Los pasados días 20 y 21 de marzo, realizamos una falla entre todos los niños/as y educadores/as de este servicio, gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), de titularidad de la Generalitat Valenciana.

A pesar de las circunstancias actuales de la pandemia por el COVID-19 y las restricciones existentes, este año quisimos viajar con la imaginación a Valencia en años pasados de ambiente fallero, cuando la pudimos visitar, y celebrar unos días festivos en nuestro centro. En ello, pusimos todo nuestro empeño, siguiendo la expresión popular “si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña”.

Es por ello que nos pusimos manos a la obra, decidiendo, a través de una “lluvia de ideas”, qué temática tendría nuestra falla, en la que no podía faltar los buñuelos, el chocolate, la música, y los petardos…

Los niños y niñas decidieron que el tema principal de estos dos últimos años había sido el COVID-19, siendo la falla que plantamos un homenaje a todos aquellos/as que se vieron afectados y afectadas por el virus. También, dedicada a todas las personas que estuvieron en primera línea para cuidarnos; igualmente, a aquellos y aquellas gracias a los cuales no nos faltaron alimentos, medicamentos y en general, como homenaje a todas las personas que siguieron trabajando, a pesar de las circunstancias.

La falla se componía de un hospital junto a una ambulancia, de un virus “en honor al COVID-19”, de una comisaría, casas y sobre todo, de figuras temáticas que daban vida a diversos profesionales…y por supuesto, de lo más simbólico para todos y todas, nuestro estandarte fallero.

Una vez realizada la “plantà”, momento en el que se monta el monumento fallero, no nos podía faltar una buena merienda, buñuelos con chocolate, con una pequeña traca y juegos populares para pasar una tarde agradable, y así fue.

Tras un fin de semana de disfrute, llegó el momento de la “cremà”, momento en el que se prende fuego a la falla. Con las medidas de seguridad necesarias, dijimos adiós, no sin antes consensuar nuestro “ninot” indultado, que – como no podía ser de otra forma- fue el virus, al que al final vamos a cogerle cariño, tras tantos días de convivencia con él… Entre llamas, nuestro trabajo ardía.