Hemos entrevistado a Hicham Hamouch, exusuario del Centro de Acogida de Menores (CAM) de Ateca, en Zaragoza, servicio concertado con el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), dirigido y gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) y el Grupo Lagunduz. Hicham ha residido en este centro de atención a menores durante casi año y medio hasta cumplir la mayoría de edad. En este servicio, quiso permanecer voluntariamente tras su mayoría de edad con una prórroga de protección para terminar de formarse, aprovechando las oportunidades formativas y prelaborales que le ofrecía el centro, en el marco del proyecto “Acompañando para el día después” de FSC para la adquisición de conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para la preparación al tránsito a la vida adulta.

– ¿Cómo fue “el día después” de tu salida del Centro de Acogida de Menores de Ateca, al cumplir los 18 años?

Me sentí como un recién nacido, una persona completamente cambiada y con muchísimas ganas de vivir una vida nueva y diferente.

– ¿Y las semanas siguientes?, ¿cómo fue transcurriendo tu vida?

Cuando sales del centro, lo haces con un trabajo fijo y ya entonces, tenía claro que debía buscar vivienda en el pueblo donde trabajo, que es Calatayud, en Zaragoza. Los primeros días estuve en una pensión mientras buscaba algo mejor. Posteriormente, me fui a un piso compartido hasta que encontré un mini piso que me vale a mí y a mi perro, lo he alquilado y sigo en él a día de hoy.

– Concretamente, ¿cómo se ha desarrollado tu vida laboral desde la salida del servicio?

En el centro, teníamos un huerto que cuidábamos, yo le ponía interés, y los educadores me decían que me veían muy trabajador y que, cuando me pusiera a trabajar, no tendría dificultades, de cara a tener un contrato de trabajo, es decir a que me contratara alguien.

Entonces pensé que lo que me estaban diciendo era lo correcto y que eso era lo que tenía que hacer, y no meterme en líos y problemas. Con ello, también me di cuenta de que valgo para algo y que soy capaz de ganar un sueldo como otras personas.

– ¿Te sientes satisfecho de los trabajos que has realizado desde tu salida del centro?

Por supuesto, y aún tengo muchos más objetivos que quiero conseguir en el ámbito laboral. La verdad que no lo esperaba, lo veía todo oscuro estando en el centro.

– ¿Cuál es tu situación laboral actualmente?

Trabajo como camarero y acabo de cambiar de trabajo por una mejora laboral. Empecé en el restaurante del Hotel Globales y ahora trabajo en un restaurante que se llama Casablanca, ambos en Calatayud.

– ¿Te imaginabas así tu vida, con anterioridad, viviendo en el Centro de Acogida de Menores de Ateca?

Sinceramente, yo entonces pensaba en negativo y me lo imaginaba todo al revés de lo que ha resultado ser en realidad.

– ¿En qué medida te ha servido lo que te enseñaron en el centro, para enfrentarte al “día después” de la salida del mismo?

En primer lugar, lo que más valoro es haber aprendido a hablar español allí y a conocer más la cultura española con los compañeros/as y en las clases que nos daban los educadores/as, y, en segundo lugar, lo que más valoro, y de lo que estoy orgulloso, es de haber aprendido a ser responsable, a manejar mi vida y a concentrarme en lo que quiero lograr.

– ¿Tuviste dificultades, en general, a la salida del centro o, en tu caso, no fue así?

Sí, tuve dificultades, en el sentido de que no sabía cómo empezar, ya que era la primera vez que me sentía responsable y la responsabilidad no la sabe cumplir cualquier persona y mucho menos en mi situación, pero en mi caso, poco a poco, voy aprendiendo y mejorando.

– ¿Tuviste contacto y mantienes el contacto con alguna persona o personas profesionales del servicio a la salida del centro?

Sí, cuando tenía dudas o no entendía algo, contactaba con los educadores y profesores del centro y les preguntaba. Ellos me daban respuesta y, sobre todo, un educador que se llama Mohamed y que me seguía en todo. Sus recomendaciones me han ido muy bien.

También estoy agradecido a Daniel Urbina, director del Centro de Acogida de Menores de Ateca, en Zaragoza, por todo lo que ha hecho por mí a nivel formativo y de cara a mi inserción laboral.

– ¿Qué le dirías a una persona menor de edad, cuya salida del centro se acerca, al cumplir los 18 años?

A una persona menor de edad, cuya salida del centro se acerca, al cumplir los 18 años, le diría que se porte bien, que todo es posible y que, “si la siguen, la van a conseguir”. También le transmitiría ánimo.

– ¿Cuál es tu mayor deseo en estos momentos?

Tengo muchos deseos cumplidos y muchísimos más pendientes que cumplir, si bien mi principal deseo ahora es abrir mi propio negocio, aunque sea algo básico, y poco a poco, ir mejorando. Algo sencillo para empezar…

– Esperamos que tu deseo se vea cumplido pronto.

Gracias. Ha sido un placer.