Con motivo de la Pascua, la Comunidad Terapéutica “Can Coll” de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) recibió la visita de las Caramelles de Súria, que vinieron a compartir con nosotros esta tradición arraigada en Cataluña desde hace siglos, y que en los últimos dos años, fruto de la pandemia por el COVID-19, no pudieron llevarse a cabo. La actividad derivó en la labor de un grupo de personas usuarias muy implicado, llegando a sorprender incluso al mismo equipo profesional que guiaba al grupo por el gran ambiente de concordia que se creó. Todos ellos gozaron enormemente de esta experiencia festiva.

La iniciativa de organizar y llevar a cabo actividades culturales en “Can Coll” contribuye a que los usuarios aprendas a vivir las festividades de forma constructiva y les permite aproximarse a las tradiciones, favoreciendo su crecimiento personal, con una finalidad terapéutica .

En este sentido, el objetivo de esta actividad de carácter lúdico y festivo, fue que los usuarios/as ampliaran las fronteras personales, entendiendo al grupo como una entidad acogedora que enriquece a la persona, disfrutando de una jornada muy distinta en las instalaciones de esta comunidad terapéutica de la Fundación Salud y Comunidad en Cataluña.

Para poder contextualizar mejor esta noticia, parece fundamental conocer los orígenes y características de esta fiesta. Súria es la capital catalana de las caramelles (canciones populares que se cantan durante la Pascua) por su antigüedad y por el gran número de participantes que reúne esta fiesta tradicional de canto y danza en la calle, para celebrar la Pascua. Esta integración de música y danza convierte las calles y plazas de la villa en escenarios privilegiados de una manifestación cultural única de raíz tradicional.

Cientos de carameleros de todas las edades, agrupados en varios grupos, llenan cada año las calles de la villa, coincidiendo con los inicios de la primavera. Las Caramelles de Súria están documentadas desde el siglo XVI. Se trata de una tradición que pasa de padres a hijos y que atrae a un número importante de visitantes.

Desde junio de 2016, las Caramelles de Súria forman parte del Catálogo del Patrimonio Festivo de Cataluña, que reúne las celebraciones, fiestas y elementos singulares más destacados del patrimonio cultural e inmaterial de nuestro país.

Inicialmente, las canciones de caramelles tenían un contenido exclusivamente religioso, pero con el tiempo, se introdujeron otros temas, sin excluir su humor o sátira. La interpretación de las canciones es coral, y generalmente acompañada por un grupo instrumental.

Algunos grupos completan la interpretación musical con actuaciones de danza catalana que compiten en espectacularidad. Los bailes de cascabeles y de bastones están muy arraigados en Súria, y se han convertido en un componente imprescindible de la fiesta. La presencia de estos elementos folclóricos identifican la fiesta y se convierten en un reflejo de la diversidad de la cultura popular.

Tradicionalmente, las pandillas carameleras llevaban sus canciones y bailes en las casas de payés, donde eran obsequiadas con comida y bebida. Los caramelares encargados de recoger los donativos de los asistentes son las locas, identificables por sus cestos adornados con cintas.

Por otra parte, los trabucaires son personajes característicos de las Caramelles de Súria desde el siglo XVIII. Desde el año 1975, en que el grupo se reconstituyó después de unas décadas de ausencia, el ruido de los trabucos acompaña el paso de los grupos por las calles y plazas de la villa.

También son característicos de las caramelles los ballesters, que llevan un espectacular utensilio extensible de madera para hacer el presente de flores a las personas que miran la fiesta desde ventanas y balcones.

Aunque el domingo de Pascua es el día central de la fiesta, la actividad se inicia el sábado, con la visita de los grupos a las masías del entorno de Súria y el encuentro carameleño que se celebra por la noche en el pabellón de deportes.

Tanto el grupo de personas usuarias de Can Coll, como el equipo profesional, pudimos disfrutar de esta experiencia, que para muchas personas, era la primera vez que la conocían, ofreciendo a los participantes, al final de la actuación, un aperitivo en el que pudimos compartir información, tanto de la tradición de las caramelles, como del tratamiento terapéutico que ofrecemos en este centro de la Fundación Salud y Comunidad.

Las valoraciones por parte del grupo fueron tan positivas que esperamos continuar celebrando esta fiesta con la misma ilusión,
pudiendo volver a disfrutar de las fechas señaladas de forma sana y plena.

Por parte del equipo de profesionales de esta comunidad terapéutica de la Fundación Salud y Comunidad, queremos dar las gracias, como siempre, a los y las participantes que nos regalan en las diferentes actividades que organizamos tan buenos momentos.

Gracias también al resto de equipo que facilita el trabajo como un caminante en la misma dirección. No podemos sentirnos más satisfechos por la experiencia vivida y compartida.