Como cada 28 de junio, se celebra el Dia Internacional del Orgullo LGBT, una fecha en la que el colectivo LGTBIQ+ trata de visibilizar aquellas identidades de género que a lo largo de la historia han sido oprimidas, y que tiene como reclamo la igualdad y el respeto por parte del resto de la sociedad.

Han pasado 54 años desde los disturbios de Stonewell, fecha que marca los acontecimientos que sucedieron en Nueva York el 28 de junio de 1969 y que suponen un antes y un después en el inicio de la lucha moderna por los derechos del colectivo. Aun así, parece que, en buena parte de los centros penitenciarios, este colectivo sigue siendo invisible, repudiado y estigmatizado.

Cierto es que por parte del sistema penitenciario y de las personas que trabajan en él, se ofrece una ayuda y un apoyo muy importante para estas personas, algo que les brinda la oportunidad de sentirse aceptadas, incluidas y defendidas ante agresiones físicas y verbales derivadas de su orientación sexual.

Según nos trasladan desde el Centro de Atención y Seguimiento (CAS) en Drogodependencias del Centro Penitenciario de Brians 1, servicio gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Barcelona, financiado por el Servicio Catalán de Salud (CatSalut), “teniendo en cuenta la necesidad de seguir luchando por la igualdad y el respeto hacia el colectivo LGTBIQ+ en este entorno, surgió una colaboración entre el centro de atención a las drogodependencias (CAS), en el centro penitenciario Brians 1, donde se encuentran también los referentes de género, el personal de seguridad y las asociaciones ACATHI y Creación Positiva”.

A lo que añaden “con la coordinación de todas las personas implicadas, logramos hacer realidad un encuentro que se había propuesto con los usuarios del CAS Brians del colectivo LGTBI. Se organizó una jornada festiva y de celebración para estas personas LGTBI, comúnmente conocida como pride”.

A lo que añaden “fueron varias semanas de preparación y organización entre todos y todas que dieron como resultado un día que muchos usuarios/as definen como inolvidable. La jornada brilló en celebrar la diversidad de estas personas, proporcionándoles un espacio seguro y de confianza donde poder expresarse libremente, sin miedo, bailando, riendo, posando y normalizando”.

“Para mí fue como NO estar dentro de la cárcel” fue una de las frases que más les enorgulleció después de esa jornada, además del agradecimiento sincero y común que mostraron y que, a día de hoy, aún siguen haciendo.

En el primer aniversario de ese día de 1969, el espíritu de la concentración fue “Tenemos que salir al espacio público y dejar de sentir vergüenza, de lo contrario la gente nos va a tratar como bichos raros. Esta marcha es una afirmación y declaración de nuestro nuevo orgullo» y medio siglo después, según nos trasladan desde el CAS Brians, “este pasado 28 de junio dimos un paso importante para seguir con esta lucha en el difícil entorno penitenciario del que nos orgullecemos”.