En diciembre de 2017, se llevó a cabo en este servicio de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) una experiencia en terapias artísticas creativas que giró en torno al concepto del “silencio”.

Debido al buen resultado obtenido y a la riqueza que aportó a usuarios/as y profesionales la iniciativa, decidimos este año repetir y ampliar la experiencia.

Recordemos que la utilización de técnicas artísticas en los procesos de recuperación en esta comunidad terapéutica es una metodología a la que recurrimos de forma habitual, aunque en este caso, esta fue la primera vez que estructuramos la práctica utilizando la mirada específica en arteterapia.

En esta experiencia ofrecimos un espacio encuadrado en el lugar y el tiempo. Un espacio donde se prioriza el respeto y se ofrece la posibilidad de creación, ampliando así los universos personales de los usuarios/as. Un espacio cuyo objetivo es que el o la participante identifique límites y capacidades.

Desde la emoción y la asociación, y con ayuda del arte terapeuta, educadores y monitores, y a través de su obra, puede identificar, aceptar y crear una posibilidad de cambio y expansión.

Después de revisar la experiencia del año pasado que se desarrolló alrededor del concepto del “silencio”, este año repetimos y ampliamos. Trabajamos la dimensión grupal con el concepto de “el perdón”.

El núcleo de la experiencia personal se estructura en:

  • Una sesión para entender la propuesta y adentrarnos en su esencia.
  • Dos sesiones dedicadas al proceso creativo individual.
  • Dos sesiones para exponer y darle vida a las obras.
  • Una sesión para posibilitar el cambio y
  • Una última sesión que implica un cierre que integra la experiencia a su narrativa.

Sumamos a este trabajo de dimensión personal un proceso grupal cuyo objetivo es entender el alcance que tienen las acciones individuales en la comunidad ya que, como la técnica utilizada este año refiere: “cada uno formamos parte de un todo”.

Sabemos que el grupo en el proceso de recuperación de una comunidad terapéutica cumple diferentes e importantes objetivos: ofrece al usuario/a, entre otras, la posibilidad de “re-conocer” y “re-inventar” vínculos sociales. Es por esta razón que decidimos ampliar la propuesta.

En colaboración con todo el equipo profesional de la Comunidad Terapéutica “Can Coll”, elegimos como eje central la práctica de “el perdón”. Para ello, nos remitimos a una técnica ancestral hawaiana llamada “ho’oponopono” que significa “enderezar, armonizar, corregir lo que es erróneo, poner orden…”. Entendiendo esta técnica, adoptamos su esencia y la adaptamos a nuestro entorno. El objetivo es que los usuarios/as ampliaran las fronteras personales, entendiendo al grupo como una entidad acogedora que enriquece a la persona.

En esta nueva dimensión, utilizamos el juego simbólico, el movimiento y el cuerpo como herramientas de desbloqueo, encuentro e identificación.

Atendiendo a este objetivo, diseñamos una actividad donde asociamos diferentes rasgos de personalidad a los nombres de planetas, invitando a los usuarios/as a crear obras que recojan esas características, utilizando para ello la creatividad y las artes plásticas.

Una vez creadas las obras, con el juego, la música y el cuerpo, invitamos al o a la participante a expandirse, experimentando “el sentir” hacia esas creaciones a las que hemos llenado de vida. De esta forma, invitamos a los participantes a crear un espacio en el que se pueden mover con una nueva mirada, en el que inventamos lugares personales donde nos encontramos y nos reconocemos.

Después, utilizando el cuerpo, afianzamos la pertenencia al grupo como herramienta de crecimiento y construimos una obra grupal que simboliza toda la experiencia vivida.

“Ho’oponopono” es un proceso de arrepentimiento, aceptación y reconciliación entre personas de una misma comunidad; de una misma familia. Ese perdón es uno de los conceptos que esperemos que ayuden a nuestros usuarios/as a seguir caminando hacia el cambio esperado.

Por parte del equipo de profesionales de esta comunidad terapéutica de la Fundación Salud y Comunidad, dar las gracias, como siempre, a los y las participantes que nos regalan tanta sabiduría en estos trabajos, ayudándonos a recordar la auténtica belleza del ser humano en su esencia. Gracias también al resto de equipo que apoya y facilita el trabajo como un todo caminando en la misma dirección.


Joana Vidal, Sofia Enrique, Patricia Molina y Rosa Mª Montoya
Equipo profesional de la Comunidad Terapéutica “Can Coll” de FSC