Jorge Fernández, natural de Santiago de Compostela y afincado entre Barcelona y Zaragoza, es técnico del Servicio de Informática de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) desde hace 7 años, entidad en la que nos cuenta que aprende cada día, aportando ideas y soluciones a los nuevos retos informáticos que se presentan. Es Técnico Superior en Administración de Sistemas y Redes y actualmente está cursando un Máster de Ciberseguridad. Sus compañeros/as lo definen como un profesional de trato amable y cercano, así como muy paciente, lo cual es fundamental en este tipo de trabajo.

"En el Servicio de Informática de FSC, tenemos las prioridades muy marcadas a nivel de tareas, buscamos con ello la máxima efectividad"– ¿Desde cuándo trabajas en la Fundación Salud y Comunidad y cómo fueron tus inicios en la entidad?

Trabajo en el Servicio de Informática desde el mes de agosto de 2014, si bien previamente realicé las prácticas en este departamento, tras cursar el Grado Medio de Informática.

Mis tareas iniciales consistían en la reparación de ordenadores y posteriormente, fui asumiendo tareas relacionadas con la resolución de incidencias y la administración de servidores y equipos. En el momento actual, le dedico el mayor tiempo de mi jornada laboral a estas últimas tareas, resolviendo incidencias, a través de teléfono o correo electrónico.

¿Qué destacarías del momento actual, en lo que a tu trabajo se refiere?

Me gusta ir teniendo nuevas responsabilidades, que el Servicio de Informática esté asumiendo nuevos retos y formar parte del equipo para buscar soluciones. Y en este sentido, que mis propuestas sean escuchadas y valoradas. Por poner un ejemplo sencillo, es el caso de una propuesta de realizar vídeo tutoriales que pueda servir como herramienta de apoyo sobre cuestiones básicas, un proyecto que tenemos previsto implementar.

Por otro lado, tenemos las prioridades muy marcadas a nivel de tareas, buscando con ello la máxima efectividad en nuestra labor. No es lo mismo una incidencia tipo “no me funciona la cuenta de correo” o “no me puedo descargar este programa” que “me ha entrado un virus en el ordenador” o “el servidor no me funciona y tengo a 10 personas sin poder trabajar”. Por ello, de cara a establecer prioridades de trabajo, aprovecho para recordar que las consultas nos lleguen desde los centros y proyectos, a través de correo electrónico. Obviamente, si algo se valora como urgencia, es mejor recurrir al teléfono.

 Igualmente, del momento actual, quiero destacar la flexibilidad que me ofrece la entidad en la modalidad de teletrabajo, ya que resido en Zaragoza desde el inicio del confinamiento, si bien tres días a la semana voy a trabajar al centro de la calle Breda, en Barcelona.

 Tal y como ha quedado demostrado durante todo este tiempo de pandemia, el trabajo sigue saliendo hacia adelante igualmente, realizándose de forma remota. El teletrabajo ha venido para quedarse, son muchas las ventajas que ofrece. Por mi parte, está siendo una experiencia muy satisfactoria.

Además, en mi caso, al residir en Zaragoza, un elemento interesante a destacar es la cercanía con los centros gestionados por la entidad en Aragón, el País Vasco, etc. Ello permite al Servicio de Informática tener una “mini base”, fuera de Cataluña, para lo que se requiera con carácter presencial.

– Además, Zaragoza también te ha traído otras cosas buenas…

(ríe). Mi pareja, a la que conocí realizando este trabajo en la Fundación Salud y Comunidad, es de Zaragoza. Ella trabaja en la Residencia y Centro de Día “Las Fuentes”, gestionada por FSC. A raíz de la relación laboral, surgió la amistad, y de esa amistad una increíble relación. Por ello, a nivel personal, me interesa también pasar más tiempo en Zaragoza, pues es donde están mis vínculos.

–  Bueno, pues a ver si con el tiempo es posible. 

Por otra parte, anteriormente hablabas de nuevos retos que está asumiendo el Servicio de Informática. ¿Qué destacarías, en este sentido?

Destacaría la puesta en marcha de la VPN durante el confinamiento. La montamos y conectamos a servidores y a personas en tiempo récord, al inicio de la pandemia, hace ahora un año. La VPN la describiría como un túnel seguro, encriptado, que se ha establecido entre los centros gestionados por la entidad y los Servicios Centrales en Barcelona, en la calle Alí Bey.

Además, contamos con un servidor en el centro de Breda, réplica del de Alí Bey, para seguir dando servicio en caso de incidencia técnica. Para ello, contamos con dos líneas de fibra que hemos adquirido con este fin.

A destacar que hemos ganado en seguridad con la centralización informática, y, por otra parte, que estamos llevando a cabo una ampliación de los discos duros y de las políticas de seguridad, así como de los permisos de los centros migrados a la sede central de la fundación. Esta es otra tarea en la que estamos poniendo mucho empeño, en la que también hay un claro objetivo de seguridad.

Todo el equipo está muy implicado en ello. Además, de que es algo solicitado por la entidad. De hecho, los cuatro integrantes del Servicio de Informática de FSC estamos cursando un Máster de Ciberseguridad y estamos aplicando nuestros conocimientos al día a día de nuestro trabajo en la entidad.

– Para finalizar la entrevista, ¿alguna otra cuestión de la que nos quieras hablar?

Sí, decir que, desde el principio, me sentí muy integrado en el equipo. Por otra parte, siempre me han enorgullecido los fines de la fundación. Me gusta explicar a qué se dedica la entidad en la que trabajo y cómo repercute la labor del Servicio de Informática para ofrecer un mejor servicio a usuarios/as y trabajadores/as. Me siento parte de que todo fluya y vaya bien.