La denominada “Operación Frío”, organizada por el Ayuntamiento de Valencia, para dar respuesta a quienes precisan un alojamiento nocturno, continúa en marcha desde su activación el pasado 25 de noviembre, ante la bajada de las temperaturas en la ciudad. Recientemente, se han activado más recursos municipales que también se incluyen en la red normalizada de albergues, lo cual complementa el trabajo realizado desde el Centro municipal de Atención a Emergencias Sociales (CAES). Entre los servicios que se han sumado a la “Operación Frío”, se encuentra el Centro de Noche “El Mussol”, gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Valencia.

Isabel Lozano, concejala de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Valencia, ha señalado que la “Operación frío” ha requerido la activación de nuevos recursos municipales que también se incluyen en la red normalizada de albergues de los que dispone la ciudad, destacando que se han puesto en marcha cuatro recursos extraordinarios.

Entre ellos, se encuentra el Centro de Noche “El Mussol”, gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Valencia, destinado a personas mayores de 18 años sin hogar que se encuentran en situación de exclusión social con problemáticas asociadas de consumo de alcohol o drogas y/o salud mental, cuyo trabajo se ha intensificado en los últimos días, con la bajada de temperaturas en la ciudad.

Asimismo, la concejala de Servicios Sociales ha pedido la colaboración ciudadana para que ninguna persona duerma al raso, realizando un llamamiento para que las personas sin hogar acudan a los albergues. Además, ha incidido en que estos recursos ofrecen la oportunidad de mantener una relación más estrecha con estas personas, para poderlas ayudar más allá del momento de urgencia, pudiéndolas derivar a procesos de inserción y formación para conseguir su inclusión social. En el caso del Centro de Noche “El Mussol” que, en sus dos años y medio de funcionamiento, ha atendido a más de 400 personas diferentes, y a más de 180 personas, en el último año.

Hemos atendido en horario nocturno y durante la época de mayor rigor climático, a una población cuya vulnerabilidad es evidente y en la que concurren, al menos, más  de tres características que así lo evidencian: salud comprometida, sin ingresos económicos, con calificación de minusvalías, mujeres con problemas de violencias y que dadas su problemática de adicción / patología psiquiátrica, no habrían podido conseguir plaza en la red normalizada de albergues de esta ciudad, ya que en la mayoría de los casos, en ellos, se pide abstinencia en el consumo de drogas o estar en tratamiento psiquiátrico, condiciones que dada su situación, son difíciles de conseguir”, señala Isabel Alarcón, responsable del servicio.

Asimismo, destaca que “se continúa evidenciado la idoneidad de un centro de estas características en la ciudad de Valencia, de atención inmediata a personas en situación sin hogar en consumo activo de sustancias y otras problemáticas psiquiátricas añadidas, ya que resulta muy complejo poder adaptar determinados perfiles a los recursos de la red de atención por sus normativas (horarios rígidos, exigencia de no consumo, etc. ), precisando de un recurso que se adapte a la perspectiva de la reducción de daños y la baja exigencia, dirigido a una población que  presenta una problemática compleja, contando para ello con un equipo profesional con formación específica en drogodependencias y salud mental”.

Cabe señalar además que, en el centro, se utiliza la metodología de reducción de daños como estrategia de inclusión y empoderamiento, respetando la autonomía de la persona y reconociendo su capacidad para decidir sobre su vida, a la vez que se promueve su participación en el desarrollo y diseño de estrategias de actuación para superar la situación de exclusión social.

El servicio está financiado por el Ayuntamiento de Valencia, gracias a la firma de un convenio, y por la Vicepresidencia y Consejería de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana. Además, su financiación se complementa con donaciones en efectivo y en especie que la Fundación Salud y Comunidad obtiene, entre las que destacamos, por su importancia, la del Banco de Alimentos y la de la empresa Mercadona.