El pasado 14 de marzo, se decretó el estado de alarma, comunicándonos la gerencia del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) que tanto el Hogar como el Centro de Día “San José” de Zaragoza, de titularidad del mismo, gestionados y dirigidos por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), permanecerían cerrados al público desde ese mismo día.

No obstante, días después, el 16 de marzo, el personal contratado por FSC, se incorporó a su puesto de trabajo, dado que el IASS iba a seguir manteniendo el precio por el servicio, durante todo el tiempo que durara este cierre.

Según nos explica Carlota Menéndez, directora del servicio, “la situación fue un tanto extraña, nos reorganizamos para sacar partido a esa ausencia de usuarios/as y socios/as, y asumimos labores de limpieza, desinfección, y organización de todo el centro”.

Al mismo tiempo, fueron declarados trabajadores/as esenciales, puesto que “formamos parte de los servicios sociales especializados, si bien al tratarse ‘San José’ de un servicio no residencial, nuestra labor esencial consistía en el seguimiento de los usuarios/as del centro de día vía telefónica, además de pasar a ser el centro de referencia de nuestra zona, detectando situaciones de vulnerabilidad o de necesidad dentro de nuestro barrio, siempre a través del teléfono”.

De esta forma, mientras la trabajadora social, la terapeuta ocupacional, una recepcionista y la propia directora del centro, realizaban llamadas de seguimiento, el resto del personal se ocupaba de limpiar el centro a fondo, desinfectarlo y de organizar, ante las nuevas circunstancias.

Esta situación duró 10 días, hasta que el 25 de marzo se publicó en el Boletín Oficial de Aragón el decreto-ley 1/2020 del Gobierno de Aragón, por el que se adoptaban medidas urgentes para responder al impacto generado por el COVID-19 en la Comunidad Autónoma de Aragón.

En él, se detallaba que las necesidades de efectivos que en el IASS y en las entidades locales se precisaran para la prestación de los servicios esenciales, como consecuencia de bajas o ausencias de personal que se produjeran  con motivo del COVID-19, o para atender las medidas adoptadas relativas al mismo, se cubrirían, en primer lugar, mediante el personal empleado público o personal laboral de entidades contratistas o concertadas que hubieran quedado sin función específica, debido al cierre de los hogares de personas mayores, de los centros de día y de los centros de atención a la discapacidad.

Agradecimiento al esfuerzo y resiliencia del Hogar y Centro de Día "San José", en el apoyo de personal a la Residencia “Las Fuentes” por el COVID-19Esto suponía que, en cualquier momento, las trabajadoras de “San José” que habían quedado sin función específica, podían ser llamadas a cubrir plazas vacantes, a causa del COVID-19 en cualquier servicio esencial, social o sanitario, de Zaragoza.

“Entonces, la directora de la Residencia ‘Las Fuentes’, Carmen Lorente, y yo, tuvimos una conversación, de la cual surgió la idea de pedir desde la residencia al IASS, a todo el personal de ‘San Jose’, para cubrir las vacantes que, con motivo del coronavirus, se estaban ofreciendo, y para dar ayuda y apoyo a los/as residentes en esos momentos tan difíciles de aislamiento”, señala Carlota Menéndez.

De modo, que el 26 de marzo se incorporaron a la Residencia “Las Fuentes” tres técnicas en cuidados auxiliares de enfermería (TCAE), una enfermera, la terapeuta ocupacional, la fisioterapeuta, y una camarera. Posteriormente, se incorporó otra TCAE y una camarera, todas ellas procedentes del centro de “San José”.

Una vez ya ubicadas en su nuevo destino, y pasado el período inicial de adaptación, pudieron comprobar que la organización en cuanto al trabajo, medidas de higiene y seguridad en la residencia eran excelentes. El trato que recibían de sus nuevos compañeros/as y residentes era de cariño, apoyo y agradecimiento, de modo que se fueron integrando en la vida de la residencia como unas trabajadoras más.

A destacar que las personas usuarias de “Las Fuentes”, pudieron estar igual de bien atendidas que siempre porque la predisposición del personal de “San José” compensó las necesidades derivadas de la nueva situación originada, tanto a nivel organizativo, como de cuidados, así como la falta de personal, especialmente, sanitario y de servicios auxiliares.

Si bien no se trata de la única vez, en la que ha ocurrido algo similar durante el estado de alarma, ya que en otros centros gestionados y dirigidos por FSC, como el Centro de Día de Bizia en Vitoria y el Centro Especializados de Atención a Mayores (CEAM) de Alicante, también se puso a disposición de otros dispositivos, en los que hubiera necesidad, al personal de estos servicios.

Respecto a este apoyo de personal de “San José”, la directora de la Residencia y Centro de Día “Las Fuentes”, Carmen Lorente, afirma sentirse “inmensamente agradecida al personal de ‘San José’, ya que, mientras ‘otras personas huían’, ellas en todo momento, estuvieron trabajando, y se esforzaron muchísimo, ya que el trabajo en ‘San José’ requiere menos esfuerzo que el de una residencia. Así pues, como decía Lina Morgan, agradecida y emocionada, solo puedo decir: gracias por venir”.

Por su parte, Isabel Ortega, trabajadora social del servicio, explica que, cuando apenas sabían nada sobre la palabra “coronavirus”, el miedo sirvió de impulso para fortalecerles, para trabajar en equipo, para emplear recursos y habilidades aletargadas dentro de ellos/as y para la ayuda mutua.

«La ayuda es un tipo de conducta prosocial en favor de una persona o personas, como el altruismo y la cooperación. Cuando es mutua, se produce una interrelación, un ‘feedback’ entre quien recibe la ayuda y quien la da, intercambiándose continuamente los roles en una cooperación recíproca y solidaria. Esto ha ocurrido en ‘Las Fuentes’, gracias a la ayuda de nuestros compañeros/as del Hogar y Centro de Día ‘San José'», afirma Isabel Ortega.

«Recordamos que una mañana Carmen, directora del centro, nos informó a todo el equipo interdisciplinar que iban a venir a ayudarnos desde este centro. Al principio, todo fue algo extraño, nos invadieron dudas y los temores sobre cómo nos podíamos organizar…pero, a la vez, sentimos ‘alivio’ de ver que ‘no estábamos solos’. A nuestro gran equipo, se unieron Mapi, Elena, Susana, Inna, Pili Silvia, Rosa, Francisca y Mª Jesús y, gracias a ellas, nos convertimos en un equipazo. Con su ayuda y su gran corazón, se han ganado la confianza de todos nuestros usuarios/as y de todos nosotros/as. Un gesto y una palabra que lo dice todo: gracias”, reconoce. Por todo ello, desde “Las Fuentes”, quieren agradecer el esfuerzo, resiliencia y adaptación al cambio por parte de “San José”, en este apoyo de personal.

Mientras tanto, en “San José”, la trabajadora social; la persona responsable de recepción y la propia directora, continuaban realizando un seguimiento telefónico, tanto a usuarios/as del centro de día como a socios/as del hogar, llegando a contactar con casi 4.000 socios a través del teléfono, “socios que han agradecido tanto nuestra compañía que, cada vez que colgábamos el teléfono, se nos dibujaba una sonrisa”, afirma la directora del Hogar y Centro de Día “San José” de Zaragoza.

Por otra parte, desde el 18 de marzo, la cocinera del servicio ha seguido trabajando en el hogar, realizando menús para que los socios/as y usuarios/as del centro de día que quisieran, los fueran a buscar para degustarlos en sus domicilios. Desde esa fecha, se han servido 939 menús.

Igualmente, a día de hoy, y desde el pasado 4 de junio, hemos reanudado en el hogar los servicios de peluquería de señoras y caballeros, y el servicio de podología para los socios/as del mismo, siempre a través de cita previa, permaneciendo cerrado el resto del edificio, incluyendo el centro de día, para el que actualmente no tenemos fecha prevista de apertura.

Otro tema que merece nuestra atención es la prestación de material al IASS (mobiliario, menaje, equipamiento, televisiones, etc…) por parte del centro “San José”, para ser llevado a servicios que se iban a abrir en Zaragoza (Miralbueno, Casetas, Parque Goya, Valdespartera). “Así lo hicimos, y unos días más tarde, el director de la Residencia ‘Los Maizales de Casetas’, habilitada para atender a mayores con COVID-19, nos solicitó únicamente los carros de las comidas, y se los prestamos. A día de hoy todavía disponen de ellos”.

Para finalizar, nos quedamos con un detalle entrañable, y otro gesto de solidaridad entre los que hemos ido viendo entre los centros del Área de atención a la dependencia y de atención a la infancia y la adolescencia durante estos meses, y es que el día de San Jorge (“Sant Jordi”), el pasado 23 de abril, se recibieron unas cartas en la Residencia y Centro de Día “Las Fuentes”, procedentes de los/as menores del centro de Atención a Menores de Ateca, también gestionado y dirigido por FSC, acompañadas por unas mascarillas que habían decorado estos/as menores.

«Las mascarillas las expusimos en la entrada del centro, para que toda persona que pasase andando por allí, las pudiese ver a través de la cristalera. Las cartas fueron muy emotivas, en cada una de ellas se relataba incluso las experiencias de los/as menores, y nos llegaron al alma, sabiendo además que se habían portado estupendamente y no había habido incidencias con el COVID-19 en este servicio. Estas cartas se entregaron a los usuarios/as para que se las guardaran de recuerdo, e hicimos un vídeo de agradecimiento a todos los chicos/as, que se puede ver en la página de Facebook del IASS”, explica Isabel Ortega, trabajadora social del servicio.

Agradecimiento al esfuerzo y resiliencia del Hogar y Centro de Día "San José", en el apoyo de personal a la Residencia “Las Fuentes” por el COVID-19

Como decíamos en una noticia previa, no dejemos de creer que al final todo saldrá bien, y así nos lo van demostrando cada día los hechos, y si no sale bien, es que aún no es el final y debemos seguir manteniendo viva la esperanza.