El CAS Brians tiene como eje transversal en su intervención vinculada a promover la calidad de vida y el bienestar de los internos en relación a la prevención y al tratamiento de las drogodependencias en el medio penitenciario, el abordaje del género como elemento clave para poder tratar la problemática generada por consumo abusivo de sustancias.

Este año, hemos centrado los esfuerzos en visibilizar el género en una acción centrada en el concepto del «consentimiento». El término proviene de la palabra «consenso», que significa «acuerdo mutuo».

La autora del libro «La palabra más sexi es sí», Shaina Joy, subraya que este acuerdo entre las personas implicadas sea entusiasta, es decir que haya una intención de querer establecer una vía de comunicación que nos ayude a un consenso cómodo, sano y consciente.

Compartimos la idea de que el consentimiento es el punto de partida de cualquier encuentro sexual: la herramienta más poderosa en el campo del sexo (Joy, 2019: 125). Hablar de consentimiento es poner sobre la mesa las necesidades de cada persona y al mismo tiempo, se da la oportunidad de tomar una decisión, teniendo en cuenta los deseos y las necesidades del momento.

El consentimiento nos permite definir el deseo de uno mismo y de la otra persona y al mismo tiempo, nos da la oportunidad de definir que sería un abuso, ya que toda práctica sexual que se hace sin consentimiento entusiasta y voluntario es un abuso. El hecho de tomar a alguien la libertad para dar su consentimiento a una práctica sexual es sexo no consentido.

Joy propone cómo incorporar el consentimiento, explica que consiste en sustituir la suposición por la autonomía de tomar la decisiones cada una de las partes implicadas. Añade que el consentimiento no es un solo estado inamovible, sino que es un proceso en continuo cambio. Subraya que es más que pedir permiso, afirma que el consentimiento es una conversación activa a la que hay que volver y sobre la que hay que construir.

Recientemente y teniendo en cuenta este contexto, se ha puesto en marcha una exposición, con el objetivo de fomentar la cultura del consentimiento en la población penitenciaria. La exposición ha sido trabajada en los grupos de usuarios del CAS Brians 1, gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) y financiado por el CatSalut de la Generalidad de Cataluña, a partir de las ilustraciones, y también elementos propuestos por el autora. Los mensajes expuestos han sido creados a partir del debate grupal en 3 sesiones semanales de dos grupos de pacientes a los centros penitenciarios de Brians 1 y 2 de Barcelona.

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La exposición se compone de 6 pósters DNA-3, donde se presentan los mensajes clave acompañados de las ilustraciones cedidas por la autora, y 2 DNA-4, presentando el concepto de consentimiento y recordando que pueden ampliar la información con la lectura del libro que está disponible en la biblioteca del centro.

Las láminas han sido expuestas en el departamento de vis a vis de los dos centros penitenciarios. Se quiere mantener la exposición durante el año, dado que el tema es de interés para la comunidad penitenciaria y la duración de la exposición garantiza una mayor visibilidad entre la población privada de libertad y por lo tanto, la reflexión y el logro del mensaje sobre consentimiento.