David González es diplomado en Trabajo Social por la Universidad de Barcelona (UB). Compagina sus funciones como director de este servicio de la Generalitat de Cataluña, gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Barcelona, con su labor como docente. De David quisiéramos destacar tantísimos aspectos que no cabrían en este resumen inicial. Por ello, nos quedamos con su humanidad y su trato cercano y familiar con usuarios/as, familiares y trabajadores. Y, por supuesto, también con su compromiso con la entidad, demostrado desde hace más de una década con su impecable profesionalidad. Igualmente, con su compromiso con la Calidad en la gestión del servicio.

– David, tu perfil profesional es amplio… Diriges la Residencia, Centro de Día y Hogar “La Verneda” desde hace casi 13 años y, además, te has especializado en el ámbito de la docencia.

Así es, compagino mi labor como director de este servicio con la docencia, impartiendo clases en los cursos del SOC (Servicios de Ocupación de Cataluña) para formar a técnicos/as especializados en atención sociosanitaria, así como en atención de centros residenciales, atención domiciliaria, cuidadores/as de discapacitados físicos y psíquicos, auxiliares de enfermería, etc.

También, soy profesor colaborador en el Máster Universitario en Gerontología y Atención Centrada en la Persona de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), dirigiendo Trabajos de Fin de Máster, en este máster especializado en el Modelo de Atención Centrado en la Persona (ACP), tratando de aportar nuestro bagaje como entidad en este ámbito.

– Además, tu actividad profesional en FSC ha ido más allá de la dirección de “La Verneda”, a destacar también tu etapa como subdirector del Área de Atención a la Dependencia…

Sí, desde la dirección del Área de Atención a la Dependencia, Toni Gelida, me ofreció hace unos años esta oportunidad y no dude en aceptarla. Fue un privilegio poder aprender durante esa etapa de él y de las compañeras que siguen en la subdirección de área, Carme Trilla y Carmen Poveda.

Transcurrido 1 año, por motivos personales, cesé voluntariamente por cuidado de un familiar. Necesitaba estar cerca, y disponible, ya que mi padre se encontraba en fase inicial de demencia y vivía solo, y volví a la dirección de “La Verneda”.

– Si algo también te caracteriza es tu capacidad de adaptación profesional.

Sí. También que, en ambas etapas, en las que, efectivamente, la adaptación ha sido fundamental, la formación ha sido constante para los nuevos retos que los servicios demandaban, tanto desde la subdirección de área como del servicio.

– Volviendo al centro que diriges actualmente, ¿qué es lo que más te gusta de tu labor diaria?

Me apasiona hablar con las personas mayores, aprender de lo que explican. Escuchar sus experiencias y consejos de vida.

Igualmente, me gusta lo referente a la parte de logística/organización que los diferentes profesionales necesitan, en tiempo y forma, en relación a los recursos que requieren para poder desempeñar lo mejor posible sus tareas.

– ¿Qué es lo que dirías que diferencia a la Residencia, Centro de Día y Hogar “La Verneda” de otros servicios dirigidos a personas mayores de esta misma tipología?

Desde mi punto de vista, el hecho de tener anexado el hogar de personas mayores a la residencia y centro de día. Su complejidad de gestión es directamente proporcional a lo que enriquece a los servicios de residencia y centro de día.

Con el hogar, se multiplican las actividades lúdicas, contamos para ello con un gran número de personas voluntarias que nos ofrecen su tiempo de forma desinteresada y, actualmente, con unos 1.200 socios/as en el mismo.

– ¿Qué destacarías sobre la tipología de usuario/a que atendéis en el servicio?, ¿ha habido alguna evolución en el perfil?

Sí. A raíz de la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, el perfil de usuarios/as es cada vez más dependiente.

El promedio de edad es cada vez mayor, especialmente en el intervalo de edad entre 85 y 94 años. Las personas mayores de 95 años representan un 15 %.

Esto significa que atendemos a personas que cada vez viven más, pero como consecuencia, si lo contrastamos con los perfiles de dependencia física y cognitiva, también son cada vez más dependientes. La edad media cada vez es mayor. Por daros algún dato más, durante el pasado año 2019, en residencia, la edad media fue de 88 años, representando las mujeres un 82 %.

– ¿Qué novedades se han aportado en el servicio en los últimos años?

Desde la implementación del modelo de ACP, de Atención Centrada en la Persona, en este centro, hace ya 10 años, nuestro objetivo es seguir mejorando en calidad de vida, en calidad de atención a las personas mayores.

Hace 8 años logramos estar certificados en los Sistemas de Gestión de la Calidad, y hace 6 en los Sistemas de Gestión ambiental, por AENOR.

Por otra parte, el servicio está acreditado desde hace 2 años en cuanto a Cuidados de demencias sin sujeciones por la Fundación Maria Wolff/CEAFA (Confederación española de asociaciones de familiares de personas con Alzheimer y otras demencias), algo que también me parece significativo.

– Y en cuanto a actividades desarrolladas en el servicio, ¿cuáles dirías que han sido las más novedosas?

Durante este último año 2019, concretamente 2 actividades que ya se han consolidado.

Por una parte, la actividad de realidad virtual mediante gafas que ha teniendo como resultado una aceptación muy buena entre las personas usuarias. En este sentido, el centro dispone de unas gafas para trabajar la estimulación cognitiva mediante contenidos de la plataforma OROI, que nos permite acceder a diferentes visualizaciones de contenidos con los que se puede trabajar desde la reminiscencia a la estimulación cognitiva.

Y, por otra parte, la colaboración con la Vocalía de Perros de la Asociaciones de Vecinos La Palmera que se pusieron en contacto con nosotros/as para promover una relación con las personas del centro y los animales, haciendo una labor informativa sobre el civismo y en la que tiene un papel importante la desmitificación de la mala información que se tiene sobre los animales.

– ¿Qué retos os marcáis en el servicio durante este año?

En este año 2020, hemos querido priorizar la formación del personal de atención indirecta de cocina y cafetería para elaborar los menús texturizados. Gracias a ello, las personas que deben comer triturados, debido a disfagia u otros motivos sanitarios, pueden mantener el gusto, la forma y los olores en estos alimentos.

– Para ir finalizando, ¿qué balance haces de tu gestión al frente de “La Verneda” en estos casi 13 años?

Han sido muy intensos, realmente tengo la sensación de que han pasado muy rápido. La dirección de un servicio supone tomar cada día 100 decisiones y debes irte a casa con la sensación de que lo has hecho lo mejor que has podido, aprendiendo de los errores para no cometerlos al día siguiente.

– ¿Alguna cosa más que añadir en esta entrevista?

Sí, me gustaría agradecer a Fundación Salud y Comunidad la confianza depositada en mí, desde el primer día, en la gestión de este servicio. Me gustaría personalizarlo en la figura del presidente de la Fundación Salud y Comunidad, Francisco González Sedeño. Para mí, un ejemplo permanente de tesón y humildad.