María Blasa es Licenciada en Psicología, especializada en Psicología Clínica en el ámbito de la Tercera Edad y Diplomada en Logopedia, área de conocimiento fundamental en la prevención y tratamiento de los trastornos de comunicación de los mayores y cuando existen problemas de deglución. Actualmente, compagina la tarea asistencial y rehabilitadora con la docente. De María queremos destacar su gran compromiso en las tareas encomendadas, su sencillez y especial sensibilidad, así como su trato afable con las personas mayores.

-¿Cómo fueron tus inicios en FSC y cuánto tiempo llevas trabajando en la entidad?

Mis inicios se remontan al año 2008 trabajando como psicóloga en este centro gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad y en el 2012, empecé a realizar también la coordinación del Área Psicosocial del servicio. Recuerdo que la directora, Maleni Cisneros, me dijo que “en este barco vamos todos”… y pensé que así debía ser y que esta idea de grupo o comunidad con los mismos objetivos, no hay que perderla de vista y que trabajamos para personas que necesitan lo mejor de nosotros.

-La Residencia y Centro de Día de Figueras es un servicio que destaca por la labor de acompañamiento a mayores realizada por el voluntariado.

Así es, estamos muy agradecidos con la labor que realiza el voluntariado y con las entidades con las que colaboramos. Hemos crecido en número de voluntarios y en la implicación, así como en número de entidades con las que colaboramos, resultando muy positivo para las personas mayores la tarea que realiza el voluntariado que colabora con nosotros.

-¿Con cuántos voluntarios/as contáis en estos momentos?

Tenemos una bolsa en la que contamos con 22 voluntarios/as que colaboran dando soporte en la mayor parte de los casos al Área Psicosocial y otros voluntarios/as que colaboran con el Área Sanitaria y Servicios Generales.

-¿Cómo es el perfil del voluntariado y con qué inquietudes llega al centro?

Suele ser una persona con capacidad para compartir y busca a través del voluntariado satisfacer tanto su necesidad interior como la de la persona a la que atiende. Tenemos además un perfil muy diverso, algunas personas tienen convicciones religiosas, otras creen necesario apoyar a los mayores para dar respuesta al desequilibrio social y, en algunos casos, no saben concretamente lo que les motiva, pero cuando lo prueban, les gusta y se quedan con nosotros.

En este sentido, tenemos voluntarios en el servicio que hace 10 años que colaboran realizando la misma actividad, esto da estabilidad y seguridad a los mayores, ya que saben que son personas que van a estar ahí; ese calor y afecto que dan son insustituibles.

-Uno de los proyectos que cuentan con voluntariado es “Apadrina un abuelo”

Sí, colaboramos con Cáritas Diocesana y el proyecto cuenta ya con tres años de andadura, de lo cual nos sentimos muy satisfechos. Es uno de los programas más emotivos, tiene una duración de nueve meses. Al principio, ves cómo dos personas, una joven y una mayor que no se conocen, se van relacionando y cuando acaba el proyecto, siguen siendo amigos. En algunos casos, logramos que, una vez acabado el proyecto, las visitas se prolonguen y esto es muy gratificante para todos nosotros.

En el marco de este proyecto, realizan además muchas actividades; encontrar las que motivan a jóvenes y a mayores a veces es todo un reto, la semana pasada por ejemplo estuvimos jugando con la Wii por parejas y lo pasaron en grande.

-En la Residencia y Centro de Día de Figueras contáis con otros proyectos con gran aceptación entre los mayores como “Una carta para ti”, “Ser mayor con dignidad”, ¿qué novedades habéis introducido en los últimos años?

Sí, otros proyectos muy interesantes son los de “Una carta para ti” y “Ser mayor con dignidad”. En el primero, se forman parejas compuestas por un niño/a y un mayor y conjuntamente escriben cartas a otra pareja niño-mayor que se encuentran en otro municipio. Colaboran dos escuelas de primaria y otra residencia de personas mayores. El proyecto ha gustado tanto que en septiembre ampliaremos el número de centros con los que nos escribiremos.

Los mayores tienen mucho que contar y los pequeños ayudan a poner ojos y manos a modo de escribientes, aprendiendo ambos del intercambio intergeneracional que se genera.

Además, en el proyecto “Ser mayor con dignidad” la relación es unipersonal. De esta forma, los voluntarios vienen a estar un tiempo con la persona mayor, compartiendo lo que más les gusta hacer, hablando o tomando un café…

-Las actividades intergeneracionales también tienen su importancia en el conjunto de actividades del centro…

Sí, el contacto entre diferentes generaciones es básico para que los mayores continúen sintiendo que forman parte de la sociedad y que son un valor necesario para ella. Las actividades intergeneracionales que se organizan tienen este objetivo. Por ello, tenemos actividades como las prácticas de peluquería donde los aprendices de peluquería vienen al centro. A la actividad de lavar o secar el pelo, se le añade el componente de enriquecimento social, comunicativo y emocional que aporta esta actividad. Estas y otras actividades proporcionan buenas vivencias en el presente y esto al final mejora el estado emocional de los mayores y regala momentos de felicidad.

 -¿Cómo se refleja la atención centrada en la persona en el programa de actividades del servicio?

Nuestro programa de actividades nace el año anterior con las reuniones de la Junta de Usuarios y la reunión general de usuarios. En ellas se recogen las iniciativas, motivaciones y deseos de las personas mayores y tratamos de darles forma a través del programa de actividades. Ya sea a través de actividades grupales o individuales y teniendo en cuenta que cada residente tiene su plan interdisciplinar de atención individual, canalizamos las necesidades y ayudas necesarias para dar soporte a la autodeterminación de las personas.

 – ¿Qué destacarías de la colaboración con las entidades sociales y culturales del entorno que realizan actividades de entretenimiento con los mayores?

En este punto, quiero decir que no somos nada sin el apoyo mutuo de las entidades que trabajamos con personas mayores, todas nos enriquecemos por este apoyo. Agradecemos la implicación y compromiso que las entidades de nuestro entorno nos dan, colaborando con nosotros de forma altruista. Algunas entidades vienen a enseñarnos lo que saben sobre algún tema que los mayores están interesados en aprender, otras vienen a realizar actividades lúdicas o de entretenimiento…

–  En el servicio, también realizáis cursos, además de las actividades habituales programadas con usuarios/as.

 Así es, entendemos a las familias con las dudas y los sentimientos que les produce que sus familiares mayores vivan o acudan al Centro de Día. En todos los casos, creemos que la familia necesita la misma ayuda que las personas mayores y en algunos casos, incluso más.

Algunas dificultades en el domicilio están relacionadas con el desconocimiento de las familias de cómo cuidar a los mayores o con los sentimientos ambiguos que se generan, atendiendo al desgaste que puede generar el cuidado en el ámbito familiar.

Por ello, organizamos en el centro sesiones grupales de orientación y apoyo a los familiares y en aquellos casos que lo necesitan o la familia desea, se les atiende de forma individual, atendiendo a su caso en particular.