La declaración de UNAD, la Red de Atención a las Adicciones, que está integrada por más de 200 entidades en toda España, entre ellas la Fundación Salud y Comunidad (FSC), se enmarca en la festividad del Día de la Merced, patrona de las instituciones penitenciarias españolas, celebrada recientemente. Para ello, se basa en el informe “Situación de las personas con adicciones en las prisiones españolas. Una visión con perspectiva de género”, editado por la propia Red de Atención a las Adicciones.
La Red de Atención a las Adicciones ha demandado una atención diferenciada para las mujeres reclusas, dadas las especificidades que presentan por razón de género. La entidad mantiene que los centros penitenciarios no son el lugar idóneo para atender las necesidades de las personas que tienen problemas de adicciones y ha subrayado la importancia de seguir avanzando en la aplicación de penas y medidas alternativas al encarcelamiento, así como en el impulso de la justicia restaurativa.
Esta necesidad se hace aún más evidente en el caso de las mujeres, dado que el entorno penitenciario está marcado por una estructura predominantemente masculinizada, que incrementa aún más sus situaciones de vulnerabilidad, según señala.
Teniendo en cuenta que ellas enfrentan situaciones de mayor vulnerabilidad que los hombres, a la par que presentan un perfil de menor peligrosidad, desde UNAD defienden una serie de medidas apoyándose en la evidencia científica reflejada en el informe “Situación de las personas con adicciones en las prisiones españolas. Una visión con perspectiva de género”, editado por la propia Red de Atención a las Adicciones.
La Red de Atención a las Adicciones se apoya en el documento incidiendo en la necesidad de seguir avanzando en la incorporación del enfoque de género en el funcionamiento de las prisiones para reducir situaciones de especial vulnerabilidad para las mujeres privadas de libertad. Especialmente, en el caso de mujeres con adicciones o mujeres víctima de violencia de género.
Por otra parte, considerando que solo el 7% de la población reclusa es mujer y la dificultad de crear centros penitenciarios exclusivos para ellas, la red apunta a la necesidad de introducir otras medidas estructurales en los centros mixtos que tengan en cuenta la realidad de las mujeres. También, incide en la necesidad de priorizar el régimen abierto para las reclusas, de modo que puedan atender sus situaciones a través de los recursos comunitarios.
Otras reivindicaciones más específicas que plantea UNAD pasarían por ofrecer a las presas una formación que tenga más en cuenta la perspectiva de género, intensificar los trabajos de cara a su inserción laboral, favorecer la preservación de los vínculos familiares, especialmente con los hijos o hijas, e implantar programas de atención a las adicciones que tengan en cuenta la realidad específica de las mujeres, en cuanto a las sustancias que usan o sus contextos de consumo.
Además, cuando existan antecedentes de violencia de género, insisten en la necesidad urgente de establecer protocolos de detección, junto a un sistema de coordinación real entre instituciones. Ello permitirá un abordaje integral y especializado, con el objetivo de preparar a las reclusas para su reinserción, poniendo el foco en la protección.