Nuria Larrañaga es diplomada en Trabajo Social, cuenta con las especialidades de gerontología, psicogeriatría y dirección de residencias y atención a personas en situación de dependencia y con un Postgrado en Dirección de Centros de Servicios Sociales. Su trayectoria profesional se ha desarrollado además en los ámbitos sanitario (cuidados paliativos y enfermedades neuromusculares) y residencial, en diferentes centros de atención a personas dependientes, así como en los ámbitos asociativo y docente. Esta entrevista, nos va permitir conocer mejor su trabajo al frente de estas viviendas comunitarias del Ayuntamiento de Donostia, gestionadas y dirigidas por la Fundación Salud y Comunidad (FSC).

– Nuria, actualmente eres la directora de las Viviendas Comunitarias “Intxaurrondo”.

Remontándonos a tus inicios en este servicio, ¿cómo ha sido tu recorrido profesional en el mismo?

Comencé mi andadura en este servicio en julio de 2005, concretamente el día de mi cumpleaños. El centro por aquel entonces estaba gestionado por una empresa. Empecé a media jornada, contratada como trabajadora social, pero antes de finalizar el tiempo de prueba, fui contratada a jornada completa como encargada. Hasta entonces no existía la figura de trabajador social en este recurso, por lo que hubo que partir desde cero en esta área. En el 2015 comenzó su gestión la Fundación Salud y Comunidad.

– ¿Y ello supuso algún tipo de cambio en cuanto a las tareas desempeñadas?

Sí, hasta el 2015 mis tareas eran las relativas a la atención en todas las áreas de los usuarios/as (sanitaria, social, familiar, etc.), gestión del personal y del centro, supervisión de todas las áreas, contratación y control de proveedores, coordinación con la Administración, coordinación hospitalaria, gestión de pequeños mantenimientos, etc.

A partir de 2015, con la contratación de una auxiliar de enfermería, un animador sociocultural y una persona de mantenimiento, estas áreas se empezaron a trabajar conjuntamente, bajo mi supervisión como responsable del servicio.

– ¿Qué diferencia a las viviendas comunitarias de otra tipología de servicios, destinados a personas mayores?, ¿cuáles dirías que son sus señas de identidad?

Las Viviendas Comunitarias son un recurso municipal, que constan de unidades convivenciales destinadas a personas mayores autónomas, en las que se lleva un estilo de vida similar al del ambiente familiar.

Su finalidad como servicio, es ofrecer alternativas de alojamiento a personas autónomas mayores de 60 años y/o con un grado de dependencia certificado con el Baremo de Valoración de la Dependencia (BVD) de 1.1, que bien por inexistencia de alojamiento, por conflicto convivencial grave e insostenible o deficiencia extrema de las condiciones físicas de su alojamiento habitual, necesitan una reubicación doméstica para poder vivir con unas condiciones adecuadas, a cambio de una contraprestación económica adecuada a sus ingresos.

¿Cuáles son las características fundamentales de las Viviendas Comunitarias “Intxaurrondo” y con cuántos usuarios/as contáis?

El servicio consta de 16 viviendas, situadas en dos portales contiguos. Cada portal tiene 4 pisos. En cada vivienda conviven entre 2 y 3 personas, cada una con su habitación individual y con el resto del piso a compartir.

Actualmente, tenemos todas las plazas cubiertas por un total de 36 usuarios/as totalmente independientes. Es un centro abierto, es decir, que los usuarios/as entran y salen cuando quieren, disponiendo incluso de 45 días al año para irse de vacaciones.

¿Qué tipo de servicios les ofrecéis?

Les ofrecemos servicios que permitan mejorar su calidad de vida, manteniendo y promoviendo su capacidad personal. Con ello, buscamos que mantengan su autonomía lo máximo posible.

Dentro de estos servicios, contamos con actividades socioculturales como las relativas a lenguaje, manualidades, cursos de nuevas tecnologías, lectura y debate, etc. Todas ellas destinadas y adaptadas a la edad y a la situación particular de cada usuario/a.

¿En qué sentido?

Buscando actividades que mantengan la capacidad intelectual de las personas mayores, su destreza, enfocadas a personas autónomas. Aquí el bingo no triunfa, pero las redes sociales, Internet y los debates de filosofía sí. Es decir, en este servicio no realizamos las mismas actividades que en una residencia, ya que, con esas “se aburren”.

Por otra parte, en este servicio, contamos con la opinión de cada usuario/a, saber qué piensan nos ayuda a mejorarlo. Ello repercute en una mejora de su estancia y en su calidad de vida.

Sin duda, por encima de todo, dais voz a los usuarios/as.

Así es. Es por este motivo que se podría destacar como propuesta novedosa el hecho de la creación de comisiones. En las mismas, se expresan libremente, son ellos/as quienes mejor conocen el recurso y sus cosas buenas y a mejorar.

Con ello, creamos a su vez una seña de identidad y un sentimiento de pertenencia al recurso, motivando a su vez a un envejecimiento activo. Los usuarios/as participan en el centro y en la toma de decisiones, junto con la dirección del mismo. A su vez, trabajan y se organizan entre ellos/as para llevar a cabo proyectos que les interesan y que ellos/as mismos crean.

– ¿Con cuántas comisiones contáis actualmente y qué funciones tienen?

En estos momentos, tenemos constituidas dos comisiones, una de manutención y otra de actividades. En ellas los usuarios/as proponen, dan su opinión y trabajan conjuntamente con la dirección del centro mediante reuniones, propuestas, etc.

Trabajar conjuntamente y que cada usuario/a sea partícipe de su propio quehacer día tras día, es algo que consideramos fundamental, tanto para el buen funcionamiento de las viviendas como para el buen estado del propio usuario/a.

– A la hora de implementar acciones desde el servicio para potenciar el envejecimiento activo, ¿qué factores tenéis en cuenta?

Sobre todo, la individualidad de cada usuario/a, es decir, aunque se trata de un servicio dirigido a personas mayores autónomas con una serie de características iguales o parecidas, sí es cierto que, como personas que son, todas son diferentes y, además, vienen “con su propia mochila”, por lo que es fundamental trabajar con cada uno de ellos/as.

Es por ello que, si encuentras aquello que le gusta a una persona, surge una buena y favorable motivación, se genera ese envejecimiento activo. En este sentido, dejar la frustración atrás, a través de actividades motivadoras, mejora la calidad de vida y a su vez, las relaciones con el resto de personas.

– ¿Qué importancia consideras que tienen las relaciones intergeneracionales?, ¿le veis cabida en el servicio a alguna actividad de estas características?

No hemos hecho ninguna actividad intergeneracional porque en su día realizamos contactos con colegios, pero a los usuarios/as no les motivaba, preferían salir a pasear… Algunos incluso nos decían que ya con sus nietos/as tenían bastante, sobre todo cuando los tienen que cuidar casi a diario por la jornada laboral de sus padres. Con ello no quiero decir que no tengan importancia, porque creo que la tiene y que es muy beneficiosa para ambas generaciones, pero en este momento, a los usuarios/as de Intxaurrondo no les interesa.

– Dada tu experiencia al frente de estas viviendas, ¿cuáles dirías que son las claves para vivir más y llevar la edad de la mejor manera posible?

¡Menuda pregunta!, claves no sé, pero mi experiencia profesional y la mía propia como persona, me dicen que tener ilusión y mantenerse ocupado en aquello que te gusta, te motiva y te hace sentir bien, es una gran ayuda para llevar una sonrisa en el día a día.

En diferentes momentos de la vida, puedes sufrir problemas de salud, sustos inesperados de índole diversa, y lo mejor es no centrarse solamente en ello… buscar el lado positivo es importante, aunque no sea fácil.

– Para finalizar la entrevista, ¿qué papel consideras que deben desempeñar las personas mayores en la sociedad?

Las personas mayores tienen grandes conocimientos y experiencias vividas y éstas sirven para poder asesorar y ayudarnos en diferentes ámbitos de nuestra vida, aunque parece que a la sociedad actual le cuesta un “poco” oír al resto y hasta que no cambiemos esta actitud, lo veo algo complicado…

– Al hilo de lo comentado, en tu opinión, las personas mayores deberían ser parte activa en la sociedad y ocupar el lugar que les corresponde…

Efectivamente, y deberíamos estar abiertos/as a escucharles y a aprender de sus experiencias vitales. Ahí dejo esta reflexión…