El Espai Ariadna, iniciativa de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Barcelona, ha participado junto a otras entidades, en una jornada de intercambio entre Cataluña y Palestina sobre intervención y acompañamiento en violencias machistas, organizada por la asociación feminista Hèlia. Durante la misma, se ha puesto en valor la importancia de trabajar conjuntamente desde una mirada feminista interseccional y despatologizadora, escuchando y acompañando sin prejuicios a las mujeres palestinas, y ateniendo a sus necesidades y objetivos.
“No nos rendirnos nunca, no tenemos miedo, nos paramos frente a los tanques militares, no vamos a detenernos”. Desde la emoción y con una fuerza que nos erizó la piel a todas, integrantes de la Women´s Studies Centre (WSC) y de la Family Defense Society (FDS) de Palestina, nos transmitieron estas palabras en una jornada muy enriquecedora de intercambio entre Cataluña y Palestina sobre la intervención y el acompañamiento en violencias machistas.
El encuentro, organizado por la asociación catalana Hèlia Mujeres, que trabaja desde hace años de la mano de estas entidades, tuvo lugar en la Biblioteca Francesca Bonnemaison de Barcelona.
Allí estuvimos mujeres que trabajamos en el Espai Ariadna de FSC y en distintas organizaciones, voluntarias, representantes de colectivos, de movimientos sociales y traductoras que impidieron que las diferencias idiomáticas ese día fueran una barrera.
Desde la Women´s Studies Centre (WSC) nos contaron muchas anécdotas que nos abrieron los ojos ante una realidad muy cruda, que nos interpela. Son mujeres que se juegan la vida. Que reciben constantes amenazas y ataques por no seguir los mandatos religiosos. Pero ahí siguen porque están convencidas de la importancia que tiene su trabajo, de lo necesario que es. Y de lo mucho que queda por hacer.
Apuestan por las generaciones futuras y hacen hincapié en la necesidad de formar a niñas y también a niños. Creen que hay que “preparar líderes por la igualdad”. Trabajan con las familias, en el ámbito de los matrimonios forzados de menores, la violencia que se ejerce sobre los cuerpos de las mujeres en las guerras y zonas de conflicto, entre otras áreas.
Asimismo, buscan empoderar a las mujeres, darles autonomía y para ello, entienden que es fundamental que logren independencia económica, por lo que realizan cursos para su inserción laboral. Se mueven además en esferas políticas, con capacitaciones a ministerios y otros organismos y han logrado que sus programas se impartan como formaciones en centros educativos.
Desde la Family Defense Society (FDS), comenzaron en 1994 con los refugios para mujeres y niños/as a quienes persiguen para asesinar. Realizan un trabajo allí y una vez que salen continúan acompañando.
Ambas entidades destacaban la importancia de la solidaridad, más allá de fronteras para presionar a los gobiernos, y de la necesidad de cambiar las leyes porque, a diferencia de lo que ocurre en el Estado español, allí van con cierto retraso.
Entre todas las organizaciones participantes, compartimos un taller buenas prácticas. Desde el Espai Ariadna, gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad, recalcamos, al igual que el resto de entidades, la importancia de trabajar desde una mirada feminista interseccional, despatologizadora, en la que se las escuche, se las acompañe sin prejuicios, ateniendo sus necesidades y objetivos.
En cuanto a dificultades, se destacó la violencia institucional que se percibe en muchos ámbitos, como el caso del área judicial, así como el tener que depender de financiación. Como retos, se reflejó el deseo de optimizar los acompañamientos, evitar revictimizaciones y facilitar el acceso.
Fue una jornada de reflexión, de reafirmar la importancia de estos espacios de encuentro y cuidado para todas las que nos dedicamos a cuidar y a defender derechos.
Terminamos bailando flamenco, riendo y comiendo platos que prepararon las compañeras de Sindillar, sindicato de mujeres migrantes trabajadoras y cuidadoras del hogar.
Celebramos por la unión, por todo lo que podemos aprender unas de otras. Quedó reflejada la lucha en común, la necesidad de fortalecer redes y el anhelo de construir una sociedad más humana y equitativa, recalcando que el tender puentes es el camino a seguir. En ello creemos y apostamos también desde el Espai Ariadna.
