Tal y como anunciaban las previsiones meteorológicas, el día amanecía radiante en Barcelona. En este centro, gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), todo estaba a punto para celebrar por todo lo alto el día de Sant Jordi, festividad tan especial en Cataluña.

Ya a primera hora del pasado 23 de abril, la actividad era frenética. Se montó una parada en el Paseo Joan de Borbó (paseo principal del barrio). Era la primera vez que salíamos a la calle, y nos hacía especial ilusión enseñar una pequeña muestra de lo que se hace en una residencia. La parada estaba repleta de rosas naturales, libros, puntos de libro, rosas de papel y de ganchillo, broches y bolsitos para el móvil con los colores de la bandera catalana… Todo ello realizado por usuarios/as, familiares y trabajadores, que quisieron colaborar para que pudiéramos tener un puesto bonito.

Mientras las ventas en la “paradeta” iban a buen ritmo, en la residencia la actividad continuaba. A media mañana, nos visitaban 90 niños que, en colaboración con la ONG “Amics de la Gent Gran”, habían hecho unas rosas y venían a regalárselas a todos los usuarios. El encuentro de niños y mayores fue emotivo, estuvieron un rato charlando y jugando, y se despidieron con ganas de volver a verse.

Por la tarde, la fiesta continuó. Gracias a la colaboración de tres voluntarias, pudimos continuar teniendo activa la “paradeta” de la calle, ya que en la residencia teníamos preparada una fiesta de lo más completa. Todo empezó con el reparto de rosas que hizo un familiar, en concreto una mujer, que vino vestida de “pubilla” y regaló rosas de papel que ella misma había elaborado. La “pubilla” era la hija mayor que, en Cataluña, estaba destinada a recibir una herencia. Se trataba de una costumbre que otorgaba los bienes familiares a la hija de mayor edad, siempre y cuando no existiera un hijo varón.

Después del saludo y bienvenida que nos dio Irene Rubio, la directora, también nos saludó, vía e-mail, Pep Sala, compositor y cantante catalán, que seguramente conozcáis por ser el compositor de la canción Boig per tu. A continuación, actuó la coral “Alegría de Vivir”, formada por usuarios del centro. Hay que decir que todos estaban muy guapos y nerviosos con la actuación, pero cuando Ana Boté, la educadora social y directora de la coral, les puso los fulares rojos, se relajaron y nos hicieron disfrutar con un repertorio muy bien escogido.

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La fiesta continuó con la entrega de premios del I Concurso de Poesía “Bertran i Oriola”. Nos acompañaron dos miembros del jurado, Emilia Lerma, poetisa del barrio de “La Barceloneta” y ganadora de varios premios literarios y Rosario Muñoz, pintora y actualmente voluntaria del centro, donde realiza un taller de arteterapia. El jurado estaba integrado también por Toni Gelida, director del Área de Atención a la Dependencia de Fundación Salud y Comunidad, que delegó su presencia en Carme Trilla, subdirectora del área, y por Adrià Crespo, periodista y amigo del centro.

Los ganadores en la categoría de usuarios/as fueron las Viviendas con Servicios “Concilio de Trento I” y “Concilio de Trento II” en Barcelona, que se presentaron conjuntamente; en la categoría de familiares, la Residencia, Centro de Día y Hogar “La Verneda” en Barcelona, y en la categoría de trabajadores, la Residencia y Centro de Día de Carboneras de Guadazaón en Cuenca.

Recogieron los premios las propias usuarias de los pisos tutelados de Concilio, acompañadas por la directora de las Viviendas con Servicios “Concilio de Trento II”, Mª Carmen Navas. Una de las usuarias nos leyó la poesía. Por su parte, Carme Trilla recogió el premio en representación de “La Verneda”, y también nos leyó la poesía ganadora, y desde Carboneras de Guadazaón nos mandaron un vídeo donde nos saludaron y nos leyeron su poesía, que también resultó ganadora.

Tras estos momentos tan emotivos, sabiendo ya los ganadores, tuvo lugar un espectáculo teatral de marionetas, organizado por el equipo psicosocial del centro, donde se representó la leyenda de Sant Jordi. Gracias a la colaboración de una familiar y amiga del centro, pudimos tener unas marionetas muy especiales.

Y para acabar bien la fiesta, de manera más distendida, en la entrada principal de la residencia, disfrutamos, todos juntos, de un aperitivo.

A todo esto, la “paradeta” seguía en funcionamiento, y así siguió hasta la noche, hasta que no quedó ninguna rosa por vender.

Poesías ganadoras: