Me llamo Juan Almiñana y llevo 21 años trabajando como Técnico Auxiliar Educativo (TAE) en el Centro de Acogida para Personas Sin Hogar (CAI) de Alicante, de titularidad municipal. Se trata de un servicio gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC).

Aunque ya he cumplido 51 años, desde hace 41 soy practicante de kárate. Esta disciplina ha sido mi guía, mi refugio, y me ha ayudado a ser la persona que soy actualmente. Junto a mi profesión, puedo decir que es mi razón de ser, mi propósito de vida. Además, con el kárate consigo liberar el estrés y las tensiones acumuladas, después de largas jornadas laborales con el colectivo al que atendemos en este servicio, las personas sin hogar.

El kárate es mi válvula de escape y una forma de cuidar mi salud física y mental. De esta manera, puedo dar “mi mejor versión” a todas las personas que me acompañan en este recorrido vital, tanto a nivel personal como laboral.

Creo tanto en los beneficios de esta disciplina que, desde hace ya más de un año, una compañera y yo, pusimos en marcha en el servicio el taller “El kárate como alternativa saludable de ocio y tiempo libre”. En esta actividad, intentamos transmitir a los participantes del servicio técnicas de crecimiento personal, además de ayudar con ello a que puedan liberar el estrés que sufren por sus situaciones personales.

Además, tengo que decir que desde el principio este taller fue acogido con mucho entusiasmo. Hemos recibido varias cartas de felicitación y agradecimiento por parte de los participantes, sintiéndonos muy recompensados y con ganas de seguir con dicha iniciativa.

Después de expresar lo que significa el kárate para mí, es justo comentaros y poner en valor lo siguiente:

El pasado mes de julio, la Federación Española de Kárate Kyokushinkai, me seleccionó como maestro adjunto del curso internacional a realizar en Dinamarca en septiembre.

Me sentí feliz, afortunado y muy ilusionado de tener esa gran oportunidad. Eso sí, cuando revisé mis planillas de trabajo, todo se desmoronó. Me di cuenta de que coincidía con mis turnos y ya había agotado mis días de asuntos propios y mis vacaciones.

Quedé desolado, iba a perder una gran oportunidad en mi carrera deportiva, una experiencia vital y personal única esperada durante muchos años… Aunque ya había participado como alumno en multitud de cursos internacionales, nunca había tenido la oportunidad de hacerlo como maestro.

No obstante, se lo comenté a Iván Antón (director del CAI), el cual, sin dudarlo, vio la manera, junto a mis compañeros/as de FSC, de cubrir mis turnos para que yo pudiera cumplir este sueño tan deseado.

De esta manera, el día 31 de septiembre volé hacia Dinamarca y participé como maestro en el curso internacional de kárate. Fue una experiencia muy buena para mí.

Estoy feliz de trabajar en una entidad como la Fundación Salud y Comunidad que facilita la conciliación laboral y personal para que podamos cumplir nuestros sueños. Con ello, logra que trabajadores/as como yo podamos encontrar el equilibrio que nos permita realizar con mayor calidad nuestro “trabajo social”.

En este sentido, considero que hay que estar bien con uno mismo para poder estar bien con los demás y, de esta forma, desempeñar mejor tus funciones laborales. No puedo estar más agradecido al equipo profesional del CAI de Alicante, algo que os quería compartir.

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