Joana Vidal, de 69 años, ha formado parte durante 15 años del equipo profesional de la Comunidad Terapéutica “Can Coll”, gestionada y dirigida por la Fundación Salud y Comunidad (FSC). Concretamente, hasta su jubilación. En esta entrevista, conoceremos cómo se encuentra en este momento de la vida, así como sus tareas de voluntariado en esta misma comunidad. Además, hemos entrevistado previamente a Jordi Morillo, director del servicio, para que nos ponga en antecedentes sobre el trabajo profesional realizado por Joana en “Can Coll” y su actividad de voluntariado actual.

"El voluntariado en 'Can Coll' ha sido clave para mi sana recuperación emocional y para sentirme motivada de nuevo"

 – Jordi, cuéntanos qué tareas ha realizado Joana en el centro en su etapa profesional.

Sí. Joana formó parte del equipo de la comunidad terapéutica “Can Coll” desde el año 2004, hasta su merecida jubilación en 2019.

Se hizo cargo de las funciones de monitora de cocina, un espacio donde la intervención directa con la persona usuaria del tratamiento es constante, y donde, desde su rol, pudo ayudar al resto de compañeras y compañeros a consolidar los cambios necesarios durante el proceso, para dotar de los conocimientos, técnica y actitud para el aprendizaje de herramientas necesarias para la vida cotidiana.

A lo largo de los años, se fue formando, y pudo participar de espacios terapéuticos concretos, como es el Programa de Perspectiva de Género y las dinámicas dirigidas exclusivamente a las mujeres.

– ¿Cómo describirías a Joana como persona y cuál dirías que ha sido y es su aportación al servicio?

Con su carácter firme, pero acogedora, se ha ganado, a lo largo de los años, el cariño, respeto y consideración, tanto de las personas usuarias (que la recuerdan con afecto y agradecimiento), como del resto del equipo técnico, aportando desde un punto de vista natural y desde el sentido común, una visión “doméstica” que ha servido para preparar mejor a las personas en tratamiento, a su salida del servicio.

– ¿Cómo sucedió el hecho de pasar a ser voluntaria en esta nueva etapa de la vida en la que se encuentra?

Cuando se jubiló, aceptó mi propuesta de seguir vinculada a “Can Coll”, llevando a cabo un voluntariado y de esta forma, hemos podido seguir manteniendo esta figura de gran valor en el centro.

– Vamos a hablar ahora con Joana.

Muy bien.

– Joana, ¿qué te motivó a realizar este voluntariado?

Cuando me jubilé como trabajadora de “Can Coll”, tuve que hacerme cargo del cuidado de mi marido, que sufría una enfermedad crónica. Cuando desgraciadamente falleció, decidí que no podía estar sola en casa durante todo el día y, además de vincularme a un centro deportivo, quise hacerme voluntaria de la Fundación Salud y Comunidad, pensando que iba a ser una buena opción.

En este sentido, el voluntariado en “Can Coll” ha sido clave para mi sana recuperación emocional y para sentirme motivada de nuevo.

– ¿De qué forma te ha valido tu experiencia laboral en “Can Coll” a la hora de realizar este voluntariado?

Me ha valido de mucho. Todo lo que sé respecto al paciente con problemas de adicción, lo aprendí en “Can Coll”, trabajando con personas muy profesionales y con un nivel de conocimiento enorme.

También, mi experiencia laboral en el centro durante muchos años, con la formación específica, me ha permitido no “meter la pata” e ir comprendiendo mejor, lo difícil que es dejar una adicción.

– Concretamente, ¿en qué consisten tus tareas como voluntaria?

Los jueves acompaño a la educadora responsable del Programa de Perspectiva de Género. Concretamente, en las dinámicas semanales que se llevan a cabo, aportando un punto de vista, quizás menos técnico, pero sí intuitivo.

Los viernes por la tarde, llevo a cabo un taller de costura, en el que ayudo y enseño a las personas usuarias a poder hacer remiendos básicos, coser bolsos, reciclar ropa vieja y darle un nuevo uso, en forma de carteras, bolsas de playa, etc. así como a aprender lo más básico como coser un botón, hacer un bajo de un pantalón, cortinas…

Además, asisto a la reunión de equipo semanal que se lleva a cabo en “Can Coll” los martes.

– ¿Qué es lo que más te gusta de tu labor de voluntariado?

Seguir en contacto con “Can Coll”, con mis compañeras y compañeros, y poder seguir aportando algo de conocimiento que permita a personas en tratamiento salir del centro mejor preparadas, incluso a niveles tan básicos como la costura, ya que es algo que les aporta autonomía.

– ¿Cómo es el ambiente de trabajo con el equipo profesional de la comunidad terapéutica?

Son mi familia, hemos compartido muchísimos años, nos queremos y sufrimos juntos, pero también nos cuidamos emocionalmente y nos tenemos en cuenta los unos a las otros.

– ¿Qué te aporta la experiencia de voluntariado en esta etapa de jubilación?

Me da vida, siempre dije que conocer “Can Coll” y entrar a trabajar en este servicio, era algo que el destino me tenía preparado, porque hasta ese momento, te puedo asegurar que no conocí la plenitud en el trabajo, la satisfacción personal por la tarea de ayuda que se lleva a cabo, así como el valor de la convivencia con un equipo joven, dinámico y multidisciplinar.

– ¿Con qué recuerdo te quedas del voluntariado que llevas haciendo hasta el momento?

Me da especial alegría ver como las personas que inician el tratamiento, llegan en condiciones precarias, y que cuando finalizan, están mucho mejor preparadas para mantener una vida abstinente.

En cuanto a mis tareas, es divertido ver cómo se cosen sus bolsos de playa, te enseñan un remiendo bien hecho, o te comentan alguna dificultad en la técnica del cosido y adquieren conocimientos nuevos. No espero más…

– ¿Recomiendas la experiencia del voluntariado a las personas mayores, en su etapa de jubilación?

Sí, en mi caso, fui muy feliz y viví plenamente mi relación profesional con la comunidad terapéutica, por lo que el continuar desde un voluntariado en esta nueva etapa, me ha proporcionado, y me sigue proporcionando, mayor satisfacción.

– Por lo que comentas, el voluntariado te está sentando muy bien…

Sí, me está sentando fenomenal. Definitivamente, la jubilación es un momento de la vida, en el que nos tenemos que reinventar, ocupar el tiempo de forma satisfactoria, y aprovechar nuestro conocimiento para poder aportar algo a la sociedad.

– Para finalizar la entrevista, ¿quieres aprovechar para comentar alguna otra cuestión?

Sí, me gustaría agradecer a la Fundación Salud y Comunidad, a su gerente, con el que he tenido siempre una relación muy afectuosa y cercana, al equipo de “Can Coll”, que son familia, poder haber formado parte de este proyecto durante tantos años, aportando desde mi posición, un granito de arena a la mejoría de las personas con problemas de adicción, a la vez que me ha permitido crecer personalmente, ser mejor persona, y darle sentido a mi vida en los últimos 20 años. Gracias.