Este programa trata de unir la generosidad del voluntariado que colabora en el mismo con la oportunidad de montar en bicicleta – triciclo, adaptada para personas mayores y/o con movilidad reducida que no pueden realizar esta actividad por sí mismas. En la iniciativa participó una usuaria de este servicio de la Agencia Navarra de Autonomía y Desarrollo de las Personas del Gobierno de Navarra, ubicado en Cordovilla (Galar), muy cercano a Pamplona, gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), el Grupo Lagunduz y la Fundación Maresme para Personas con Disminución Psíquica.

El Ayuntamiento de Pamplona ha realizado durante este mes de septiembre, en colaboración con Ciclyng Without Age (CWA), la presentación del programa «En Bici Sin Edad. El derecho a sentir el viento en el pelo», iniciativa a la que ya nos referimos en una noticia anterior por la participación de las Viviendas con Servicios gestionadas por FSC en Barcelona.

La inscripción a esta actividad, incluida en la programación organizada con motivo del Mes de la Movilidad, estuvo abierta tanto a personas voluntarias para llevar las bicis como a usuarios/as que se quisieron sumar al proyecto. En este sentido, el consistorio invitó a participar a personas mayores y/o con movilidad reducida, así como a residencias, centros de día y a otros colectivos. Los paseos se realizaron durante una semana en Pamplona gracias a la colaboración de CWA Donosti, que cedió 4 bicicletas – triciclos para que pudieran utilizarse en los paseos programados.

Todas las personas que se animaron a participar de forma voluntaria en este proyecto, a las que se sumó nuestra usuaria de la Residencia y Centro de Día “Infanta Elena”, recibieron, antes de realizar su primer paseo, una formación teórica y práctica con las bicicletas – triciclo que iban a conducir.

Según hemos podido saber, Miren Fraile, usuaria de este servicio gestionado por la Fundación Salud y Comunidad, tuvo la oportunidad de disfrutar de una agradable jornada de paseo, acompañada por dos profesionales del centro, recorriendo emblemáticas calles de Pamplona.

Esta experiencia resultó muy gratificante tanto para ella como por las profesionales que la acompañaron y cumplió con las expectativas esperadas, por lo que no podemos más que expresar nuestra satisfacción por haber podido volver a participar en esta iniciativa.

Por parte del consistorio, se logró que personas mayores y/o personas con movilidad reducida se convirtieran en las protagonistas de una programación que buscaba poner en valor el concepto de movilidad universal, no solo vinculado a la circulación o al desplazamiento de un lugar a otro. De esta forma, se logró crear una ciudad más accesible, en la que se garantizó el derecho de todas las personas a la movilidad.

Por todo ello, queremos agradecer esta oportunidad al Ayuntamiento de Pamplona, y especialmente a los voluntarios/as que hicieron posible que nuestra usuaria pudiera realizar este paseo tan especial por la Vieja Iruña.