Durante este año 2025, la Unidad Dependiente de formación, soporte e inserción social para población reclusa del Baix Llobregat, en Barcelona, está celebrando su décimo aniversario. Se cumplen 10 años acompañando a personas en situación de tercer grado penitenciario, con una propuesta basada en la atención integral, la inclusión social y la autonomía personal. Se han realizado aproximadamente 16.420 actuaciones, consolidando un modelo de atención integral, adaptable y orientado a la mejora de la calidad de vida y a la reinserción efectiva de las personas usuarias.

Se trata de un recurso que forma parte de la red de dispositivos sociales impulsados por el Departamento de Justicia de la Generalitat de Cataluña, gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC). Su enfoque se centra en favorecer la inserción social y laboral, a través de planes de trabajo individualizados, que atienden las necesidades específicas de cada persona usuaria, teniendo siempre presente el contexto social, familiar, formativo y laboral.

Desde su puesta en marcha, más de 200 personas han sido acogidas en el recurso, en un entorno comunitario que prioriza el acompañamiento personalizado, la corresponsabilidad y la construcción de itinerarios realistas y sostenibles.

Destaca además el notable nivel de satisfacción global manifestado por las personas usuarias, tanto en relación con el equipo profesional como con las instalaciones del recurso. Esta valoración se obtiene mediante encuestas de satisfacción realizadas en tres momentos clave del programa: a los 7 días de la incorporación, cada tres meses y al finalizar el proceso.

Estas encuestas no solo sirven como indicador de las áreas de excelencia, sino también como herramienta para detectar aquellos ámbitos que pueden requerir mejoras. A lo largo de los años, los resultados han sido excelentes: el programa recibe una puntuación media de 4 sobre 5, y la atención, el acompañamiento y las infraestructuras obtienen valoraciones superiores a los 4,2 sobre 5 puntos en todos los ítems evaluados.

“Me sentí a gusto desde el primer día. Estoy muy agradecido al equipo de coordinación y a los monitores y monitoras por su ayuda y por ser siempre transparentes conmigo”, señala una persona usuaria del recurso.

Paralelamente, la actividad desarrollada por el servicio se traduce en una media de 1.642 actuaciones anuales, entre acciones directas e indirectas, vinculadas a la atención laboral, social, psicológica y a la gestión penitenciaria o penal de las personas usuarias. En total, se han realizado aproximadamente 16.420 actuaciones, consolidando un modelo de atención integral, adaptable y orientado a la mejora de la calidad de vida y a la reinserción efectiva de las personas.

Datos sociolaborales promedio en la última década

Durante estos 10 años de funcionamiento, la media de personas atendidas anualmente se ha situado en torno a los 39 usuarios, con un porcentaje medio del 57% que se incorpora a la Unidad con empleo y un 34% que accede sin el mismo.

De las personas que ingresan sin empleo, aproximadamente un 75% logra incorporarse posteriormente al mercado laboral, gracias al apoyo y derivaciones a programas como CIRE y REINCORPORA. El resto continúa en búsqueda activa o recibe subsidios por jubilación o pensión contributiva. Estos datos reflejan el compromiso constante del recurso en facilitar la inserción laboral y mejorar las condiciones de vida de sus usuarios, adaptándose a las diferentes realidades y retos que presentan.

Con motivo del décimo aniversario del servicio, queremos poner en valor uno de los pilares fundamentales del mismo: la coordinación constante y el trabajo en red que sostiene, día a día, la atención a las personas usuarias.

Desde sus inicios, el equipo ha apostado por una estructura de coordinación sólida y fluida que garantiza el seguimiento individualizado y la mejora continua del recurso. A lo largo de los últimos años, se han mantenido diversos espacios de supervisión interna que refuerzan el trabajo técnico y humano del equipo profesional.

Por un lado, se han llevado a cabo reuniones de supervisión entre la dirección del Área de Inserción Social y Reducción del Daño de FSC y la coordinación de la Unidad, centradas en garantizar la calidad del servicio, resolver cuestiones de gestión y facilitar una comunicación directa con la Administración.

Por otro lado, la coordinación de la Unidad mantiene encuentros periódicos con el equipo técnico, espacios clave para supervisar la evolución de los casos, detectar incidencias, fortalecer el trabajo en equipo y acompañar el desarrollo profesional del personal.

Asimismo, el recurso también ha reforzado su compromiso con la intervención en red, realizando derivaciones a entidades externas, principalmente a la red de inserción sociolaboral, pero también a dispositivos de drogodependencias y a iniciativas de ocio y cultura, con el objetivo de asegurar una atención global y ajustada a las distintas realidades de las personas atendidas.

Durante esta década, el equipo del servicio ha trabajado de manera constante para ofrecer un espacio de convivencia seguro, normativo y respetuoso, donde las personas usuarias puedan avanzar en su proceso de cambio, adquirir habilidades y retomar su proyecto vital.

Este recorrido no habría sido posible sin el esfuerzo colectivo, la voluntad de mejora y el trabajo coordinado de todas las personas implicadas. Una década después, seguimos caminando con el mismo compromiso: acompañar procesos de cambio con profesionalidad, humanidad y responsabilidad compartida.

En estos 10 años, hemos aprendido, crecido y acompañado a muchas personas en momentos clave de su vida. Y seguimos con la misma energía y compromiso del primer día.

Gracias a todas las personas que han formado parte de este recorrido: usuarios, profesionales, entidades colaboradoras y comunidad. Porque la inserción no es un destino, sino un camino que se construye en colectivo.

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