Los y las menores de este servicio de titularidad de la Generalitat Valenciana, gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Castellón, han iniciado su participación en un programa cuyo objetivo es trabajar sus competencias sociales, su autoestima, la gestión de la frustración y el autocontrol, a través de un taller de actividades asistidas con perros. El programa incide en el bienestar de los animales y en el de los menores que tendrán en este caso funciones de educadores, desarrollándose el mismo durante más de dos meses.

 Cada vez más, los y las adolescentes que ingresan en los centros de acogida de menores vienen diagnosticados con una problemática emocional y conductual que dificulta su integración comunitaria. Así lo demuestra un estudio de González-García et al. (2017), según el cual prácticamente el 50% de los adolescentes en acogimiento residencial en España recibe apoyo psicoterapéutico de algún tipo.

De ahí la importancia de la detección temprana de indicadores de trastornos emocionales y conductuales para su derivación a tratamiento. En este sentido, en los centros de acogida gestionados por la Fundación Salud y Comunidad se ha convertido en una prioridad llevar a cabo intervenciones clínicas con estos menores, facilitando la expresión de sus sentimientos y la gestión emocional.

Con este fin terapéutico, se ha iniciado un programa de actividades asistidas con perros en el centro de menores (CAM) Plana Alta que incluye la visita de los y las menores al resort canino Gos Amic, en Castellón, en el que se encuentran alguno de los perros de la protectora Manada feliz. Los menores, con ayuda de educadores caninos voluntarios y personal de la protectora, enseñarán a estos perros normas básicas de convivencia, habilidades, así como a recuperar la confianza en las personas.

Una vez cumplido este objetivo, los animales ya estarán preparados para formar parte de una familia de acogida en la ciudad de Castellón. Con ello se habrán cumplido tres objetivos que se aplican también al trabajo realizado desde los centros de menores: enseñar, recuperar e insertar.

Para finalizar, los y las menores, junto con los perros a los que han educado de la protectora, visitarán un centro de tercera edad y un servicio dirigido a personas con diversidad funcional. En estas visitas, los menores enseñarán a los usuarios/as del centro todas las habilidades que el animal ha aprendido, consiguiendo que se sientan útiles en la comunidad a través de esta alternativa de ocio.

Además, durante este periodo de tiempo, se realizarán talleres en coordinación con los servicios de Protección Civil, en los que los y las menores aprenderán técnicas de búsqueda y rescate de personas que se encuentran en situación de riesgo, recurriendo para ello estos servicios específicos a perros.

Por último, también se contempla una actividad a realizar en coordinación con la Asociación de Usuarios de perros guía de la Comunidad Valenciana, en la que, a través de juegos con los ojos tapados y vídeos explicativos, se mostrará a los y las adolescentes las dificultades de algunos colectivos para integrarse en la sociedad, favoreciendo con ello su mayor concienciación social.

Desde los primeros tiempos, se ha demostrado un fuerte vínculo entre las personas y los animales. El intercambio afectivo con los animales mejora el estado emocional de la persona que se siente acompañada y se mantiene activa porque debe asumir la responsabilidad de su cuidado.

Cabe señalar además que este tipo de terapia también se aplica a otros colectivos en nuestra entidad. En el caso de los menores, algunos de los innumerables beneficios que los animales les aportan son su mayor disposición para involucrarse en actividades grupales y de trabajo en equipo, aumento de la autoestima y del sentido de la responsabilidad, apertura de un espacio para la expresión de afecto y de sentimientos, alivio del estrés, etc.