Florencia Manns Fuenzalida es Licenciada en Psicología por la Universidad Diego Portales, Chile (UDP) y Máster en Drogodependencias por el Instituto de Formación Continua (IL3) de la Universidad de Barcelona (UB), entre otros cursos realizados en drogodependencias. Actualmente, trabaja como técnica/educadora en el proyecto “En Plenas Facultades” (EPF), programa para la prevención de conductas de riesgos en población universitaria, además de haber comenzado recientemente tareas de coordinación en este proyecto de la Fundación Salud y Comunidad (FSC). También colabora en el Observatorio Noctámbul@s de FSC, para la investigación y prevención de las violencias sexuales en entornos festivos. En esta entrevista, conoceremos mejor el trabajo que realiza en el EPF.

– ¿Desde cuándo trabajas en el Proyecto “En Plenas Facultades” (EPF) de la Fundación Salud y Comunidad y qué tareas has venido realizando?

Concretamente, desde 2018, año en el que comencé con una tarea pequeña, pero no menos importante de dinamizar las redes sociales y la web del proyecto. Poco a poco, me fui integrando, tanto en el equipo del EPF como en el Departamento de Prevención de FSC.

Además, coincidió con que estaba terminando el Máster en Drogodependencias del IL3 de la Universidad de Barcelona (UB). Se dio la circunstancia además de que, conforme avanzaba el máster y me veían muy implicada en el proyecto, me iban dando más responsabilidades, hasta que me ofrecieron realizar un taller sobre los efectos de las drogas en la UB, en el marco del curso EPF que hacemos en la Facultad de Psicología.

Y así hasta el día de hoy, en el que, por circunstancias ajenas, he asumido además tareas de coordinación del proyecto. Al respecto, puedo decir que estoy muy contenta por la confianza y por todo el aprendizaje que me permite adquirir nuevas y mejores habilidades.

– ¿Qué te hizo interesarte en la prevención universal de consumo de sustancias y prácticas sexuales de riesgo en población universitaria?

Mi interés por las drogas siempre ha estado presente, al menos desde mi adolescencia. Además, durante mis estudios de Psicología en Chile, hice prácticas en una comunidad terapéutica y no conocía mucho sobre su relación con el ámbito psicológico.

Allí descubrí la reducción de daños y la encontré increíble. Mis tutores de prácticas del Centro Comunitario de Salud Mental (COSAM) Pedro Aguirre Cerda, en Chile, me hablaron del modelo que se utiliza aquí en Cataluña y lo referente que era. Entonces pensé que, antes de dedicarme a la especialidad clínica en el ámbito de drogas, tenía que empezar por el principio de “todos los males”: la prevención, y la prevención con jóvenes, ya que en estas prácticas trataba con muchos jóvenes, cuyo consumo problemático se podría haber evitado de haber contado con más conocimientos y herramientas.

En ese momento, pensé que conforme empezara a adquirir experiencia, me iba a dedicar a la especialidad clínica. Porque creo que, sin prevención, la especialidad clínica no tiene sentido. Y, de esta forma, cuando llegué a hacer el máster aquí en Barcelona, reafirmé la importancia de la prevención y, sobre todo, en mi ambiente que era universitario, ya que seguía estudiando.

– Cambiando de tema, en relación con talleres y actividades a realizar en el proyecto, ¿qué tenéis previsto a corto y medio plazo?

Mucha actividad. Para este semestre, tenemos programados hacer varios cursos del EPF, en concreto tenemos 8 programados: en la UJI, UB, URV, UdLl, UCM, UC3M, UManresa y UVic. Probablemente, se sume otro curso en una nueva comunidad autónoma, pero no daremos detalles hasta no tenerlo confirmado.

También, queremos realizar unas jornadas como las que realizamos el pasado año, pero que puedan ser presenciales, aprovechando que las restricciones por el COVID-19 están siendo más flexibles.

Y por supuesto, queremos seguir con la realización de actividades preventivas en los campus universitarios, así como en las fiestas universitarias. Igualmente, pretendemos seguir con la evaluación del EPF, pues es muy importante generar evidencia en el ámbito de la prevención, si bien para ver resultados en prevención, se requiere tiempo y dinero.

– Dado que te refieres a la evaluación, ¿qué destacarías sobre la evaluación que habéis realizado de la actividad realizada en el proyecto durante el último año?

Destacaría que me llamó la atención que uno de los aspectos que se vio reflejado en la evaluación con buena consideración, fue la metodología que usamos las formadoras a la hora de impartir una formación: cercana, amable, flexible y compresiva.

Este creo que es el núcleo de la metodología peer-to-peer que utilizamos en el proyecto y que le da vida a la prevención, puesto que no es una metodología lejana a la realidad del alumnado, ya sea por edad, por lenguaje, por gustos en común y por la perspectiva también crítica que existe en el EPF. Y esto deja en evidencia que la metodología peer-to-peer es útil y eficaz a la hora de hacer prevención en el uso de drogas y en conductas sexuales de riesgo.

– ¿Qué metodología tenéis previsto utilizar en las actividades de este semestre?

Afortunadamente, gracias a que las restricciones del COVID-19, están siendo cada vez menores, este semestre optamos por volver al 100% de presencialidad, aunque aún hay ciertos campus en los que se apuesta por el formato mixto: online y presencial, ya que ello facilita la participación del alumnado.

Y ¡cómo no!, seguiremos con la metodología peer-to-peer o entre iguales, ya que es muy efectiva a la hora de “traspasar” los mensajes preventivos, tanto desde el proyecto al alumnado como entre el alumnado mismo.

"Lo que más me ha aportado mi trabajo en la Fundación Salud y Comunidad es aprender a trabajar en red y en equipo"

– En el EPF, el voluntariado desempeña un papel muy importante. ¿Cómo es el perfil del mismo y con qué inquietudes llega al proyecto?

El voluntariado del EPF viene de distintas carreras sociosanitarias como Psicología, Educación Social, Trabajo Social, Enfermería, Medicina y Pedagogía.

Sin embargo, en el último periodo, han llegado estudiantes de Veterinaria, Periodismo, Ingeniería, e incluso de posgrados como máster. Llegan siempre con ganas de aprender más sobre estos temas, ya que consideran que son muy importantes y que conviven con estos aspectos a lo largo de su carrera profesional, si bien echan en falta que, mientras están haciendo el grado, no abordan estas temáticas dentro del currículum académico.

Por tanto, les interesa profundizar y puedo añadir que, cuando descubren la perspectiva de la reducción de riesgos y de daños en los ámbitos de drogas y sexualidades, les explota la cabeza, puesto que la mayoría del voluntariado viene con una perspectiva prohibicionista, de tabúes… De modo que agradecen mucho poder conocer esta forma de hacer prevención que no viene del terror, sino de la información para poder decidir y gestionar los placeres y riesgos que vienen asociados.

– ¿En qué momento están las inscripciones para formar parte del voluntariado del proyecto y cómo se pueden poner en contacto con vosotros/as las personas interesadas?

En estos momentos, estamos abriendo inscripciones para el curso en la URV, UVic y UC3M y la cosa se está animando. Pronto se abrirán para la UB y UManresa. Tenemos muchas ganas de volver a los campus y poder realizar el curso, así como las actividades preventivas.

– ¿Qué aprendizaje o aprendizajes más destacados te ha aportado hasta el momento tu trabajo en la Fundación Salud y Comunidad?

Además de profundizar en mis conocimientos sobre drogas y sexualidades, creo que lo que más me ha aportado mi trabajo en FSC es aprender a trabajar en red y en equipo. Creo firmemente en las sinergias y colaboraciones o cooperaciones que se dan en este ámbito y que son esenciales. Sin esta forma de trabajo, la prevención creo que pierde fuerza y voz.

– ¿Te gustaría aprovechar esta entrevista para hacer algún otro comentario?

Sí, me gustaría poder decirle a la juventud que pongan en valor sus decisiones. Vivimos en un adultocentrismo que por mucho tiempo nos ha dejado a la juventud fuera de cualquier toma de decisiones, porque o somos idealizadoras o poco constantes. Yo creo que, si nos organizamos y nos gestionamos entre nosotros/as, podemos lograr muchos cambios.

Por mi parte, estaré al servicio de la juventud hasta que deje de ser joven, si bien no sé muy bien cuando acabará esto… Eso sí, mientras tanto, seguiré al pie del cañón, transmitiendo estos mensajes y tratando de construir un futuro mejor para todos/as.