Las personas de edad avanzada consumidoras de drogas son una población vulnerable, que presenta un estado de salud deteriorado, con necesidades específicas, enfermedades crónicas y pérdida de calidad de vida debido a su adicción y trayectoria de vida.

El proyecto europeo BeTrAD (“Better Treatment for Aging Drug User” / “Mejores Tratamientos para las personas Consumidoras de Drogas de edad Avanzada”), en el que ha participado la Fundación Salud y Comunidad (FSC), ha finalizado recientemente. Conjuntamente con nuestros socios del proyecto, entre ellos el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya, hemos desarrollado diversas herramientas, de las que ya informamos en una noticia anterior, para que los profesionales de la salud y los servicios sociales se adapten a las necesidades cambiantes de las personas consumidoras de drogas que envejecen.

Sobre la base de los resultados del proyecto, se han preparado unas recomendaciones para mejorar las políticas y la práctica profesional con personas consumidoras de drogas de edad avanzada. Gran parte de las recomendaciones son comunes para todos los países participantes, aunque algunas son específicas para España. Las que se dirigen al conjunto de Europa son:

Deben establecerse políticas europeas y nacionales específicas dirigidas a personas mayores consumidoras de drogas.

Desde el ámbito político se deben desarrollar políticas, estrategias y planes de acción destinados a mejorar el tratamiento y los servicios para atender las necesidades de personas consumidoras de drogas que envejecen.

– Mejorar la evaluación de la situación de las personas consumidoras de drogas de edad avanzada. 

  1. Mejorar el monitoreo y análisis de los datos epidemiológicos sobre el uso de drogas considerando el grupo de edad de 40 años o más, sin establecer un límite de edad superior. Ahora, por ejemplo, en España las encuestas solo incluyen población hasta los 65 años.
  2. Investigar de forma diferenciada diversos grupos de consumidores de drogas que están envejeciendo (pacientes en sustitución con metadona, consumidores problemáticos, usuarios de múltiples drogas…).
  3. Implementar investigaciones cuantitativas y cualitativas sobre el envejecimiento y el uso de drogas para tener un mejor conocimiento de las necesidades especiales de la población objetivo
  4. Apoyar la transferencia de la investigación a la práctica (proyectos, servicios e instalaciones).

– Adaptar servicios ya existentes para abordar el envejecimiento de personas consumidoras de drogas y/o crear servicios especializados y programas específicos.

  1. Involucrar a la población objetivo (40 años o más) en el diseño de los servicios o programas.
  2. Introducir la “perspectiva de edad” en la atención a problemas de drogas ya existente.
  3. Incorporar el abordaje de los problemas relacionados con el uso de drogas y la dependencia (ya sean por consumo de drogas legales o ilegales) en los servicios de atención geriátrica.
  4. Desarrollar programas y servicios para consumidores de drogas que envejecen desde un enfoque multidisciplinario, brindándoles cuidados en el ámbito geriátrico y psicológico, atendiendo a sus necesidades específicas y no solo enfocados en la terapia farmacológica.
  5. Construir y apoyar redes y cooperación entre el sistema de atención primaria, servicios de atención de drogas, servicios sociales y red de atención de salud mental.
  6. Introducir o intensificar la atención psicológica y a las enfermedades propias de la vejez en los servicios de atención a las drogodependencias, ya que las personas que usan drogas mayores tienen que enfrentarse a síntomas de envejecimiento físico prematuro, trastornos psicológicos o psiquiátricos complejos e inicio prematuro de demencia:
    • Incluir herramientas de cribado para evaluar el deterioro cognitivo en los servicios de atención a las drogodependencias.
    • Incorporar programas de rehabilitación cognitiva en los servicios de atención a las drogodependencias que trabajan con consumidores mayores de drogas.
    • Incluir el tratamiento de las úlceras y heridas.
  1. Establecer servicios / programas de alojamiento basados ​​en modelos de “Housing-first” para consumidores mayores de drogas que viven en condiciones inestables.
  2. Crear servicios sociales y psiquiátricos de baja exigencia
  3. Establecer salas de consumo supervisado de bajo umbral.
  4. Introducir el manejo del dolor y los cuidados paliativos para este grupo diana.
  5. Introducir el acompañamiento psicosocial en el final de la vida a personas que usan drogas.
  6. Introducir el cuidado dental de bajo umbral.
  7. Promover la formación continua dirigida a profesionales de diferentes disciplinas que atienden a los consumidores de drogas que envejecen (adicción a las drogas, geriatría, atención primaria de salud…).
  8. Optimizar los tratamientos de sustitución de opioides: tratamientos más diversos y más flexibles para adaptarlos a las características y dificultades de este grupo.
  9. Redefinir los criterios de inclusión de los servicios de geriatría, de modo que no solo se contemple la edad sino también otros criterios, como el índice de fragilidad (índice de fragilidad para las personas mayores – FIFE) u otros instrumentos de medición.

– Prevención de aislamiento y exclusión social.

  1. Promover el apoyo de compañeros o voluntarios.
  2. Implantar intervenciones de atención domiciliaria y más servicios sociales de proximidad.
  3. Ofrecer grupos de trabajo específicos para la población objetivo y otras subcategorías, según sus necesidades o intereses especiales.
  4. Organizar actividades o eventos sociales para este grupo.
  5. Implantar los criterios de la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud de la OMS (CIF) en la planificación de la atención.

Acceso al documento completo en español:  https://drogues.gencat.cat/web/.content/minisite/drogues/professionals/projectes_internacionals/betrad_arxius/National-Report-BETRAD_OK_online.pdf