La Residencia Especializada de Adaptación Psicosocial “Picón de Jarama”, de titularidad de la Comunidad de Madrid, gestionada por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) y la Asociación de Asistencia Integral Lagunduz, ha realizado recientemente una interesante actividad, consistente en una salida a la protectora “Abrazo Animal”, en Las Rozas (Madrid). Nuestra compañera Alejandra de Caro, educadora del turno de fin de semana del servicio y colaboradora de la protectora “Abrazo Animal”, que fue quien propuso que algunos de los niños/as y adolescentes, pudieran pasar unas horas en la protectora, nos describe la actividad.

El pasado día 26 de marzo, realizamos la primera salida recreativa a la protectora “Abrazo Animal”, en Las Rozas. Cuando llegamos, los niños/as y adolescentes estaban impacientes por compartir tiempo con diferentes animales, sabiendo que todos habían sido abandonados y que necesitaban su ayuda.

Al llegar, se hizo un pequeño tour para enseñarles las diferentes áreas del centro y lo que se hace en cada una de ellas. Fueron a la enfermería, a la zona de cuarentena, al quirófano y, posteriormente, se pasó a las estancias donde están los animales.

Los primeros en presentarse fueron Pollito y Pipa, dos cotorras argentinas muy simpáticas por las que los chicos/as se interesaron de inmediato y empezaron a hacer preguntas tipo “¿cómo han llegado?”, “¿hace cuánto tiempo?”, “¿qué comen?”, “¿cómo se hace la limpieza de su habitáculo?”…

Después, visitaron la zona de los roedores. Los hámsteres, al ser animales nocturnos, están dormidos y no se dejan ver. Los/as menores, muy respetuosos, lo entendieron y sin molestarse lo más mínimo, continuaron con el recorrido.

Posteriormente, pasaron a una zona, en la que se encuentran los gatos más vulnerables, donde estuvieron un buen rato repartiendo mimos y juegos; después, pasaron a la zona en la que están los perros, algo que estaban deseando hacer durante toda la mañana. Allí conocieron a Nala, una mastina enorme con la que compartieron un rato de juegos.

La visita concluyó con un largo paseo hasta un estanque con GeroBlue y Bob, tres perros de tamaño pequeño, lugar donde se escuchaba el croar de las ranas. Algunos de los perros se dieron un pequeño baño, algo que hizo mucha gracia a los niños/as. Regresamos, se despidieron del personal de la asociación, e iniciaron el viaje de vuelta a la residencia “Picón de Jarama”, deseando volver a ver a estos animales, con los que establecieron un bonito vínculo.

Sin duda, la actividad fue muy beneficiosa para los niños/as y adolescentes, mejorando su comunicación y la capacidad de expresar emociones. El contacto con los animales también les ayudó a mejorar su autoestima, su motivación y seguridad en sí mismos, entre otras aptitudes, que después puedan extrapolar a otros ámbitos de la convivencia y puedan mejorar su estado emocional, en el contexto de la vida diaria en el servicio.

Queremos agradecer a “Abrazo Animal” la confianza depositada al permitirnos realizar esta actividad, esperando volver pronto. La experiencia, llena de generosidad y amor, ha sido un regalo que los/as menores atesorarán hasta otro reencuentro.