Mari Carmen Bueno lleva trabajando en la cocina del Centro de Acogida para Personas Sin Hogar (CAI) de Alicante, de titularidad del Ayuntamiento de Alicante, gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), desde su apertura, hace 20 años. Si bien comenzó a trabajar en la cocina del centro, contando con una formación básica para ello, ha ido aprendiendo entre fogones y mejorando con la experiencia que le ha dado trabajar en este centro. En esta entrevista, la conoceremos un poco mejor, así como el trabajo que lleva realizando en estos 20 años de compromiso.

“En la cocina hay que ponerle cariño, teniendo en cuenta además las características de los usuarios/as que atendemos en el CAI de Alicante”– Con el paso de los años, has ido adquiriendo cada vez más responsabilidad en la cocina del CAI de Alicante…

Sí, la responsabilidad ha sido cada vez mayor con los años, por diversas circunstancias que se han ido dando.

– Remontándonos al principio de tu desempeño profesional en este centro, ¿cómo fueron tus inicios?

Empecé a trabajar como auxiliar de cocina, cubriendo una baja por enfermedad de una profesional. En diciembre de 2002, concretamente, firmé un contrato por dos años y medio como auxiliar de cocina.

Estuve trabajando unos dos años en este puesto y posteriormente, pasé a desempeñar las funciones de cocinera debido a la baja de la cocinera de entonces, que estaba delicada de salud. Yo había sido hasta ese momento su ayudante de cocina.

–  En 20 años trabajando en el servicio, deben haber pasado muchas cosas…

Sí, muchos cambios. Todo ha ido cambiando en diferentes aspectos. Yo también he ido aprendiendo cada vez más, conforme han ido pasando los años. Ahora se contemplan otros aspectos como la trazabilidad de los alimentos, se elaboran recetas diferentes… Tenemos hasta un ordenador en la cocina, esto ha cambiado mucho.

Por otra parte, derivada de la parte más técnica que te comentaba, ahora contamos con mucha documentación, tenemos instrucciones más detalladas de lo que es el proceso de elaboración en la cocina (peso de los alimentos), etc.

Antes íbamos haciendo más sobre la marcha. En estos momentos, la Conselleria de Sanidad lo pide de esta otra forma y así lo hacemos, con mayor rigurosidad.

Como comentábamos anteriormente, ahora mi responsabilidad es más grande…

 – Y siempre hay tareas que nos gustan más y otras menos…

Sí, en mi caso la parte técnica me gusta menos. Pero también hay una parte muy bonita que te iré explicando.

– Pues vamos por partes. ¿Qué significa la comida en un centro como el CAI de Alicante?

La comida la valoran mucho los usuarios/as. Para ellos/as, es importante el momento de la comida. Lo esperan con cierta ilusión a lo largo del día. Es un momento del día esperado que disfrutan especialmente. Al equipo profesional que estamos en la cocina nos alegra que así sea y en ello ponemos nuestro empeño.

– ¿Cuántas personas trabajáis en la cocina del centro?

En estos momentos, en la cocina somos cuatro personas, dos auxiliares de cocina y dos cocineros/as.

– ¿Qué destacarías de esta parte más bonita que comentabas de tu trabajo?

Sobre todo, en la cocina hay que ponerle cariño, teniendo en cuenta además las características de los usuarios/as que atendemos en el CAI de Alicante. Incluso te diría que más cariño que profesionalidad, que también es importante. Lo fundamental es que la comida sea sabrosa, que les guste, y que les ayude a llevar mejor el día, dadas sus circunstancias.

– ¿Para cuántas personas has llegado a cocinar en el servicio?

He llegado a cocinar para 90 personas. Diariamente, cocino para una media 40-45 personas.

– ¿Qué anécdota destacarías de todos estos años?

Me hace especial ilusión que algunos exusuarios/as se acuerden de su paso por el centro por la comida, por platos concretos que tomaron durante su estancia. No hace mucho que un educador me dijo que un exusuario con el que se comunicó por correo electrónico -que ya hace 5-6 años que se fue del centro-, le dijo que se acordaba de mí por el gazpacho manchego que tomó siendo usuario del servicio, cuando residía en el mismo. El hecho de que un usuario/a se acuerde del centro por este detalle y hayan pasado unos años, es algo muy satisfactorio.

– Por otra parte, con la pandemia por el COVID-19, os habéis tenido que adaptar a las circunstancias, tomando diferentes medidas que también han afectado a la cocina.

Sí, hemos echado mucho en falta el trato humano, poner caras a los usuarios/as en un trato más directo. Ellos/as necesitan el trato humano tanto como nosotros/as. A veces, durante este periodo, me he encontrado a algún usuario/a por la calle y me ha dicho, en un tono más distendido, que no parezco la misma persona, que cambio mucho… se producen situaciones atípicas de este tipo, fuera del contexto laboral, más cotidianas, que te dan una perspectiva diferente.

– ¿Qué es lo que más valoras de este trato humano que has echado en falta durante la pandemia?

Me gusta especialmente que disfruten con la comida y que sean agradecidos/as. El hecho de que den las gracias y que lo veas reflejado de verdad en sus caras es algo satisfactorio para las personas que trabajamos en la cocina del centro, valoro que les gusten nuestros platos y que nos lo expresen de esta forma. Estos comentarios hacen que nuestro trabajo sea más grato.

Durante la pandemia, se ha cortado un poco la comunicación, por las medidas de distanciamiento social. Espero que poco a poco vaya volviendo todo a la normalidad y volvamos más a esta humanidad en el trato.

– Para finalizar la entrevista, ¿qué tenéis hoy en el centro para comer?

Crema de pollo, arroz a la cubana y fruta de postre, melón y manzana.

– Pues esperamos que los usuarios/as disfruten una vez más de vuestra excelente comida.