iniciar un trabajo en este marco estratégico.


La violencia intragénero, violencia invisible

La violencia intragénero es aquella que se produce entre parejas del mismo sexo, aunque podríamos entrar en un debate terminológico al respecto, ya que hay carencia de definiciones y términos claros.

Cuando este tipo de violencia se da entre parejas del mismo sexo, nos encontramos con un vacío institucional, ya que no son muchos los servicios que atienden esta demanda. En el caso de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), cabe señalar que contamos con un servicio de atención a la diversidad sexual y de género en el que atendemos la violencia intragénero y problemáticas derivadas.

Respecto a las investigaciones, también nos encontramos con pocos datos y que falta desarrollo y validación de técnicas y medidas de evaluación. Estos estudios se refieren a una prevalencia de la violencia intragénero del 10-40%, dependiendo del tipo de estudio y de violencia en la que se pone el foco.

En España, el colectivo LGTB+ de Madrid (COGAM) y la Universidad Complutense de Madrid, han realizado recientemente un estudio en el que un 30% de los participantes reconoce haber ejercido violencia sobre su pareja, el 60% conoce a alguna persona que ha vivido en una relación de violencia intragénero y un 82% manifiesta haber sufrido LGTB+fobia (Flick, 2017; Sen, 2017).

Otro dato de interés lo aporta la Tesis Doctoral de Antonio Ortega (2014), dado que es el único estudio en España que cuenta con una muestra significativa compuesta por 3.172 hombres, de los cuales 1.475 eran residentes en España y el resto en Argentina. Según esta investigación, el 70% de la muestra residente en España había sido víctima de violencia psicológica, el 26.78% había sufrido violencia física y el 43.2% violencia sexual.

Por otra parte, la violencia intragénero es una problemática real, pero insuficientemente visible.  La violencia entre relaciones heterosexuales y del mismo sexo tiene muchas similitudes, incluyendo los tipos de abuso y el impacto en la persona superviviente al maltrato de la pareja; sin embargo, hay un número de aspectos diferenciadores de la violencia entre parejas del mismo sexo:

  • Un elemento único y distintivo de este fenómeno en las parejas del mismo sexo es el hecho de tener que afrontar las actitudes negativas existentes aún hacia las minorías sexuales en muchas sociedades (Pew Research Center, 2013). Ello puede impactar en la dinámica de la pareja, generando otro tipo específico de conflictos.
  • La potencial discriminación podría hacer que, por ejemplo, la revelación de la orientación sexual a otros cercanos sea un evento complejo y problemático, ya que la pareja podría no estar de acuerdo sobre este tema. Revelar la orientación sexual de la pareja a otros o la amenaza de hacerlo, podría ser una forma común de abuso distintivo en las parejas del mismo sexo (Johnson & Ferraro, 2000), así como llevar a cabo agresiones verbales contra la autoestima de la pareja o su orientación, identidad y/o expresión de género (Distefano, 2009).
  • ‘Outing’ o forzar la "salida del armario" como método de control: si la persona no es abiertamente homosexual o bisexual para su familia, amigos/as, compañeros/as de trabajo y/o comunidad, la pareja puede usar esa “salida del armario” o la amenaza de hacerlo como método de control y chantaje.
  • El abuso está asociado con la sexualidad: para muchas personas, especialmente aquellas que son nuevas en una relación lésbica o gay, su orientación afectivo-sexual está asociada con este maltrato, por lo que culpan a su orientación sexual. Pueden pensar o sentir: "Estoy viviendo este maltrato porque soy lesbiana / gay. Si no lo fuera no estaría sufriendo así“.
  • Dificultad para detectar quién es el/la perpetrador/a y quién es la víctima: cuando acuden a los servicios sociales o de salud, es más complicado detectar el funcionamiento real de la pareja, paradójicamente quién suele culpabilizarse acostumbra a ser la víctima.
  • Este tipo de violencia no se entiende bien dentro de la comunidad LGBT: no hay mucha información al respecto dentro de las propias comunidades LGBT, y menos aún en toda población. La mayoría de la información y estudios hablan de las relaciones heterosexuales. Esta falta de conocimiento comporta que mucha gente: a) crea que no existe entre parejas del mismo sexo; b) no la reconozca si le pasa; o c) no sepa cómo responder, si la detecta en su propia relación o en otras relaciones cercanas, en amistades o familia.
  • Confidencialidad y aislamiento en la comunidad LGBT: el relativo pequeño tamaño de la comunidad, especialmente en ciudades pequeñas y áreas rurales, dificulta que las personas que están recibiendo esta violencia busquen ayuda. Pueden sentirse avergonzados/as sobre el abuso porque la pareja puede haber intentado poner a todo el mundo de la comunidad en su contra. La pareja que ejerce el abuso puede aislar a la otra persona (algo típico en los procesos de violencia) evitando que atienda a eventos, lea prensa de la comunidad o se relacione con otras amistades y miembros de la comunidad. Esto le suele pasar sobre todo a personas que tienen su primera relación con alguien del mismo sexo y que no habían tenido contacto con la comunidad, previamente a la relación.
  • Los servicios pueden no estar bien desarrollados: a pesar de que mujeres lesbianas pueden acceder a los servicios generales de atención a la violencia de g, estos servicios puede que tengan poca o ninguna experiencia en trabajar con violencia entre parejas del mismo sexo, y por tanto, no ofrecen un servicio apropiado. En hombres gais los dispositivos de detección de abuso suelen situarse en los propios centros LGBT, aunque aún queda un largo recorrido para desarrollar programas específicos al respecto.

La violencia intragénero nos hace repensar terminológicamente cómo nos referimos a esta violencia, qué dilemas nos representa y cómo puede englobarse o romper ciertos marcos conceptuales, porqué ha habido un pacto de silencio al respecto, etc. Durante mucho tiempo, la propia comunidad LGBT no ha querido poner el foco de atención en ello para no desviarse de la consecución de derechos. Además, debemos enmarcarla dentro de los ejes interseccionales de la heteronormatividad/homofobia y las construcciones de género que hacen que a veces exista un “doble armario”: por orientación afectivo-sexual (violencia estructural) y por estar recibiendo violencia (violencia interpersonal).

Para concluir, cabe señalar que es una problemática real, con similitudes pero también con particularidades a tener en cuenta para mejorar los procesos de detección, intervención y formación a los/las profesionales.

Paula Alcaide
Responsable de Diversidad Sexual y de Género de la Fundación Salud y Comunidad