El encuentro fue liderado por la Federación Catalana de Drogodependencias y otras adicciones (FCD), de la cual forma parte la Fundación Salud y Comunidad (FSC), que reúne a 27 entidades del ámbito de las adicciones en Cataluña. FSC participó a través del Área de Adicciones, Género y Familia, que cuenta con una representación destacada a través del Grupo de Trabajo de Familias, coordinado por Gemma Maudes, subdirectora de dicha área.
La jornada comenzó con la intervención de Ana Gil, psicoterapeuta familiar con más de 40 años de trayectoria en la intervención familiar con personas adictas. Su ponencia repasó el camino recorrido: de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos en la atención a las familias.
A continuación, dos familias compartieron su vivencia sobre el proceso de acompañamiento, los retos superados y su visión sobre cómo la intervención familiar les ha ayudado a reconstruirse y a entender mejor el proceso de recuperación.
Tras el descanso, se realizaron unos talleres, estructurados en cuatro mesas temáticas, que contaron con gran participación en las dinámicas grupales realizadas:
– Apoyo en todas las fases del tratamiento y atención a aspectos emocionales y sistémicos: se ofreció información y orientación sobre los recursos disponibles dirigidos a las familias. Además, se abordaron aspectos como la reducción de los tiempos de espera y la lucha contra el estigma asociado a las adicciones.
– Incidencia política y sensibilización social: se trataron cuestiones como ¿de qué forma se puede hacer mayor incidencia política y visibilizar la problemática familiar? o ¿cómo hacer llegar la información adecuada a las familias? Por otra parte, tuvo lugar un debate ético sobre cómo las familias quedan excluidas en algunos momentos del proceso, debido a la confidencialidad de datos. Asimismo, se presentaron ideas interesantes en torno a la creación de un servicio ambulatorio, específicamente diseñado para atender a las familias.
– Incorporación de la familia en el tratamiento y su papel en el proceso de recuperación.
Se abordaron aspectos como los siguientes:
- ¿Concebimos a la familia como “co-terapeuta” (parte de la solución, aliada y factor de protección), o como un grupo de personas que precisan también atención y/o acompañamiento?
- ¿Cómo y cuándo hacemos visible o invisibilizamos su presencia en el proceso terapéutico?
- ¿En qué momentos concretos del tratamiento incluimos activamente a la familia?
– Enfoque integral y diverso.
Especialmente, se incidió en cuestiones como:
- ¿Diseñamos intervenciones que involucren directamente a los miembros de la familia?
- ¿Recogemos de forma sistemática el feedback de las familias?
A modo de conclusión de la jornada, nuestra compañera Gemma Maudes, subdirectora del Área de Adicciones, Género y Familias de FSC y coordinadora del Grupo de Trabajo de Familias de la FCD, señala algunas propuestas que se trasladaron. Estas reflejan la necesidad de avanzar hacia un enfoque más justo, inclusivo y participativo en la intervención familiar, en el abordaje de las adicciones.
– Promoción de políticas familiares integradoras: es esencial impulsar marcos legislativos y políticas públicas que reconozcan el papel fundamental de la familia en la rehabilitación de las personas con adicciones, promoviendo programas que integren intervenciones familiares como aspecto central del tratamiento.
– Acceso equitativo y universal: el acompañamiento familiar debe estar garantizado en los servicios públicos de atención a las adicciones, evitando que solo quienes acceden a tratamientos privados, tengan acceso a este apoyo tan valioso.
– Reconocimiento de la diversidad familiar: las políticas deben contemplar distintas configuraciones familiares (monoparentales, familias reconstituidas, LGTBI+…), y adaptar las intervenciones a estas realidades, evitando así situaciones de exclusión o revictimización.
– Formación y recursos para profesionales: es necesario reforzar la formación de los/as profesionales para que puedan trabajar con las familias, desde una perspectiva sistémica y ética, lo que implica cambios en los planes de estudio y formación continua.
– Financiación de programas comunitarios y de apoyo familiar: debe fomentarse la financiación de proyectos que refuercen el rol de las familias como agentes activos de apoyo, incluyendo grupos de autoayuda, espacios educativos y servicios de mediación familiar.
– Participación de las familias en el diseño de políticas: las familias deben tener voz en la creación de programas y servicios relacionados con las adicciones, asegurando que sus experiencias y necesidades reales sean tenidas en cuenta.