Los pisos terapéuticos dirigidos y gestionados por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) son un servicio donde se realiza un tratamiento de recuperación de las violencias vividas, conjuntamente con el tratamiento del consumo problemático/adicciones, y están dirigidos a mujeres mayores de edad solas o acompañadas de sus hijos e hijas. Estas mujeres son supervivientes de violencias de género y presentan una adicción o consumo problemático de drogas. 

El servicio consta de tres pisos. En cada uno de ellos, se realiza una fase diferente de tratamiento, que se contempla en su conjunto en aproximadamente un año. En la primera fase, se realiza la acogida y estabilización; en la segunda, la toma de conciencia, motivación y se ofrecen herramientas para el cambio y en la tercera, se proporcionan recursos para la autonomía.

Según nos trasladan desde este recurso, los pases de fase son “la forma que se ha encontrado de poder mirar hacia atrás y de autoevaluación por parte de las mujeres acogidas sobre los objetivos conseguidos, marcados en cada plan de trabajo individual, elaborado de forma autónoma, y acompañado por una referente, para que estas mujeres logren sus metas a largo plazo”.

Por otra parte, “si bien puede servir a modo de autocrítica, también son utilizados a modo de guión, en el día determinado para el cambio de fase, que se realiza con aire ceremonioso. Ese día, se reúnen las profesionales del servicio, junto con la mujer que va a cambiar de fase, que expone sus reflexiones, tras la que se le hace por parte del equipo profesional una devolutiva constructiva que pueda reforzar y orientar en su camino personal”, señalan.

A continuación, queremos compartir una carta que nos han hecho llegar desde el servicio, en el que una de las mujeres actualmente acogidas, aporta una reflexión en su pase de fase, concretamente a la segunda fase, en la que traslada su sentir en este importante momento.

“Cuando llegué aquí estaba muy mal, llegué con pocas ganas de vivir. Tenía la autoestima por los suelos, con muchos alfileres clavados. Pero el tiempo que he estado me ha servido para abrir los ojos y el corazón. A entender las cosas que no entendía en su momento, ya que llevaba mucho tiempo con el consumo y el maltrato. Nunca pensé que encajaría aquí tan bien, ya que en otros sitios que he estado nunca he encajado y terminaba por irme.

Para mí esto ha sido un salvavidas, un empujón para conseguir rutinas y metas, ya que no las recordaba y cuando pensaba en querer estar como estoy en estos momentos, era como un sueño inalcanzable. En este tiempo que se me ha pasado super rápido he conseguido: tener higiene personal, mantener mi entorno limpio y ordenado, ir a los grupos que tanto me ayudan, hacer mis tareas diarias, poner límites, cuidarme, mimarme, escucharme (ya que yo priorizaba a los demás), a hacer yoga, meditación, relajación, a tomar decisiones sin que nadie me manipule, a ir a sitios sola que tanto me costaba, cogiendo herramientas para ahora y para el mañana. También, a volver a tener contacto con mis hijos positivamente, que puedan comprobar la madre tan maravillosa que tienen. Tengo ganas de hacer cosas nuevas que no sabía que me gustaban, como, por ejemplo, ir al teatro a ver una ópera y que me encantó. Si me hubiesen dicho tiempo atrás que yo iba a ir a ver una ópera, hubiese dicho que eso era una locura. ‘’¡Yo en una ópera!’’. Y como otras cosas más que me faltan por averiguar y aprender… Las ganas que tengo de vivir con una nueva vida me hacen sentirme feliz. Estoy podando las malas hierbas de mi mente para que florezcan flores, y a poder ser, de colores.

Agradezco de corazón la oportunidad que me habéis dado aquí, personalmente sois un equipo estupendo y hacéis que mi estancia aquí sea genial. Os doy las gracias a todo el equipo por lo mucho que me estáis ayudando de corazón. Un fuerte abrazo a todo el equipo”.

Los pisos terapéuticos para mujeres, víctimas de violencia machista con consumo de drogas en Barcelona, pueden acoger a un máximo de 13 personas. Se trata de un servicio de carácter confidencial, en funcionamiento durante todo el año las 24 horas al día, en el que trabaja un equipo multidisciplinar de profesionales.

Están financiados por el Consorcio de Servicios Sociales de Barcelona, dependiente de la Generalitat de Cataluña y del Ayuntamiento de Barcelona. Su finalidad es el desarrollo, en el ámbito territorial del municipio de Barcelona, de los servicios, establecimientos y los programas, así como actividades de prevención, atención y promoción social que le encomienda la Carta Municipal. Entre otros colectivos, el Consorcio de Servicios Sociales de Barcelona se dirige a través de sus diferentes acciones a mujeres y personas drogodependientes.