Desde el inicio de la crisis sanitaria generada por el COVID-19, se han puesto en marcha siete dispositivos de emergencia en Barcelona que, en total, gracias a la colaboración de diferentes entidades sociales e instituciones, suman más de 750 plazas adicionales para acoger personas sin hogar en condiciones dignas y seguras. Estas plazas se han añadido a las 2.200 que ya estaban operativas antes del estado de alarma. La Fundación Salud y Comunidad (FSC) gestiona uno de estos dispositivos de emergencia, que ofrece 225 plazas dirigidas a personas sinhogar en Fira de Barcelona. 

Según explica Judit Deprez, codirectora de este servicio gestionado por FSC, en un principio, la actividad del dispositivo se centró en organizar actividades preventivas sobre el COVID-19 y en explicar con detalle las medidas de seguridad e higiene que había que seguir dentro, así como la normativa de convivencia. Desde entonces, los usuarios/as han interiorizado la información y en estos momentos, las actividades incluyen competiciones de tenis mesa o ajedrez, entre otras.

Además, también se realizan charlas de orientación laboral, acompañamiento psicológico o actividades sobre «dilemas éticos o culturales». E incluso, explica Judit Deprez, algunos usuarios/as han puesto de forma generosa a disposición del resto sus conocimientos. Es el caso de un usuario que es entrenador y está entrenando a otros chicos o el de tres personas que son peluqueros y se han ofrecido a los demás a cortarles el pelo.

Por otra parte, según fuentes del Ayuntamiento de Barcelona, cabe señalar que este año se destinarán 9 millones de euros adicionales para garantizar la atención de las personas sin hogar, a raíz de la crisis sanitaria generada por el COVID-19. Esta cifra se suma a los 35 millones de euros que ya había previstos este año para la atención de este colectivo, de forma que el presupuesto total llegará a los 44 millones de euros.

Gracias a ello, se podrán sufragar los siete dispositivos de alojamiento que se han puesto en marcha en la ciudad desde que se declaró el estado de alarma y que han atendido a 1.025 personas. De estas personas, el 30% procede de otros municipios y el 33% no vivía en la calle anteriormente. Otro dato relevante lo ofrece el porcentaje de hombres que están en situación de irregularidad administrativa, un 36%.

Tres de los dispositivos – el exclusivo para mujeres; el equipamiento para jóvenes en situación de calle, y el equipamiento destinado a personas con adicciones – seguirán funcionando como mínimo hasta el 31 de diciembre y amplían su capacidad. Esto permite sumar 160 plazas fijas en las 2.200 plazas que había en la ciudad antes del confinamiento.

En cuanto a los pabellones cedidos por Fira de Barcelona, con capacidad para acoger hasta 450 personas, seguirán operativos hasta el 30 de septiembre, con la colaboración de Cruz Roja y la Fundación Salud y Comunidad (FSC), en régimen de acogida nocturna con servicio de almuerzo y cena, higiene, lavandería y ropero.

Según informa el Ayuntamiento de Barcelona,  el resto de dispositivos extraordinarios de alimentación e higiene se irán reorganizando uno por uno, con el objetivo que ninguna persona que lo necesite, deje de recibir los servicios que ha estado recibiendo durante el confinamiento. El compromiso del Instituto Municipal de Servicios Sociales (IMSS) y de las entidades sociales implicadas, entre las cuales se encuentra la Fundación Salud y Comunidad, es adaptar los diferentes dispositivos a las situaciones que se puedan generar por la pandemia y en ello, seguiremos poniendo todos nuestros esfuerzos.


Foto: Sílvia Barroso