¿Cómo se representa la imagen de la mujer y el hombre en la publicidad?, ¿se ha producido alguna evolución en la representación de esta imagen?, ¿qué tipo de roles desempeñan mujeres y hombres en la comunicación publicitaria?… A estas y otras cuestiones respondieron los mayores de la Residencia y Centro de Día “Els Arcs” de Figueras (Gerona), gestionada por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), con motivo de la celebración del Día de la Mujer.

En el servicio, cuyo titular es la Generalitat de Cataluña, se constituyeron cuatro grupos de trabajo en los que participaron los mayores de este centro para expresar su opinión sobre diversas cuestiones relacionadas con la publicidad, en una jornada muy intensa marcada por la reflexión y el debate.

Las conclusiones a las que llegaron fueron las siguientes: los mayores señalaban que la mujer es representada en los anuncios como mero objeto decorativo, aportando unos valores que nada ofrecen a las generaciones futuras ni reflejan la realidad, y muchas veces como reclamo sexual, afirmando que la publicidad sexista se manifiesta claramente en las más diversas campañas publicitarias.

Recogemos algunas opiniones de los mayores de la Residencia y Centro de Día “Els Arcs” de Figueras sobre este tema: “La publicidad es claramente sexista, la mujer aparece como un objeto”, “En algunos anuncios nos faltan directamente al respeto a las mujeres; se enseña el cuerpo de la mujer, pero siempre con mala intención”, “Poco ha cambiado la publicidad desde mis años mozos”, “¡Qué mal ejemplo que está dando la publicidad a nuestros nietos y nietas!”…

Complementariamente, en estos grupos de trabajo se analizó el papel del hombre en la publicidad, cuestionando las actitudes que genera esta imagen y los comportamientos a los que induce. En este sentido, los mayores expresaban: “No me parece bien, los hombres no somos así… no necesitamos dominar a las mujeres para ser personas, no es justa la imagen que se refleja”, “La publicidad no muestra lo suficiente la incorporación de los hombres a las tareas del hogar”, “Falta creatividad a la hora de hacer llegar los mensajes publicitarios”…

En estos grupos de trabajo con mayores también se les preguntó si esa forma de hacer y entender la publicidad, ejerce una influencia en la violencia hacia las mujeres. Los mayores coincidieron en señalar que la publicidad sexista sí influye en ese sentido, aunque muchas veces no se sea consciente de ello, y que se trata de un tema a abordar con especial cuidado.

Tras estas reflexiones, vemos que los mayores reclaman mayor respeto a la mujer en la publicidad, que las campañas sean más creativas y que transmitan unos valores éticos que reflejen la igualdad entre mujeres y hombres, acorde a los tiempos que corren.

La mujer no puede ser utilizada en una sociedad democrática como un reclamo publicitario, a modo de objeto. Es una tarea que compete, no solo a las administraciones públicas y a los organismos implicados, sino también a los medios de comunicación, a los anunciantes, las agencias de publicidad y al público en general, a la hora de acabar con el sexismo publicitario, como se señala en algunos estudios.