El Área de Adicciones, Género y Familia de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) ha presentado recientemente los resultados de 2022 del Circuito de Adicciones. El circuito está formado, entre otros servicios, por el Centro de Día de Inserción “La Crisàlide”, un espacio amable e inclusivo que trabaja con personas que han decidido hacer frente a sus adicciones de manera ambulatoria y con ayuda profesional, en la ciudad de Barcelona. El objetivo es abordar su problemática desde un punto de vista integral, utilizando diferentes actividades para conseguir objetivos terapéuticos, ajustados a sus necesidades y teniendo en cuenta sus especificidades individuales.

En general, el pasado año 2022 fue un buen año, en cuanto a resultados se refiere en este servicio. El año finalizó con un incremento del 12% respecto a las demandas recibidas de personas que querían llevar a cabo un proceso de deshabituación de una adicción y con un 17% de aumento de la demanda por parte de los centros derivadores, “lo cual indica que, tras las dificultades derivadas de la pandemia por el COVID-19, con lo que supuso de limitaciones de aforo, distancias de seguridad o uso de mascarillas, durante este año volvimos a contar con una cierta normalidad, tal y como muestran los datos que hemos ido recogiendo”, explica Sandra Gasca, coordinadora del servicio.

Además, durante el pasado año se empezaron a percibir las mejoras derivadas de la ampliación del equipo profesional y de las actividades desarrolladas en el servicio. Asimismo, el centro incrementó la oferta de actividades, además de seguir ofreciendo la terapia ocupacional que continuó siendo y es el eje central de su actividad.

Con ello, se trataron de ofrecer diferentes espacios que pudieran cubrir otras necesidades que se habían ido observando y que complementan a la terapia ocupacional. En este sentido, se crearon espacios como el grupo antiestrés, concebido para ayudar a tomar conciencia cuerpo-mente, así como para aprender nociones de yoga, practicar relajación y entender la importancia de escucharse y cuidarse a sí mismos.

Del mismo modo, se creó el grupo de prevención de recaídas que “venía a cubrir un espacio muy necesario para poder abordar todos aquellos aspectos que en el día a día van sucediendo y que afectan a la consolidación de la abstinencia. También, el grupo de planificación y gestión del tiempo libre que da soporte a la identificación del tiempo disponible y la planificación del mismo como método de anticipación de situaciones de riesgo; el grupo de trabajo comunitario en el huerto que nos pone en contacto con la comunidad y con la responsabilidad de cuidar y mantener un espacio del barrio del que cuidamos de manera voluntaria; el espacio de cinefórum que nos permite compartir nuestros pensamientos y elaborar nuestra opinión, a través del visionado de películas elegidas para su posterior reflexión, aplicando el uso de habilidades sociales  y, por último, las salidas culturales que nos motivan a buscar en el exterior otras actividades que resulten interesantes y que puedan acercar la realidad cultural de una gran ciudad como es Barcelona a cada persona usuaria del servicio”, expresa Sandra Gasca.

Este incremento de actividades realizadas durante el pasado año llegó también de la mano de la incorporación de la figura de integradora social que lleva a cabo las salidas culturales y coordina el grupo de planificación y gestión del tiempo. Además, da apoyo y soporte a aquellas personas que deban hacer gestiones administrativas y que necesiten acompañamiento. Se trata de una figura que ha permitido contar con una nueva visión y que ofrece una gran ayuda al equipo.

Además, expresa que, en los últimos 5 años, se ha tendido a una progresiva mejora de la calidad de la atención individual que se ha traducido en un incremento del tiempo dedicado a intervenciones individuales y a las posteriores gestiones de coordinación con los centros derivadores. “Esto implica más dedicación de tiempo y responde a la existencia de perfiles más duales y complejos con diferentes diagnósticos que dificultan la adherencia al tratamiento y que requieren de mayor intervención. En este sentido, finalizamos el año con un total de 593 intervenciones individuales, un 17% más que el año anterior, dato de gran importancia, como explicaba anteriormente”, mantiene.

En definitiva, 2022 fue un año muy productivo a todos los niveles en el Centro de Día de Inserción “La Crisàlide” de FSC, lo cual se ha traducido en unos datos muy positivos. Esperemos poder continuar de la misma forma durante este año y en los años venideros con la labor que venimos desarrollando.