Fran Calvo, actual director del Piso Terapéutico “Cosmos” de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Barcelona, es Diplomado en Educación Social, Licenciado en Psicopedagogía, Máster y Doctor en Psicología. Trabaja en el ámbito de las adicciones desde 2006, como profesional de la intervención directa y el tratamiento. Es miembro del equipo terapéutico del Centro de Atención y Seguimiento (CAS) de Gerona, perteneciente a la red pública de salud mental y adiciones de la provincia, servicio al que sigue vinculado. Además, es docente del Grado de Educación Social de la Universitat de Girona y profesor colaborador del Máster de Salud Mental Comunitaria de la Universitat de Barcelona. En esta entrevista, conoceremos mejor su labor al frente del Piso Terapéutico “Cosmos”.

– ¿Desde cuándo diriges este servicio de la Fundación Salud y Comunidad y cómo está resultando la experiencia?

Dirijo el servicio desde el 11 de febrero del presente año. La experiencia está siendo muy interesante. Me encuentro ante un equipo muy formado, muy experimentado y en una fase del tratamiento de las adicciones muy gratificante, por lo que el reto que supone este nuevo cargo es muy estimulante.

– ¿Cuál ha sido tu experiencia en el ámbito profesional de las adicciones hasta este momento?

Trabajo en adicciones desde hace 15 años, siempre he desarrollado mi trabajo en centros ambulatorios de tratamiento o en reducción de daños. He sido terapeuta en el Centro de Atención y Seguimiento (CAS) de Gerona, adscrito a la red pública de salud mental y adicciones, y también he sido el responsable técnico de los programas de reducción de daños de la provincia de Gerona, durante tres años.

Por otra parte, fui el referente de conductas adictivas del centro penitenciario de Figueras durante cinco años, antes de su reciente traslado. También, coordiné allí durante 10 años el equipo de intervención en medio abierto con personas sinhogar, dedicándome específicamente al tratamiento de las adicciones en fases precontemplativas y contemplativas con personas en situaciones de exclusión residencial que es extrema.

– ¿Con cuántos usuarios/as contáis en el servicio y qué perfil presentan?

El piso tiene una capacidad para 14 personas. Mayoritariamente, atiende a usuarios/as que tienen un recorrido de tratamiento, ya que proceden de comunidades terapéuticas en un 70%. Suelen ser personas con trastornos por consumo de alcohol, cocaína, fármacos hipnóticos/sedantes y/o cannabis. Cada vez más nos encontramos con perfiles duales, es decir, con otro trastorno mental concomitante no relacionado con el consumo de drogas.

Añadir además que el tratamiento que realizan estas personas es voluntario y el hecho de que procedan de otros entornos terapéuticos residenciales y/o ambulatorios, facilita nuestro cometido, especialmente en las dinámicas grupales.

– ¿Qué novedades te has planteado incorporar desde la dirección?

La principal novedad es incorporar una visión del Ageing Drug Use. Las personas con dependencia a las drogas cada vez son más mayores y sus necesidades están cambiando. Muchos centros están recibiendo pacientes incluso en edad pre-geriátrica y debemos hacer una reflexión sobre ello.

Por otra parte, estamos incorporando el uso de las TIC en la intervención, potenciando el uso de herramientas de comunicación asincrónicas como intervenciones complementarias al seguimiento ordinario, ya que este tipo de herramientas han demostrado una gran eficacia y efectividad en investigaciones actuales.

– ¿Qué importancia tiene la perspectiva de género en la intervención socioeducativa que lleváis a cabo en el servicio?

Tiene mucha importancia, pues entendemos que es el reto que tienen todos los centros de atención a personas con problemas de salud mental, incluidas las adicciones.

Es importante señalar que la Fundación Salud y Comunidad está realizando un enorme esfuerzo en los últimos tiempos para dotar a los equipos profesionales de los diferentes servicios de una mirada con perspectiva de género que vaya más allá.

En nuestro caso, flexibilizando el programa, sensibilizándonos con las particularidades de una intervención inclusiva, formándonos para que las mujeres (y no solo las mujeres, sino cualquier persona que se identifique con un género no-binario), encuentren su lugar en la oferta terapéutica, hasta ahora muy androcéntrica.

– ¿Cuál es el balance que haces de la labor realizada hasta el momento en el grupo específico de género para mujeres?

La atención a la mujer con problemas de drogodependencias presenta requerimientos que es necesario adaptar a los centros: padecen un mayor estigma por el hecho de ser mujer y drogodependiente.

Podemos hablar de una triple marginación cuando se añade una situación de exclusión social grave. Ello es consecuencia de una relación de desigualdad generada en un sistema patriarcal que continúa existiendo en muchos ámbitos. Por tanto, las mujeres tienen más barreras de acceso y menor permanencia en el tratamiento.

En el servicio, tratamos de adaptar el contenido de la intervención para mejorar la adherencia y la calidad del tratamiento, pues creemos que ese es nuestra principal misión.

– La flexibilidad y capacidad de adaptación conforman la base del trabajo que realiza el equipo profesional de “Cosmos” para poder ofrecer una atención individualizada…  ¿De qué forma se realiza esta atención individualizada?, ¿en qué momento estáis?

En la línea de lo que comentaba al inicio de la entrevista, tengo el privilegio de dirigir un servicio con un equipo muy formado, muy experimentado y motivado. Es una oportunidad enorme. Cada profesional es referente de una serie de casos y hace el seguimiento referencial.

A partir de aquí, se trabaja mucho en grupos de terapia de diversa índole en una propuesta terapéutica intensa, siempre en pro de la autonomía de la persona a la salida del recurso. Se realiza un gran trabajo de equipo, a partir de unos horarios adaptados para facilitar al máximo la coordinación de profesionales, también una reunión de equipo semanal y una sesión de supervisión mensual, dirigida a optimizar nuestro trabajo.

Además, estamos coordinados a través de canales virtuales para situaciones urgentes que requieren de más inmediatez, como la que vivimos ahora.

– ¿Qué destacarías en este sentido del equipo profesional del servicio y de estos canales de comunicación, en general?

Puede sonar a tópico, pero el trabajo de equipo es esencial para que la misión del servicio se pueda llevar a cabo.

El equipo profesional se ha adaptado bien a los cambios y a las nuevas necesidades del contexto. Así lo ha venido demostrando día tras día. Tiene capacidad de adaptación y cambio, y eso es fantástico.