La realización de actividades en la naturaleza aporta una forma de interactuar diferente y necesaria, permitiéndonos salir de la rutina habitual y desconectar del ambiente diario urbano. Además, el medio natural, nos ofrece otra forma diferente de relación, ayudando a crear lazos y relaciones nuevas y diferentes, algo que ha resultado ser muy beneficioso para los y las menores del Centro de Atención a Menores “Plana Alta” de Castellón, en la acampada realizada recientemente a San Joan de Peñagolosa, en Castellón. Así lo señalan desde este servicio gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), de titularidad de la Generalitat Valenciana.

Los objetivos planteados en esta acampada y en las actividades lúdicas organizadas durante la misma, han sido, entre otros, conocer y disfrutar de una actividad diferente a las cotidianas, siendo para muchos/as menores una experiencia totalmente novedosa; vivenciar y tener contacto con la naturaleza, conociendo mejor el medio natural; fomentar el trabajo en equipo y la solidaridad entre los y las menores y entre estos y los educadores/as que les acompañaban; favorecer la actividad física y deportiva en el medio natural, a través de la realización de actividades diferentes, adaptadas y propias de este medio específico; participar de modo activo en las distintas actividades propuestas, y conocer un espacio natural muy característico y especial de la Comunidad Valenciana.

En general, el comportamiento de los y las menores ha sido muy bueno y la participación en las actividades propuestas, excepcional. Las relaciones interpersonales entre los y las menores y educadores/as, se han visto más reforzadas, en un espacio abierto y amplio, en el que el aprendizaje ha tenido gran importancia, ayudando a favorecer valores positivos, tanto a nivel personal como grupal.

Los menores del Centro de Atención "Plana Alta" disfrutan y aprenden con actividades en la naturaleza en tiempos de COVID-19

Han sido muchos los valores que se han trabajado en esta actividad. Es el caso de la solidaridad, la ayuda y el apoyo mutuo entre menores y educadores/as, en situaciones y dinámicas propias de las actividades. Además de haber compartido objetos personales, comida, conversaciones… que han ayudado a fomentar mejores relaciones entre todos/as.

Otro valor que se ha trabajado ha sido el de la autogestión, en cuanto al control y cuidado de objetos y enseres personales, así como con las comidas y en el momento de dormir, además de la autogestión del tiempo y los espacios, todo ello vinculado al sentido de responsabilidad que han trabajado los y las menores.

También ha tenido su importancia el trabajo en equipo durante la acampada, para el buen y adecuado funcionamiento de la dinámica grupal, así como el respeto entre personas, base de una adecuada convivencia y el cuidado del medio natural, a través de una actitud responsable.

Además, la interacción con el medio natural, ha permitido a los y las menores conocer otras formas de divertirse y hacer cosas, fuera del ambiente urbano y tecnológico en el que viven diariamente, pudiendo disfrutar de otro modo de diversión diferente al habitual. En este sentido, han realizado actividades desconocidas y diversas, como caminar por la noche (paseos nocturnos con y sin linterna), que les han permitido descubrir sensaciones nuevas.

Igualmente, gracias a esta actividad han podido gestionar el “nerviosismo-emoción” de dormir fuera del centro, al aire libre, aprendiendo a organizarse en aspectos diferentes y a autogestionar pertenencias, tareas diarias, comida, aseo personal, sueño y ocio propio.

Desde una mirada profesional, el cambio más importante que se ha logrado en los y las menores a través de la actividad, ha sido el vinculado al hecho de salir del espacio habitual, tener la vivencia de hacer algo diferente y sentir que les reconforta personalmente, a través de una buena gestión emocional, así como de aceptación y resolución de pequeños conflictos. Todo ello ha resultado ser muy beneficioso para los y las menores.

En cuanto a su propia valoración, lo cual también es muy importante conocer, se les pasó un cuestionario sobre la acampada y las actividades propuestas, y estas fueron sus aportaciones:

Respecto a lo que más les gustó: la primera noche, la bajada del Pico Peñagolosa, las vistas desde el mismo, el compañerismo, la carrera de orientación, dormir en el saco de dormir, caminar por la noche…

En cuanto a lo que menos les gustó: el frío y lo de dormir en el suelo, los bichos, la actitud de algunas personas…

Propuestas: repetir la misma acampada, visitar otros países, que sean más días, ir al Everest, subir otras montañas, dormir en el bosque…

Como algo a destacar, Yasmín, usuaria del servicio, cumplió años durante la acampada y su comentario fue: “me he divertido mucho. Ha sido el mejor regalo que he tenido”…

Solo nos queda felicitar a Yasmín por su cumpleaños y a todos los y las menores por un comportamiento tan responsable y respetuoso, en esta actividad en plena naturaleza que con tanto cuidado ha organizado el equipo profesional del servicio.