La celebración del Día de las Personas Sin Hogar, que este año ha tenido lugar el 31 de octubre, ha vuelto a reunir a las organizaciones sociales que trabajan con estas personas para denunciar las dificultades continuadas que afrontan, para acceder a los derechos fundamentales y que se han agravado todavía más durante la pandemia.

En este sentido, las entidades sociales han reclamado a las administraciones públicas que se incremente el parque de viviendas sociales, que en estos momentos es «insuficiente», para que entre 30.000 y 40.000 personas que no tienen un hogar en España, puedan tener «una vida digna».

Una de las iniciativas en las que colabora la Fundación Salud y Comunidad (FSC) es el II Censo de Personas Sin Hogar en Valencia, tanto en la preparación del censo como en el recuento nocturno, que permitirá conocer con mayor concreción el número y características de las personas sin hogar en esta ciudad, para poder seguir contribuyendo a su inclusión social y laboral.

En concreto, en la preparación del censo, participa personal del Centro de Baja Exigencia (CIBE) de Valencia y de “El Carme”, servicios gestionados y dirigidos por FSC. Es el caso de Elena Matamala, directora de “El Carme”, que forma parte de la “Comisión de Difusión”, e Isabel Real, trabajadora social del CIBE de Valencia, miembro de la “Comisión de Voluntariado”, que se encarga de captar y formar para esa noche a las personas inscritas como voluntarias para llevar a cabo este recuento.

Ambas nos informan que en breve se abrirá el periodo de inscripción en la web del Ayuntamiento de Valencia para que las personas interesadas puedan participar en este segundo censo, que se llevará a cabo el 15 de diciembre, una operación estadística muy valiosa que puede aportar muchos datos si bien, por su complejidad, todavía no ha sido asumida por el Instituto Nacional de Estadística, como señalábamos en otra noticia, años atrás.

La iniciativa resulta fundamental para comprender la magnitud de la exclusión residencial, más allá de los datos de ocupación de centros. El recuento está organizado por diferentes entidades sociales de la ciudad, con la participación y colaboración del Ayuntamiento de Valencia y la Universidad de Valencia. Para ello, se pasará un cuestionario a aquellas personas que acepten responder una serie de preguntas y se contabilizará también a aquellas otras que no acepten, cumplimentándose una ficha de observación.

Se completará además con todas aquellas personas que esa noche estén durmiendo en los albergues, centros de noche y pisos de acogida de la ciudad, como es el caso del “Centro de Noche Mussol” de la Fundación Salud y Comunidad, para personas en consumo activo de drogas, y el albergue “El Carme”, donde el equipo profesional esa noche pasará los cuestionarios a las personas usuarias de estos servicios.

Cabe señalar que las entidades sociales temen que haya más personas sin hogar en Valencia tras las circunstancias vividas de pandemia, que ha dejado sin trabajo a muchas personas que vivían ya de por sí con escasos recursos económicos.

Según señalan desde la Concejalía de Servicios Sociales del consistorio valenciano, la idea del recuento surge de la necesidad de “dimensionar el problema de la exclusión residencial” y “señalar líneas estratégicas de acción” para las entidades y para las administraciones públicas.

En este punto, no hay que olvidar la persistente relación entre la carencia de vivienda y el aumento de mortalidad, de acuerdo con la «Estrategia Nacional Integral para Personas sin Hogar 2015-2020», que trata de dar respuesta a la situación de las personas sin hogar y crear un marco integral de actuación con este colectivo.

Igualmente, da a conocer algunos datos de interés sobre mortalidad en las personas sin hogar, que nos invitan a reflexionar.

  • Las personas sin hogar tienen una mortalidad entre 3 y 4 veces superior al de la población general. A pesar de la diversidad metodológica de los estudios, los datos procedentes de Estados Unidos, Canadá, Europa y Australia permiten establecer esa ratio.
  • La esperanza de vida de las personas sin hogar está entre 42-52 años, aproximadamente 30 años menos que la población general.
  • La probabilidad de mortalidad prematura de personas sin hogar aumenta si la persona está expuesta continuamente a espacios públicos (pernoctando o viviendo durante el día), es joven o padece SIDA.
  • Las mujeres sin hogar jóvenes tienen una mortalidad prematura mucho más alta respecto al resto de los subgrupos y por encima de cuatro veces mayor que la población general.
  • Especial mención, por ser nuestro colectivo de atención las personas en consumo activo, tiene este dato que ofrece la estrategia: «No obstante, hay un cuadro trimórbido que multiplica el riesgo de mortalidad precoz: abuso de sustancias, enfermedad mental y enfermedad crónica».

Desde la Fundación Salud y Comunidad, esperamos que este II Censo de Personas Sin Hogar en Valencia ayude a seguir visibilizando a estas personas, desgraciadamente “invisibles” muchas veces para la sociedad.

Por ello, es fundamental seguir potenciando el trabajo en red para tratar de ofrecer a las personas sin hogar una salida digna a su situación, reconociendo su derecho a una vivienda digna y adecuada, tal y como señala el Artículo 47 de la Constitución Española. Y en ello, seguiremos trabajando.