Desde la experiencia terapéutica con mujeres en el Centro de Atención y Seguimiento (CAS) en Drogodependencias del Centro Penitenciario de Brians 1, servicio gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), hemos observado algunos elementos que nos parece interesante poner de manifiesto. Estas variables se refieren a las mujeres con problemas de adicción y privadas de libertad.
Un elemento que se pone de manifiesto es el rol dependiente de la mujer en la relación de pareja. Ello favorece la adopción de prácticas de consumo abusivo. Se produce una cierta simbiosis con el compañero que implicará un olvido de sí misma asumiendo conductas de riesgo, tanto de consumo como sexuales, con el objetivo de ser la compañera “ideal”. En un contexto intrapenitenciario, donde se agudiza la instrumentalización de las relaciones de pareja, la mujer continua estando en situación de desigualdad en la negociación de sus intereses.
La maternidad también es un punto clave en su patrón de consumo. Los fenómenos observados en el trabajo grupal apuntan hacia dos líneas concretas. Por un lado, las mujeres experimentan una fuerte culpabilidad, fruto de la dificultad para ejercer sus competencias como madres. La otra vía observada, y consecuencia directa de la anterior, pone de manifiesto una actitud de “hiperresponsabilidad”. Ambos aspectos están directamente al servicio de cumplir los dogmas del sistema patriarcal y afectan directamente al desarrollo de su rol de feminidad.
La culpabilidad aparece en las fases iniciales del tratamiento de la adicción y permanece hasta que la mujer empieza a valorarse, y contempla la posibilidad de un cambio respecto a sus patrones de consumo. En este momento se hace presente la necesidad de recuperar el tiempo de maternidad perdido respecto a los hijos/as. Esta imposición de excesiva responsabilidad ejerce una presión asfixiante que, de nuevo, la aboca al consumo. De este modo, la maternidad puede ser causa y efecto, a la vez, en un proceso de recaída.
Desde el CAS Brians 1, definimos estos fenómenos como tendencias observadas en el trabajo con las mujeres, no tanto como verdades absolutas, ya que no hemos llevado a cabo un estudio sistemático de lo mencionado anteriormente. Aun así, las evidencias en el trabajo cotidiano y continuo, nos hacen tener en cuenta todas estas variables en el abordaje terapéutico con las mujeres.
Miriam Imbernón, educadora CAS Brians 1, y Tere Batanás, coordinadora CAS Brians 1.
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