Entre los materiales preventivos diseñados para este curso 2025-2026, el proyecto “En Plenas Facultades” (EPF) de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), ha apostado por un formato tan cotidiano como simbólico: una botella de agua reutilizable. Diseñada para acompañar al alumnado universitario en distintos momentos del día, esta botella pretende ser un recordatorio constante de autocuidado e hidratación, elementos clave para reducir los daños asociados en contextos donde suele haber consumo de alcohol, especialmente en entornos festivos o de ocio.

Con motivo del Día Mundial sin Alcohol, celebrado recientemente, orientado a sensibilizar sobre los riesgos del consumo de alcohol y promover estilos de vida más saludables, EPF ha presentado un nuevo material preventivo dirigido a la población universitaria y a jóvenes en general. La acción forma parte de los objetivos del proyecto para este curso, orientados a seguir desarrollando iniciativas innovadoras en prevención y reducción de riesgos relacionados con el consumo de drogas.

Por otra parte, la presencia de esta botella en aulas, bibliotecas, entrenamientos o actividades extracurriculares permite que el mensaje preventivo esté presente de manera continuada y accesible.

El lanzamiento de este nuevo material llega acompañado de una reflexión: observar el consumo de alcohol con honestidad y sin presiones rígidas. En este sentido, desde el proyecto se recuerda la importancia de buscar formas sostenibles de cuidarse y reducir riesgos, lejos de exigencias absolutas.

También, se incide en que dejar de beber o reducir el consumo es un proceso complejo, no siempre lineal y, con frecuencia, acompañado de avances y retrocesos que pueden generar frustración al alumnado universitario.

En un contexto social, en el que el alcohol está profundamente normalizado, el proyecto anima a:

  • Cuestionar hábitos propios.
  • Identificar situaciones de riesgo.
  • Incorporar rutinas de autocuidado y
  • Reconocer límites personales.

El objetivo de la iniciativa es reforzar la percepción de riesgo y promover prácticas que minimicen daños, así como evitar discursos moralistas, sin dejar de visibilizar los efectos negativos del alcohol en la salud, la seguridad y el bienestar, especialmente entre la población joven.

El Día Mundial sin Alcohol se plantea también como una oportunidad para explorar alternativas: disfrutar del ocio sin consumir alcohol, prestar atención a cómo cambian las interacciones sociales, escuchar las propias emociones y descubrir que el bienestar no depende de una sustancia, sino que está en las relaciones, la comunidad y la conexión con el entorno.

 La nueva botella de agua no solo pone en valor la importancia de mantenerse hidratado/a -fundamental en espacios de fiesta y actividades intensas- sino que funciona como una herramienta preventiva práctica, visible y adaptada a la vida universitaria.

Además de revertir la deshidratación que provoca el alcohol y fomentar la alternancia entre beber alcohol y agua, permite:

  • Reducir la velocidad y frecuencia del consumo.
  • Disminuir la ansiedad o “craving” por seguir bebiendo.
  • Mantener una mayor sensación de control durante la noche.

Asimismo, su presencia cotidiana acompaña a las y los estudiantes en la construcción de una relación más consciente con el alcohol, apoyando procesos de reflexión y decisiones que favorezcan la salud y el bienestar.

En definitiva, con esta acción, el proyecto “En Plenas Facultades” (EPF) reafirma su compromiso con la promoción del autocuidado, la prevención y la reducción de riesgos en la población universitaria, apostando por herramientas cercanas, accesibles y adaptadas a la realidad juvenil.