Un año más, el Centro de Día de Adicciones de la Fundación Salud y Comunidad se unió a la celebración del 25 de noviembre, declarado hace 15 años por la ONU «Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer». En esta ocasión, un grupo de usuarios/as y profesionales del Centro de Día decidieron participar en la “Caminata Popular”, organizada por el Programa Municipal para la Mujer y las asociaciones de mujeres de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona).

El Centro de Día de Adicciones de FSC se suma a la lucha contra la violencia de géneroBajo el lema «Camina por una ciudad libre de violencia machista», salieron a la calle para mostrar su rechazo a la violencia de género, reclamando medidas de protección para las mujeres y también una educación basada en otro modelo de masculinidad que no legitime la violencia y el poder. Se recordó también en este acto a las dos mujeres de L’Hospitalet asesinadas por sus parejas durante este año.

Por otra parte, el 21 de noviembre, profesionales del Centro de Día asistieron a las X Jornadas formativas “Hombres, masculinidad y violencia de género” que, con motivo del 25N, se llevaron a cabo en el Auditorio Barradas de L’Hospitalet de Llobregat. Este año, las jornadas se centraron en los agresores y en la relación que se establece entre masculinidad y violencia de género. Se destacó que fuera la primera vez en la que se utilizaba este enfoque, basado en la idea de que «la violencia de género es un problema de los hombres que sufren las mujeres»”.

En el marco de estas jornadas, Luis Bonino, psicoterapeuta y médico psiquiatra especialista en masculinidades, reflexionó sobre la violencia simbólica y la necesidad de hacerla visible, ya que «abona el terreno para el surgimiento de prácticas machistas». También abordó el concepto de “masculinidad hegemónica”, sus costes y privilegios. La mujer se concibe desde este modelo patriarcal como un objeto disponible, explotable, descartable y amenazante.

Bonino se refirió también a los “micromachismos”, término acuñado por él mismo para referirse «a toda acción que coacciona, limita o restringe la libertad y dignidad de las mujeres«. Tal y como puso de manifiesto, si enmarcamos la violencia de género en estos parámetros, quedan ignoradas múltiples prácticas de violencia y dominación masculina en lo cotidiano, «algunas consideradas normales, algunas invisibilizadas y otras legitimadas, y que por ello se ejecutan impunemente«, según el psicoterapeuta y médico psiquiatra.

A pesar de los esfuerzos jurídicos para deslegitimar y penalizar todas las formas de violencia contra la mujer, Jorge Vergara, Magistrado del Juzgado de Violencia Sobre la Mujer núm. 5 de Barcelona, en su magnífico balance de los 10 años de aplicación de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género (LOVG), expuso las principales dificultades que encuentra en su ejercicio jurídico.

«En primer lugar, la competencia de la LOVG es limitada y se restringe a la violencia de los hombres contra las mujeres entre los que haya existido o exista una relación conyugal o de afectividad», según explica Elena Guerrero, educadora del Centro de Día de la Fundación Salud y Comunidad. Esta definición no está exenta de controversia puesto que excluye multitud de situaciones, como han denunciado varios colectivos de LGTB (Lesbianas, gais, transexuales y bisexuales) y asociaciones de hombres. También plantea dudas interpretativas en cuanto a la consideración de “relación de pareja” en supuestos de relaciones afectivas de escasa duración, según manifiesta Elena Guerrero.

Por otra parte, Jorge Vergara, señaló un aspecto innovador de la LOVG, que promulgó la creación de un nuevo órgano judicial especializado en violencia de género, los Juzgados de Violencia sobre la Mujer. Sin embargo, somos testigos una vez más de que, si la iniciativa no se acompaña de recursos presupuestarios, está destinada al fracaso.

En este sentido, la Fundación Salud y Comunidad tiene un compromiso destacado y una larga trayectoria en defensa de la igualdad de género. «Desde nuestra experiencia en la intervención con drogodependientes, consideramos fundamental trabajar desde la perspectiva de género, conscientes como somos de la correlación entre violencia y consumo de drogas», mantiene Elena Guerrero, educadora del Centro de Día de FSC.

En esta línea, el Centro de Día de Adicciones dispone desde hace varios años de herramientas e indicadores para la detección de violencia de género, así como de espacios grupales para el tratamiento de las dificultades propias en la vivencia de la propia identidad sexual, los roles de género, estereotipos, sexismo, etc.