Loli Sales Albújar es integradora social y estudia Trabajo Social en la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Hemos conversado con ella para que nos explique su valoración de la formación que ha realizado recientemente, en el marco del proyecto de prevención «En Plenas Facultades» (EPF) de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), que se realiza en colaboración con el Proyecto Malva. Entre otras cuestiones, nos explica que desde el proyecto se potencia una mirada más crítica y comprensiva, sobre las realidades de consumo y su impacto social. También destaca su metodología dinámica, humana, participativa, fundamentada, profesional y realista.
– En este proyecto de prevención, se da gran importancia a la perspectiva de género y a la diversidad sexual, aspectos que han sido centrales en la formación que has realizado.
Sí, me parece fundamental que haya sido así. El ámbito de la salud y lo relativo al consumo de drogas, están estrechamente relacionados con el género y la diversidad sexual, aspectos en los que se ha profundizado en este curso.
– En el marco de esta formación, ¿de qué forma habéis abordado el tema de las sexualidades saludables?
Se ha trabajado de forma dinámica, eso ha ayudado a comprender mejor los diferentes temas y a orientarlos desde una mirada integral. Teniendo en cuenta que somos seres biopsicosociales, hemos analizado cómo nos afecta el consumo en diferentes ámbitos y las herramientas que necesitamos para prevenir adicciones. Quiero destacar el papel de la prevención, ya que la salud va mucho más allá del hecho de evitar enfermedades…
– Por otra parte, es sabido que el ámbito de las sexualidades está lleno de mitos. ¿Qué labor se realiza desde el proyecto “En Plenas Facultades”, que se haya visto reflejada en la formación?
En este proyecto, se fomenta una visión positiva y libre de prejuicios sobre las sexualidades, desmitificando estos y abordando aspectos clave, como el placer, el consentimiento, la autonomía, la prevención de riesgos y el respeto a la diversidad, los cuales hemos ido viendo a lo largo de la formación.
– ¿En qué otras temáticas habéis profundizado, en relación con las drogas y cuál es tu valoración sobre ello?
Me han despertado mucha curiosidad todos los temas tratados. En cuanto a las drogas, se ha abordado cómo los factores sociales y culturales influyen en el consumo, las diferencias de género en patrones de uso y los efectos de la estigmatización de las personas consumidoras. Todo esto debe ser expuesto desde una perspectiva humanista, tal y como se hace desde el proyecto. El consumo de sustancias no puede ser reducido a una cuestión individual ni exclusivamente biológica, sino que está estrechamente relacionado con contextos económicos, históricos y sociales.
– ¿Cómo se plantea desde el proyecto la prevención de VIH-SIDA y las infecciones de transmisión sexual y de qué forma lo habéis visto en el curso?
Se trabaja en desmontar estigmas y se promueve una visión basada en derechos y en la importancia del autocuidado. Nos hemos centrado en esos aspectos.
– ¿Qué destacarías sobre la metodología utilizada para ello, en el marco del proyecto y en la formación que has recibido?
Se trata de una metodología dinámica, humana, participativa, fundamentada, profesional y realista, a la que le doy un gran valor.
– ¿Qué beneficios consideras que te ha aportado este curso?
Me ha aportado muchas cosas, tanto a nivel personal como profesional. Algunas de ellas han sido la necesidad de profundizar en la formación con perspectiva de género. Otro de los aspectos que más valoro es poder analizar el impacto que tiene la prohibición de las drogas en las sociedades, especialmente en relación con la prostitución y el sistema criminal.
Los contenidos impartidos en la formación del EPF en la UCM han sido útiles y rigurosos para poder generar cambios positivos en la sociedad. Gracias a ello, desde el proyecto se potencia una mirada más crítica y comprensiva, sobre las realidades de consumo y su impacto social.
Por otra parte, desde mi rol en integración social y mi formación como futura trabajadora social, considero fundamental haber tratado estos temas, además de manera tan dinámica, en la prevención en materia de drogas y salud sexual, desde la importancia de la perspectiva de género y el conocimiento de los derechos humanos.
En este sentido, las problemáticas desde las que surgen las desigualdades estructurales no pueden tratarse de forma aislada, como el famoso experimento del parque de las ratas. También, requieren atender factores individuales, en el marco de los contextos sociales que los generan y perpetúan.
– Para finalizar la entrevista, ¿quieres comentar algún otro aspecto?
Sí, quiero dar las gracias por esta mirada humanista que se tiene desde el proyecto y por esta oportunidad de entrevista. Estos cursos contribuyen a nuestro aprendizaje e interés por el ámbito social y de la salud. Necesitamos que la sociedad esté más informada y preparada para abordar estos desafíos, de manera justa y efectiva.
Por último, me gustaría añadir que en la formación se ha mencionado a mujeres muy importantes como Amelia Tiganus, Pamela Palenciano, María Ángeles Durán, Nadine Burke Harris y muchas más, así como otros aspectos de interés relativos a series recomendadas y vídeos.
También, hemos tratado temas como las terapias de conversión, la patología dual, las políticas sexuales de la pornografía, la demonización de las drogas, el consumo problemático, las señales de infarto en mujeres o las estrategias de supervivencia. Hemos analizado además la preocupación respecto a los feminicidios. Todos ello, temas amplios de debate, diversos y relacionados entre sí.