Recientemente se han celebrado en Albacete las III Jornadas de Servicios Sociales e Inclusión, en relación con el diseño de políticas de inclusión social, sostenibles y resilientes y nuevas realidades sociales y modelos de desarrollo, en las que nos ha representado nuestra compañera Sonia Fuertes, subdirectora del Área de Inclusión Social y Reducción de Daños en Drogodependencias de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), con una destacada ponencia, de la cual reflejamos los aspectos fundamentales.

Durante su intervención en estas jornadas organizadas por la Federación de Municipios y Provincias Castilla La-Mancha, señalaba que la sociedad civil y, por consiguiente, el tercer sector social, desempeñan un papel fundamental en la articulación de la inclusión social como agentes activos. Además, al hilo de las nociones de sociedad civil, de agente y de inclusión a las que se refería detenidamente, explicaba algunos retos que se nos plantean como sociedad civil.

Estos retos, según sus propias palabras, guardan relación con lo que podríamos llamar una repolitización de la acción social y necesariamente, nos remiten a la incidencia pública y política, resultando necesario reivindicar una nueva manera de hacer política que vele por fortalecer la capacidad democrática de nuestras organizaciones y que se concrete en políticas que sitúen a la ciudadanía en el centro de sus propuestas.

“El tercer sector social puede y debe contribuir a impulsar políticas predistributivas y redistributivas que generen cambios reales y transformadores. La incidencia política, que forma parte de nuestra actividad de manera habitual, debe profesionalizarse y trabajar en diversos frentes: en el marco conceptual (reivindicando las políticas sociales como inversión y situándolas en la esfera de los derechos tan reconocidos como los que competen a la sanidad o la educación), en el marco del conocimiento y del diseño de propuestas concretas (mediante informes, definición de actuaciones, establecimiento de objetivos y hojas de ruta, asignación de recursos) y en la evaluación”, afirmaba Sonia Fuertes.

También, en palabras de la subdirectora del Área de Inclusión Social y Reducción de Daños en Drogodependencias de FSC, se hace “necesario blindar el gobierno de las organizaciones de acción social (y muy especialmente de las federaciones y organizaciones de tercer nivel) de tentaciones de cooptación partidista, garantizando su independencia y su alineación con la defensa de más y mejores políticas sociales”.

Tal y como señalaba, es indiscutible que el tercer sector social actúa y que estas actuaciones han ido ganando cada vez mayor incidencia y han conseguido impulsar cambios, si bien un debate del todo ineludible es la consideración del tercer sector como agente social. “Este es uno de los retos. Y aquí, conviene acción negociadora y también estrategia. La participación en espacios para el diálogo civil (y la propuesta de creación de los mismos en aquellos lugares donde no se hayan constituido) es clave, pero la propia redefinición de agente social”.

Por otra parte, un segundo reto que planteaba Sonia Fuertes es la relación del tercer sector social con los otros agentes sociales, buscando aquellos elementos de confluencia donde se puedan establecer alianza, dirimiendo las diferencias con generosidad y firmeza. Constituirse como un agente que articula, con flexibilidad. Algo que no siempre ha resultado fácil en el ámbito del tercer sector.

Y para finalizar, se refería ampliamente al concepto de inclusión social. “Los retos son numerosos y resulta difícil posiblemente listarlos todos, pero posiblemente podemos apuntar aquellos que tienen un mayor impacto. En primer lugar, combinar la reivindicación de la acción social local, próxima, con la búsqueda de un cambio de modelo de carácter global. En ese sentido, ser capaces de ofrecer una mirada que recoja la complejidad y permita analizar las distintas realidades con las que convivimos”.

Y “aterrizar estas propuestas y situarlas en lo concreto, estableciendo también prioridades. El énfasis en políticas redistributivas y predistributivas significa combatir aquellas situaciones que originan la desigualdad, con especial atención a la educación y otros mecanismos de promoción social. Pero también con medidas fiscales más justas”.

En este sentido, Sonia Fuertes se refería a la garantía de ingresos, ocupación y vivienda como temas urgentes.  “Nuestra opinión sobre la renta básica, la supuesta aceptación de la precariedad en algunos circuitos de inserción, las políticas de soporte a las familias (en plural también en cuanto a su composición), la limitación del precio del alquiler… Ser capaces de pensar distinto y también de innovar en nuestras prácticas, otro de los retos ya para concluir”.

Tal y como concluía en su intervención la subdirectora del Área de Inclusión Social y Reducción de Daños en Drogodependencias de FSC, por todos los motivos alegados, la sociedad civil debe ser considerada como agente activo en la articulación de la inclusión social y, como sociedad, fracasamos en la medida en la que no podamos ofrecer mecanismos que garanticen la igualdad de oportunidades para todas las personas.

Cabe destacar que las III Jornadas de Servicios Sociales e Inclusión reunieron a más de 250 expertos/as nacionales, regionales y locales del Sistema de Servicios Sociales que que, a lo largo de dos intensas jornadas, analizaron y debatieron sobre el presente y el futuro de las políticas de inclusión social, tanto en Europa, como en Castilla- La Mancha.