El paro juvenil en España se sitúa en el caso de los jóvenes de 16 a 29 años, en más del 40%, un dato que resulta muy preocupante, debido principalmente al abandono escolar temprano. Como entidad que gestiona centros de menores a nivel estatal, hemos querido conocer una primera aproximación de la situación de inserción sociolaboral de los niños, niñas y adolescentes (NNA) tutelados en la Comunidad Valenciana y, para ello, hemos hablado con dos directores de servicios de atención residencial a niños/as y adolescentes del sistema de protección de la Comunidad Valenciana, gestionados y dirigidos por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en la provincia de Alicante.

Según informa la Secretaría de Estado de Empleo y Economía Social del Ministerio de Trabajo y Economía Social, en su último informe de 2022, la tasa de desempleo juvenil en España sigue siendo de algo más del doble de la tasa de paro general del conjunto de la población en edad laboral, situación muy similar a la de la media de la UE y parecida a la que se daba en España antes del inicio de la crisis sanitaria por el COVID-19.

En este contexto, de acuerdo con datos recientes ofrecidos por la EPA, la tasa de empleo, en el caso de los jóvenes de 16 a 29 años ha aumentado al 40,4%, y en el caso de los/as jóvenes de 16 a 24 años, al 24,3%. Situación de paro juvenil que nos parece muy preocupante y que nos ha llevado a querer conocer qué circunstancias nos encontramos en los centros de migrantes que gestiona la Fundación Salud y Comunidad (FSC), como entidad que dirige y gestiona servicios de esta tipología a nivel estatal.

En este sentido, hemos querido hacer una primera “radiografía” de la situación de inserción sociolaboral de los/as NNA tutelados en la Comunidad Valenciana y, para ello, hemos hablado con dos directores de servicios de atención residencial a niños/as y adolescentes del sistema de protección de la Comunidad Valenciana, ambos de titularidad de la Generalitat Valenciana.

Se trata de Iván Molina, director de la Residencia de Acogimiento de Atención a la Infancia y Adolescencia “El Verdader 2” y de Daniel Montiel, director de la Residencia de Proyecto Migratorio “El Castell”, servicios ubicados en Altea (Alicante), ambos de titularidad de la Generalitat Valenciana.

Según nos trasladaba Iván Molina, actualmente, un 75% de los jóvenes usuarios del servicio está trabajando, realizan prácticas pre-profesionales o desempeñan tareas derivadas de un acuerdo de voluntariado, lo cual es un indicador muy alto, cuando nos referimos a integración laboral en este colectivo. Se trata principalmente de empleo estacional, fundamentalmente en el sector de la hostelería, además de en otros sectores minoritarios, como es el caso de la construcción y la agrojardinería.

Cabe señalar la importancia del Acuerdo de voluntariado que, desde la Residencia “El Verdader 2”, se está fomentando desde hace años con las empresas del entorno de la comarca de la Marina Baja, con el objetivo de incentivar que los jóvenes que carecen de documentación para trabajar, puedan tener una experiencia pre-laboral. Es reseñable que se trata de casos de éxito, ya que, tras la consecución de la correspondiente documentación, en muchos casos se les ha podido incorporar al mundo laboral en dichas empresas.

Además, desde el inicio de la pandemia por el COVID-19, la Residencia de Acogimiento de Atención a la Infancia y Adolescencia “El Verdader 2” ha apostado por un proyecto de colaboración con empresas locales y comarcales, a través de diferentes reuniones, en las que se han expuesto las ventajas fiscales para la contratación de jóvenes tutelados, teniendo una gran acogida, tal y como evidencian los buenos resultados.

Otro dato destacado es que, actualmente, existe una demanda creciente de empleo por parte de las empresas locales con las que este centro ha firmado convenios. No obstante, tal y como nos señalaba el director del servicio, esta demanda no puede ser cubierta, ya que muchos de los jóvenes acogidos en la Residencia “El Verdader 2” carecen de permiso de residencia para poder incorporarse al mundo laboral.

Por su parte, Daniel Montiel, director de la Residencia de Proyecto Migratorio “El Castell”, afirma que un 100% de los/as NNA que ha conseguido el permiso de residencia y trabajo residiendo en el servicio, han tenido, al menos, un contrato laboral. Concretamente, nos traslada que se ha podido trabajar la inclusión laboral con 23 adolescentes, de los cuales 8 han realizado prácticas pre-laborales, ya que no disponían de la documentación necesaria para trabajar. Por otra parte, de los 15 que sí han conseguido un puesto de trabajo, 5 lo conservan desde su inicio y otros 3 han cambiado de trabajo.

Asimismo, Daniel Montiel coincide con Iván Molina en señalar que hay una demanda creciente de empleo poco cualificado por parte de las empresas del entorno al que pueden optar los/as NNA.

También, afirma que en la zona en la que se encuentra la residencia, la mayor oferta de empleo procede del ámbito de servicios, principalmente en la actividad de hostelería, donde es mayor la contratación.

Por último, indica que, aunque durante el pasado año 2021, debido a la pandemia por el COVID-19, este sector se vio muy afectado al encontrarse la mayoría o todos estos servicios cerrados por las indicaciones del Gobierno para tratar de frenar la pandemia o por las duras restricciones, la restauración se mantuvo con mayor estabilidad y temporalidad en la contratación, asimilándose al período anterior a la pandemia.

A modo de conclusión, “en el caso de los/as NNA migrantes de los centros que gestiona FSC en la provincia de Alicante que están situación de trabajar, están empleados prácticamente todos”, expresan con satisfacción desde la dirección y subdirección del Área de Atención a la Dependencia y Atención a la Infancia y la Adolescencia de nuestra entidad.

En este sentido, valoran muy positivamente este hecho, teniendo en cuenta el colectivo que es, el tipo de trabajo que encuentran, el entorno, que facilita su integración, así como la gran labor que están realizando los equipos profesionales de los centros de atención a menores migrantes gestionados por la Fundación Salud y Comunidad que trabajan incesantemente para hacer más digna la vida de estos/as jóvenes, si bien al final -matizan- solo estamos acompañando en un proceso que empezaron miles de kilómetros atrás, tratando de cooperar, en la medida de nuestras posibilidades, para que puedan alcanzar sus objetivos y sueños.