Las agresiones sexuales en las fiestas son cosa del sexismo facilitado por el alcohol, pero no de la burundanga

El Observatorio Cualitativo sobre la relación entre el consumo de drogas y los abusos sexuales en contextos de ocio nocturno está financiado por el Plan Nacional Sobre Drogas (PNSD) del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. En el marco de la jornada "Violencias sexuales, fiestas mayores y medios de comunicación", celebrada hoy en el Espacio Francesca Bonnemaison en Barcelona, la Fundación Salud y Comunidad (FSC) ha presentado el informe de resultados 2015/2016 de este Observatorio.

El proyecto, iniciado en el año 2013, se enmarca en una línea de prevención y reducción de riesgos y se desarrolla en Cataluña, Comunidad de Madrid y Comunidad Valenciana, y sitúa la perspectiva de género en el eje central del análisis. Este tercer informe ha seguido apostando principalmente por la metodología cualitativa, con el fin de facilitar la comprensión de las creencias, actitudes, motivaciones y comportamientos que se dan entre los y las jóvenes sobre el consumo de drogas, la sexualidad y las violencias sexuales, a partir de sus propios relatos y desde sus perspectivas.

El informe parte de que la violencia sexual es uno de los principales riesgos que las mujeres tienen cuando salen de fiesta y que, por las particularidades de estos contextos, estos riesgos no son suficientemente percibidos y combatidos. Por ello, se apuesta por la desnormalización de estas violencias, su identificación y visibilización y la creación de estrategias para erradicarlas.

Algunas de las principales cuestiones que se destacan en este informe, que se han puesto de manifiesto durante la jornada, son:

  • La sobredimensión de la “sumisión química” premeditada y de la “burundanga”: sin negar la existencia de este tipo de violencia sexual, el foco mediático que acarrea la “sumisión química” puede incidir en la idea de que la violencia sexual realmente grave es la que se ejerce contra mujeres que de ninguna manera se pueden defender. Sin embargo, todas las formas y canales de ejercicio de las violencias sexuales son graves y han de ser erradicadas.
  • El alcohol sigue siendo la sustancia más presente en las situaciones de agresión sexual: el alcohol y otras drogas son sustancias que despiertan el sexismo latente, un disparador y facilitador, pero nunca la causa única de la violencia. Además, el consumo de alcohol y otras drogas por parte de las mujeres es mayoritariamente voluntario, hecho que posteriormente juega un papel clave en la injusta responsabilización y culpabilización de las víctimas.
  • El binomio premeditado/oportunista: estas categorías fueron propuestas por el Consejo de Europa para diferenciar las situaciones de “sumisión química”. Las premeditadas serían aquellas en las cuales el agresor de forma intencionada proporciona una sustancia narcótica o desinhibidora a la víctima y las oportunistas aquellas que incluyen las agresiones sexuales que se producen con una persona prácticamente inconsciente, a causa de un consumo voluntario de sustancias. Consideramos que es una manera práctica pero simplista de abordar una realidad más compleja, ya que en la mayoría de los casos el oportunismo no está exento de premeditación.
  • Identificarse como víctima: de la normalización de las mujeres a la hipersensibilidad de los hombres: cuando se pregunta sobre el hecho de haber sido víctima de violencias sexuales en el ocio nocturno, en algunos casos los resultados de las mujeres y de los hombres no están tan alejados. Este hecho tiene que ver con dos factores: 1) con el elevado grado de normalización de la violencia sexual en estos espacios, por lo cual muchas veces no es identificada, ya que forma parte de la cotidianidad del ocio nocturno; 2) los hombres son mucho más sensibles a las violencias sexuales porque las viven con mucha menor frecuencia y cualquier forma de acoso sexual es rápidamente identificada como violencia.
  • Agresores fantasma: por una parte, tenemos   abundantes  relatos   de  mujeres  que    explican haber vivido experiencias de violencia sexual y, por otra, nos  encontramos con una casi totalidad de relatos de hombres que aseguran no haber acosado nunca o agredido sexualmente a ninguna mujer. Bajo nuestro punto de vista, la explicación más plausible es que los hombres o no la identifican o no se identifican a sí mismos con estas dinámicas.
  • Sexo consentido/sexo deseado: algunos de los relatos de las mujeres participantes de nuestro trabajo de campo hacen referencia al hecho de mantener relaciones sexuales consentidas, pero realmente no deseadas. Para construir una cultura sexual libre, segura y saludable, nos parece clave que, más allá de que el sexo requiera del consentimiento de las dos partes, sea también deseado. Es decir, que se pueda desmantelar el mandato de género que señala que las mujeres no pueden decir que no, o que no tienen que frustrar las expectativas o necesidades del otro.
  • Efecto Sanfermines: las campañas realizadas desde la Administración durante los Sanfermines han dado impulso a este debate durante otras fiestas. El reto es dar el salto ahora al ocio nocturno comercial que es el espacio en el cual generalmente las personas salen a lo largo del año.

Frente a esto, se observa una tendencia a situar la responsabilidad de las agresiones en el consumo previo, como si el detonante de la violencia sexual fuera la sustancia, dejando de lado la responsabilidad de los agresores en el ejercicio de estas conductas. La violencia sexual encuentra sus raíces en el sexismo.

Como propuestas de acciones de prevención e intervenciones, en este informe se destaca la importancia de que las administraciones generen campañas y protocolos de calidad y trabajen conjuntamente con los medios de comunicación para que aporten una información rigurosa y contrastada. También, implicar al sector privado del ocio nocturno e interpelar a las personas que agreden y a las que son testigos de estas escenas: a problemas colectivos, respuestas colectivas.


Los pisos terapéuticos de la Fundación Salud y Comunidad participan en la Calçotada del Barri Guinardó en Barcelona

Recientemente, hemos colaborado en la iniciativa propuesta por la comisión del barrio del Guinardó de hacer una calçotada, a través de la participación de usuarios/as de estos pisos que han colaborado como voluntarios en la preparación y puesta en marcha de la actividad. Esta relación con el entorno es muy beneficiosa para las personas que han decidido iniciar una vida sin consumir drogas.

Las drogas interfieren en muchas ocasiones en la relación con el entorno. De ahí la importancia de actividades como esta que ha logrado generar ilusión e implicación en los usuarios/as de los dos pisos terapéuticos de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Barcelona, en un intercambio enriquecedor con el barrio.

“Esta relación con el entorno es muy importante para las personas con problemas de adicción, ya que a lo largo de su historia de consumo no han generado este tipo de vínculos sanos con la comunidad. Más bien al contrario, su entorno más cercano ha acabado volviéndose peligroso y un lugar del que deben alejarse por su bienestar emocional”, señala Gemma Maudes, responsable de los pisos terapéuticos de FSC.

El evento, organizado por la Coordinadora de Entidades del Guinardó para recoger fondos para la Fiesta Mayor, se celebró frente al mercado del Guinardó. “Allí tuvimos la oportunidad de conocer a algunos vecinos/as y de trabajar conjuntamente con ellos; fue una actividad con un marcado carácter altruista y con un efecto muy beneficioso en los usuarios/as del piso por esta solidaridad que también generó en ellos”, afirma Gemma Maudes.

Este tipo de iniciativas suponen un paso más para la vida en abstinencia. Por otro lado, es también desestigmatizador que los vecinos del barrio puedan colaborar estrechamente con personas que están en un proceso de deshabituación de las drogas. Ello genera una conciencia mucho más positiva y realista de las personas con esta problemática.

“En vez de ver a las personas con adicciones como parte de un problema que no pertenece a la sociedad sino al individuo y al que hay que apartar, el hecho de integrarlos en las dinámicas de la sociedad más cotidiana, se vuelve parte de la solución, además de ayudar a rebajar el miedo por ambas partes”, mantiene la responsable de los pisos terapéuticos de FSC.

Esperamos poder seguir colaborando en iniciativas como esta para seguir fortaleciendo un vínculo saludable entre los usuarios/as de los pisos terapéuticos de la Fundación Salud y Comunidad y su entorno más cercano.


La Fundación Salud y Comunidad renueva la gestión de la Unidad Dependiente de Inserción Social Baix Llobregat

Recientemente se nos ha comunicado la adjudicación de este recurso, ubicado en Cornellà de Llobregat (Barcelona), tras presentarnos a la oferta de contratación pública del Departamento de Justicia de la Generalitat de Cataluña. Ello nos permite seguir ofreciendo nuestros servicios a las personas que se encuentran en tercer grado penitenciario y residen o trabajan en la zona del Baix Llobregat, tal y como llevamos haciendo desde el 2015.

Esta unidad ofrece un servicio residencial y de apoyo a la inserción social de los usuarios/as que participan en este programa y que cuentan con trabajo y/o residencia en las comarcas del Baix Llobregat y alrededores. El recurso cuenta con una capacidad para 12 personas y otras 10 en programa de seguimiento.

El trabajo colaborativo y las sinergias con el Departamento de Justicia de la Generalitat de Cataluña, nos permiten ofrecer una atención individualizada en este servicio, implicando a la comunidad. De esta forma, se consigue reducir el nivel de reincidencia delictiva.

El acompañamiento profesional en este periodo de transición de régimen cerrado desde la institución a la libertad definitiva, es un elemento clave para promover el cambio y la integración de las personas atendidas. Es por ello que, a través de esta unidad, se desarrolla un programa de intervención socioeducativa, que incluye tutorías y seguimientos individualizados, cuyo objetivo es lograr la estabilidad laboral de las personas que participan en el mismo.


Jóvenes, talento y reinserción

6:30 de la mañana, estación de Sants en Barcelona. Espero a Yusef en la puerta de acceso al tren Ave que nos trasladará a  Madrid. Hoy es un día diferente y no solamente para mí. Hoy viajo acompañado por Yusef con el objetivo de participar  como experto en  una jornada que organiza la Unión de Asociaciones y Entidades de Atención al Drogodependiente (UNAD),  en la que se va abordar el nuevo código penal, las adicciones y las personas privadas de libertad.

Más allá del evento, esta jornada de trabajo tendrá algo diferente y es que me acompañará  uno de los primeros jóvenes  que atendimos en el programa “Impuls Jove” que se lleva a cabo en el centro penitenciario de jóvenes en La Roca del Vallés, Barcelona. “Impuls Jove” es un programa innovador  que tiene como misión principal mejorar las relaciones familiares entre los jóvenes y sus familias, con el fin de favorecer la reinserción en el ámbito comunitario. Este proyecto está gestionado por Fundación Salud y Comunidad (FSC) desde el año 2015.

Este viaje no  busca dotar de reconocimiento ni premiar a Yusef. Este viaje tiene otro objetivo. El objetivo de dar continuidad y favorecer la participación social de un  joven  para poder poner en práctica las habilidades y competencias personales que durante muchos años tuvo anestesiadas y que, en la actualidad, ha conseguido de nuevo hacer emerger, a partir de introducir cambios y aplicar renuncias.

Yusef es un chico marroquí de 23 años, de padres emigrantes y afincado en una localidad del Baix Llobregat desde hace años. Yusef, después de un tiempo cumpliendo condena en el centro penitenciario de jóvenes, se encuentra en libertad condicional. Y en su salida en tercer grado encontró trabajo.

Una inmensa mayoría de nuestra sociedad, piensa que las personas privadas de libertad, más aún si son jóvenes,  son personas que tienen complicada su reinserción y que incluso muchas de ellas no conseguirán nunca reinsertarse. “Estos chicos son impulsivos”, “no quieren trabajar”, “volverán a entrar en unos meses de nuevo a prisión”, son afirmaciones que se suelen escuchar cuando se habla de jóvenes, prisión y reinserción.

Mis sensaciones después de estos dos primeros años gestionando el  proyecto “Impuls Jove” son diferentes. Lo que observo en mí día a día,  es que a partir de la construcción de vínculos y relaciones educativas basadas en la confianza y la transparencia, se pueden obtener resultados diferentes. La importancia de acompañar y de sentirse acompañado, tanto en el proceso de cumplimiento de condena como en el de desvinculación de la institución penitenciaria, es un proceso clave que conviene tener en cuenta. La importancia de no borrar a la persona y de darle el lugar que merece,  genera y promueve cambios en el otro.

Desde la jornadas de la UNAD,  se le ofrecía a Yusef la posibilidad de alzar su voz y explicar su proceso de reinserción, de su posición antes, durante y después de entrar en el centro penitenciario, pero sin caer en el error de explicar desde el “goce” y de atreverse con un discurso distinto donde tengan más peso sus logros y sus retos de futuro, así como la capacidad para transmitir las emociones.  Un proceso donde el cambio, las renuncias  y la rectificación subjetiva están presentes. Una actividad que realizaba por primera vez y que permitió a las personas presentes en la jornada (profesionales, familiares y voluntarios/as) construir un imaginario distinto al que en ocasiones pensamos, cuando hablamos de  personas privadas de libertad y reinserción.

La conclusión de esta experiencia la resume perfectamente una frase pronunciada por Yusef en el Ave de vuelta a Barcelona, una vez concluyeron las jornadas: “me he sentido genial porque nadie me miraba diferente, he sentido por primera vez en mi vida que formaba parte de un grupo de gente”.

La importancia de trabajar desde el vínculo educativo y ser capaces de hacer emerger la demanda en el otro, son cuestiones claves en el trabajo con personas que proceden del ámbito de la ejecución penal. Poder acompañar en el desarrollo de talento y competencias, ofrecer espacios de intercambio, de socialización, que nos permitan integrarnos y desprendernos de prejuicios y miedos, son elementos que conviene poner en juego en la acción social con personas privadas de libertad, con el objetivo de llevarlas a una reinserción real.

Manu Izquierdo
Coordinador del Proyecto “Impuls Jove” de la Fundación Salud y Comunidad


La Residencia y Centro de Día “Infanta Elena” gestionada por la Fundación Salud y Comunidad acoge la actuación del cantautor Miguel Caldito

El cantante extremeño Miguel Caldito fue recibido por un público expectante, deseoso de conocer su discografía, que combina rumba, flamenco, influencia andina y tango con poesía de una manera muy personal. Recién llegado de su gira en Chile y antes de iniciar sus actuaciones en Pamplona, tuvo la deferencia de hacer su primera actuación en este servicio, ubicado en Cordovilla (Galar), cuyo titular es la Agencia Navarra de Autonomía y Desarrollo de las Personas del Gobierno de Navarra.

Desde finales del pasado año, la Fundación Salud y Comunidad (FSC), el Grupo Lagunduz y la Fundación Maresme para Personas con Disminución Psíquica gestionan este servicio asistencial destinado a la atención a personas con discapacidad física grave o severa, que acogió la actuación del cantautor Miguel Caldito.

A lo largo de la misma, acompañado, a la guitarra, de su inseparable compañero Juan Carlos Zapata “Juanki”, fue  interpretando canciones de sus últimos trabajos. Temas como “Me estás buscando la ruina”, “Camaleón Canalla”, “Vagos y maleantes” y otras canciones incluidas en su último disco, titulado “Revolución bailable” que combina música de cumbia y tango, e influencia de sus viajes y estancias en Sudamérica.

La música rumbera, su estilo flamenco pop y los acordes de sus guitarras, llenaron de buen ambiente y ritmo el Salón de Actos de la Residencia y Centro de Día “Infanta Elena”. A pesar de que era la primera vez que el servicio acogía una actuación de estas características, cabe destacar la buena acogida que tuvo por parte de todas las personas asistentes.

Con los cambios de ritmo que introdujeron ambos artistas en su repertorio, lograron emocionar a usuarios/as, familiares y equipo profesional de este servicio con una actuación con ritmos diferentes a las actuaciones más tradicionales a las que están acostumbrados.

Tras la actuación de Miguel Caldito y su guitarrista, todos los presentes tuvieron la oportunidad de saludarles y felicitarles por esta agradable jornada. Queremos agradecer a ambos intérpretes, así como al técnico de sonido que les acompañó, “este alto en el camino”, para acercar al centro “Infanta Elena” su arte de una manera tan solidaria, a través de los acordes de sus guitarras y sus voces.


Los drogodependientes envejecen y plantean nuevas situaciones complejas

El abuso y dependencia de drogas presentan características específicas cuando se combinan con los procesos de envejecimiento. Todo ello es sobradamente conocido en los casos de dependencia de alcohol y psicofármacos, pero está planteando situaciones recientes más novedosas, si nos referimos a las drogas "ilegales" tales como cannabis, cocaína o heroína.

Si bien el consumo de cannabis es algo más antiguo entre nosotros, la llamada "epidemia de heroína" empezó a manifestarse en España a finales de los años 70, alcanzando su apogeo durante los 80 y 90. Pues bien, muchos de aquellos dependientes que han sobrevivido a los riesgos de sobredosis, de accidentes y del sida están ya hoy rozando los 60 años, o incluso por encima. Ello plantea nuevas situaciones complejas de abordar, tanto para quienes detuvieron su consumo, pero adquirieron un notable deterioro mental físico o social, como para las personas que continúan usando drogas, ya sea en programas supervisados de mantenimiento con metadona o de forma ilegal. Muchos de los primeros empiezan a llegar a las residencias de mayores, o a recibir servicios de ayuda a domicilio. Los que siguen usando drogas pueden ser atendidos en centros de reducción de daños, ambulatorios o comunidades terapéuticas, por poner solo algunos ejemplos. Otros están encarcelados.

Como datos que nos acerquen a la magnitud del problema, señalemos que, a pesar de la percepción de la adicción a drogas como un fenómeno "juvenil", actualmente los mayores de 40 años, más que la excepción, son ya la norma. Así, constituyeron más del 50% de las 360.880 visitas registradas en Cataluña, en el 2015, en centros de reducción de daños.  Y los mayores de 50 años supusieron ya un 13% de esas visitas. Entre las 13.779 nuevas admisiones a tratamiento en la misma comunidad y año, un 22% tenía más de 50 años (en este caso se incluye a las personas dependientes del alcohol).

A nivel europeo, pese a la diferencia entre países, la tendencia es la misma: si en 2006 uno de cada cinco usuarios de opiáceos que entraba en tratamiento tenía más de 40 años, en 2013 ya era uno de cada tres. En el mismo período, la edad media de los fallecidos por sobredosis había aumentado de 33 a 37 años.

La Fundación Salud y Comunidad (FSC) confronta esta problemática desde múltiples encuadres: así, Pepe Sanmartín, director del Centro de reducción de Daños (CIBE) en Valencia, explica que en el 2016, de los 595 casos con los que han trabajado, 2/3 tenía más de 40 años (66%), y  un 23% más de 50. Proporciones parecidas encontramos en el centro similar existente en Castellón, donde asimismo los mayores de 40 son ya mayoría (55%). Su directora, Belén Sánchez, afirma  que estas personas suelen ser antiguos usuarios de heroína en un programa de metadona, y que en la actualidad básicamente consumen cocaína base, alcohol y medicamentos.

Por otra parte, presentan una gran vulnerabilidad en razón de su deterioro físico y social, y aunque las cantidades consumidas pudieran parecer de bajo riesgo, esto no es cierto, precisamente a causa de su gran fragilidad.  El centro ha desarrollado, entre otras acciones, algunas específicas del ámbito de la educación de adultos con objeto de ayudar a ocupar y estructurar sus vidas, siendo los usuarios de mayor edad los que se involucran con mayor frecuencia en actividades como talleres de informática, de jardinería o de fotografía organizadas en el dispositivo.

En los programas de tratamiento en la prisión, como los que gestionamos para la Generalitat de Cataluña (SCS) también son ya mayoría los usuarios de más de 40 años. Por ejemplo, ascienden a 423 de los 801 internos e internas con los que hemos trabajado en 2016 en el marco de las prisiones de Brians (Barcelona), es decir, el 53%. Aquí los mayores de 50 son menos (11%), y menos todavía por encima de 60. Aproximadamente la cuarta parte de estos drogodependientes "mayores" realiza un programa de metadona en la prisión. Y en este ámbito también los reclusos que son mayores muestran una mayor motivación y se constituyen ante los demás como "expertos", estando más seriamente afectados por la evolución de su infección por HIV, hepatitis y otras enfermedades.

Desde otro punto de vista, encontramos también personas que han usado intensivamente drogas ilegales en nuestros servicios de atención a personas mayores dependientes (y que a veces las siguen consumiendo, aunque lo habitual si persiste el consumo es haber pasado al alcohol). Toni Gelida, director del Área de Atención a la Dependencia de FSC, explica que en muchas residencias de mayores era común aceptar excepcionalmente personas cuya edad no justificaba todavía el ingreso, pero que estaban notablemente deterioradas por su dependencia a sustancias; actualmente, con los sistemas de puntuación para optar al ingreso establecidos por la Ley de Dependencia, esto es menos frecuente, con lo que surge el problema de dónde ubicar a estas personas. Y empiezan a llegar personas mayores, especialmente en algunos centros vecinos a barrios que han estado especialmente afectados por los problemas de drogas, que los han sufrido y que en ocasiones aún usan sustancias ilegales, o que las han sustituido por un abuso relevante de psicofármacos o bebidas alcohólicas. Ello plantea a menudo en esos entornos de convivencia situaciones difíciles, tanto para el personal de los centros como para el resto de los residentes.

Para ayudar a identificar mejor el problema, las respuestas que se están dando y entre ellas entresacar aquellas que suponen buenas prácticas dignas de ser difundidas e imitadas, la Fundación Salud y Comunidad participa en el proyecto europeo BETRAD ("un mejor tratamiento para los drogodependientes que envejecen"). El proyecto lo desarrolla un consorcio de siete organizaciones, entre los que se encuentran la Agencia de Salud Pública de Catalunya, ONGs y universidades provenientes de Luxemburgo, Holanda, Alemania y la República Checa, con colaboración del Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanías (OEDT- EMCDDA).

En una primera instancia se pretende identificar buenas prácticas a nivel europeo. Concretamente, nuestra entidad está estudiando las actuaciones en España, Italia y Grecia. Posteriormente, se pretende dar a conocer los mejores ejemplos y elaborar una serie de "herramientas prácticas" que posibiliten a centros, instituciones y profesionales una mejor atención de estas personas. Estas herramientas pueden ser cuestionarios, guías para la organización de centros y servicios especializados, para la realización de terapias de grupo adaptadas al colectivo, etc.

Se espera disponer de unos primeros datos sobre la situación en Europa este verano, y más adelante se desarrollarán el resto de las acciones.


Primeros resultados del Proyecto IMMA de FSC dirigido a mujeres en situación de prostitución callejera

La Fundación Salud y Comunidad (FSC) inició a finales del pasado año este nuevo programa en Castellón, gracias a una subvención concedida por la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana. La primera fase del proyecto ha permitido profundizar en las necesidades psicosociales y sanitarias de estas mujeres, así como iniciar procesos de inclusión social y sanitaria.

El proyecto consiste en una atención en las zonas de ejercicio de prostitución femenina, combinada con la atención en un centro fijo, tanto para asistencia social y psicológica, como para una atención sanitaria especializada.

Los objetivos generales del programa son generar un dispositivo de referencia para las mujeres que se encuentran en situación de prostitución; promover la salud y la mejora en la calidad de vida de las participantes; facilitar y favorecer una actitud positiva ante la posibilidad de un cambio de estilo de vida y resolver las inquietudes que son propias de las situaciones que viven.

En relación con los primeros resultados obtenidos en una primera fase del proyecto hasta diciembre de 2016, cabe destacar los altos índices de atención psicosocial. Según señala Belén Sánchez Garcés, directora de este programa, los objetivos se han cumplido satisfactoriamente, gracias a que la mayoría de las intervenciones se han podido realizar sobre el terreno, sin que las usuarias tuviesen que desplazarse.

Se han llevado a cabo 368 acciones de atención social en las que han participado 72 mujeres. Los servicios realizados han sido los siguientes: información; coordinación interinstitucional para el acceso a los recursos sociales y sanitarios; inclusión en el sistema sanitario (acceso al SIP), coordinado con las trabajadoras sociales de centros de salud correspondientes; inclusión en el sistema de protección social (coordinación con los servicios sociales municipales y otros servicios de atención social) y tramitación del DNI/ NIE.

Según destaca Belén Sánchez, en este proyecto se valora como fundamental la perspectiva de inclusión social plena de estas mujeres y el acceso a sus derechos fundamentales, así como ir trabajando para que las vías de salida a la situación en la que se encuentran sean coordinadas y lo más rápidas y sencillas posibles. Esta primera fase ha permitido profundizar en las  necesidades psicosociales y sanitarias de estas mujeres, así como iniciar procesos de inclusión social y sanitaria.

Por otra parte, ha permitido obtener un conocimiento más concreto y definido de la realidad existente de estas mujeres, profundizando en las debilidades, fortalezas, amenazas y oportunidades a la hora de desarrollar el programa. “A la vista de esta primera evaluación, la fase de arranque ha sido más lenta de lo previsto. No obstante, el contacto sobre el terreno ha resultado fácil y se han detectado numerosas necesidades en cuanto a intervención social, si bien la posibilidad de trabajar en el centro está todavía en fase de consolidación”, afirma la directora del Proyecto IMMA de la Fundación Salud y Comunidad.

En cuanto a la atención psicológica, en esta primera fase se ha realizado soporte psicológico, tanto en la calle como en el centro. Este apoyo ha sido demandado mayoritariamente por mujeres españolas y rumanas.

Respecto a la atención sanitaria, según señala Belén Sánchez, cada 3 semanas se ha ofertado atención ginecológica especializada y un día a la semana consulta de atención médica general. El servicio de ginecología ha estado abierto 5 tardes y el servicio de medicina general 16.  En total se han realizado 55 consultas, entre las que ha habido 14 pruebas rápidas de VIH, 14 pruebas de VHC y 4 pruebas de embarazo. “Si bien en la calle ha habido más consultas. Entendemos que es necesario más tiempo para fortalecer la relación de confianza y consolidar la asistencia al centro”.

Por último, cabe señalar el elevado número de acciones relativas a la actividad de distribución de preservativos y lubricantes que supusieron un 85% sobre el total de acciones. También, en el marco de este proyecto, se ofrecieron bebidas calientes y tentempiés (café, leche y galletas).

En cuanto a los retos para este año 2017, el proyecto se plantea incrementar la confianza y vínculo de las usuarias con el programa para aumentar el número de atenciones en centro fijo, lo que permitiría una intervención de mayor calado. Por otra parte, lograr la puesta en marcha de al menos un grupo de trabajo de usuarias con intereses comunes, para su apoyo mutuo.


La Comunidad Terapéutica “Riera Major” rinde un especial homenaje a la mujer con motivo del 8 de marzo

Este servicio de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) se ha sumado un año más a la celebración del Día Internacional de la Mujer, organizando diversas actividades, algunas novedosas, que han contado con gran participación de usuarios/as y profesionales. En un recurso de asistencia profesional de estas características es importante destacar el aprendizaje que se hace de celebraciones como esta sin que las drogas estén presentes.

Este año se ha vuelto a celebrar el 8 de marzo en el entorno privilegiado de la Comunidad Terapéutica “Riera Major” reivindicando, a través de diferentes actividades, la participación de la mujer en la sociedad, en igualdad de condiciones respecto al hombre. En las diferentes actividades organizadas han participado un total de 25 usuarios/as y 14 profesionales.

Cabe señalar que el principal objetivo de este servicio de FSC es la deshabituación, tratamiento y reinserción de personas con dependencia del alcohol, cocaína y de otras sustancias (cannabis, drogas de síntesis, etc.).

Se han llevado a cabo las siguientes actividades:

- Decoración de la casa con globos lilas que contenían una palabra relacionada con las mujeres y el significado de esta celebración.

- Parada de 30 minutos de las mujeres de la casa: Se sumaron al 'paro' convocado a nivel mundial, con motivo del Día Internacional de la Mujer.

- Realización de un texto por parte de los usuarios/as en reconocimiento hacia  una mujer significativa en sus vidas: con la finalidad de homenajear y que tomaran conciencia del papel que han tenido las mujeres en sus familias o entorno. Posteriormente, se leyeron estos textos y la actividad finalizó con la lectura del escrito conjunto. Fue uno de los actos más entrañables.

- Elaboración de un escrito conjunto: Los textos se centraron en la discriminación hacia la mujer que, según los usuarios/as, todavía existe en nuestra sociedad.

- Realización de una comida en el exterior de la casa (calçotada y carne a la brasa): Como cada día, hombres y  mujeres realizaron las diferentes tareas a la hora de preparar el fuego, la mesa, comida, etc.

- Árbol de los deseos: Cada persona escribió un deseo en forma de tira de papel y todos ellos se colgaron en un árbol situado en el jardín.

- Encendida del símbolo de la mujer: Se hicieron farolillos con bolsas de papel y se creó el símbolo de la mujer en el jardín. De esta forma se procedió al cierre de la jornada con un aplauso general de todas las personas asistentes.

Según los testimonios recogidos de los usuarios/as de este servicio, “fue una celebración en la que hubo mucha armonía entre todos y todas”, “un día especial, colaborativo y divertido”, “los escritos individuales fueron preciosos y muy emotivos, dirigidos a nuestras madres, abuelas, amigas, mujeres... lloramos de emoción y empatía”, “nunca el Día de la Mujer había significado tanto para mí, escribí una carta muy emotiva a mi abuela que me hizo ser más consciente de esta celebración”, “fue un día especial para no olvidar y recordar…”.


Fundación Salud y Comunidad: los mayores de la Residencia y Centro de Día "Els Arcs" critican la publicidad sexista con motivo del 8 de marzo

¿Cómo se representa la imagen de la mujer y el hombre en la publicidad?, ¿se ha producido alguna evolución en la representación de esta imagen?, ¿qué tipo de roles desempeñan mujeres y hombres en la comunicación publicitaria?... A estas y otras cuestiones respondieron los mayores de la Residencia y Centro de Día “Els Arcs” de Figueras (Gerona), gestionada por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), con motivo de la celebración del Día de la Mujer.

En el servicio, cuyo titular es la Generalitat de Cataluña, se constituyeron cuatro grupos de trabajo en los que participaron los mayores de este centro para expresar su opinión sobre diversas cuestiones relacionadas con la publicidad, en una jornada muy intensa marcada por la reflexión y el debate.

Las conclusiones a las que llegaron fueron las siguientes: los mayores señalaban que la mujer es representada en los anuncios como mero objeto decorativo, aportando unos valores que nada ofrecen a las generaciones futuras ni reflejan la realidad, y muchas veces como reclamo sexual, afirmando que la publicidad sexista se manifiesta claramente en las más diversas campañas publicitarias.

Recogemos algunas opiniones de los mayores de la Residencia y Centro de Día “Els Arcs” de Figueras sobre este tema: “La publicidad es claramente sexista, la mujer aparece como un objeto”, “En algunos anuncios nos faltan directamente al respeto a las mujeres; se enseña el cuerpo de la mujer, pero siempre con mala intención”, “Poco ha cambiado la publicidad desde mis años mozos”, “¡Qué mal ejemplo que está dando la publicidad a nuestros nietos y nietas!”…

Complementariamente, en estos grupos de trabajo se analizó el papel del hombre en la publicidad, cuestionando las actitudes que genera esta imagen y los comportamientos a los que induce. En este sentido, los mayores expresaban: “No me parece bien, los hombres no somos así… no necesitamos dominar a las mujeres para ser personas, no es justa la imagen que se refleja”, “La publicidad no muestra lo suficiente la incorporación de los hombres a las tareas del hogar”, “Falta creatividad a la hora de hacer llegar los mensajes publicitarios”…

En estos grupos de trabajo con mayores también se les preguntó si esa forma de hacer y entender la publicidad, ejerce una influencia en la violencia hacia las mujeres. Los mayores coincidieron en señalar que la publicidad sexista sí influye en ese sentido, aunque muchas veces no se sea consciente de ello, y que se trata de un tema a abordar con especial cuidado.

Tras estas reflexiones, vemos que los mayores reclaman mayor respeto a la mujer en la publicidad, que las campañas sean más creativas y que transmitan unos valores éticos que reflejen la igualdad entre mujeres y hombres, acorde a los tiempos que corren.

La mujer no puede ser utilizada en una sociedad democrática como un reclamo publicitario, a modo de objeto. Es una tarea que compete, no solo a las administraciones públicas y a los organismos implicados, sino también a los medios de comunicación, a los anunciantes, las agencias de publicidad y al público en general, a la hora de acabar con el sexismo publicitario, como se señala en algunos estudios.


La Fundación Salud y Comunidad pone en marcha nuevos programas dirigidos a la reinserción en el "Piso Terapéutico Rubió i Ors"

En este servicio de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Barcelona, en el que acompañamos a personas que han decidido empezar una vida en abstinencia de las drogas, hemos empezado a desarrollar nuevos programas dirigidos a usuarios/as que requieren de un tratamiento más progresivo para su recuperación. A partir de estos programas, se ofrecen servicios más amplios adaptados a sus necesidades.

La existencia de estas nuevas modalidades de tratamiento está permitiendo que un mayor número de personas puedan encontrar vías de recuperación más afines a sus características individuales y a su situación específica, contando para ello con el soporte de un equipo profesional multidisciplinar en este servicio. La labor de este equipo es fundamental por la coordinación que realiza con los centros derivadores de referencia y los familiares de los usuarios/as.

A partir de la detección de nuevas necesidades por parte de las personas que acuden a la red de servicios propios especializados en el tratamiento de las adicciones de FSC, hemos desarrollado alternativas más adaptadas para posibilitar tratamientos más amplios e individualizados, siempre con nuestra mirada puesta en mejorar y optimizar los resultados de los mismos.

El  piso de reinserción ha venido ofreciendo hasta el momento a sus participantes un programa desarrollado a lo largo de dos meses. Este servicio consiste en estabilizar a los usuarios/as tras una corta abstinencia: “en esos momentos, es fundamental el soporte terapéutico que ayuda a las personas que han requerido de los servicios de FSC a mantenerse abstinentes”, afirma Gemma Maudes, directora del Piso Terapéutico Rubió i Ors de la Fundación Salud y Comunidad.

A partir de este momento en el que las personas usuarias ya han adquirido cierta estabilidad, el equipo multidisciplinar valora la situación para decidir cuál es el paso más beneficioso para darle continuidad al tratamiento, ya sea de forma ambulatoria, continuando en el piso, o ingresando en una comunidad terapéutica.

Según señala Gemma Maudes, “después de los dos primeros meses de valoración, el usuario/a es dirigido a un programa de más exigencia, o a un programa adaptado a personas con ciertas dificultades o con patología dual. Por otra parte, después de estos dos meses, también se puede valorar la posibilidad de hacer un ingreso en una de las comunidades terapéuticas con las que contamos en nuestra entidad”.

De esta manera, la labor desarrollada en el piso terapéutico Rubió i Ors tiene una función de pre-tratamiento que implica un trabajo de motivación, de cara al ingreso del usuario/a en una comunidad terapéutica, sobre todo en derivaciones externas.

En caso de que el usuario/a continúe en el piso de reinserción, se inicia una nueva etapa que corresponde a dos subprogramas, destinados a lograr un mayor grado de autonomía, siempre de forma progresiva, en su proceso de reinserción. Este proceso está orientado a favorecer el crecimiento de la persona en todos los ámbitos de su vida para lograr una abstinencia cada vez más sólida.