Joan Codina es desde hace 20 años el responsable del Departamento de Informática de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), integrado actualmente por cuatro profesionales. Además, es profesor universitario en distintas materias que abarcan desde la programación multimedia, técnicas gráficas, inteligencia artificial, compiladores de lenguajes, programación y gestión, así como administración de sistemas. Tiene en su haber estudios de Ingeniería en Informática y Másteres en Arquitectura de Ordenadores, Microelectrónica, Diseño Multimedia, “Bussiness Intelligence” y el de Formación del Profesorado. Está en constante reciclaje.

– Joan, cuentas con una larga trayectoria profesional en la Fundación Salud y Comunidad. ¿Nos podrías contar algo de tus inicios en la entidad y sobre cómo ha ido evolucionando el Servicio de Informática en estos años?

Sí, empecé a colaborar con la fundación hace casi 20 años. Cuando solo se contaba con un servidor y una pequeña red local. En este tiempo se han ido ampliado los recursos gestionados, pasando a tener actualmente unos 40 servidores y más de 400 equipos de usuarios/as. Asimismo, los recursos que se han ido asignando también han crecido, ha pasado de ser un servicio gestionado por una persona a tiempo parcial a ser un equipo integrado por cuatro informáticos.

Cada nueva ampliación del sistema ha sido un reto para buscar la tecnología adecuada, buscando siempre una buena relación entre coste, funcionalidad, durabilidad y amigabilidad. Por ejemplo, un gran hito fue cuando empezamos a usar el soporte remoto para evitar desplazamientos externos. Sería imposible gestionar los recursos actuales sin una herramienta de este tipo.

Por otra parte, colaboramos con el Departamento de Educación en la Formación Profesional Dual y hemos sido receptores de alumnado de Ciclos Formativos para la realización de sus prácticas en empresa. Dos de estos alumnos, que seguro que conocéis, trabajan ahora con nosotros, atendiendo el día a día del soporte informático.

En cuanto a los programas, por motivos de usabilidad siempre hemos utilizado mayoritariamente programas de Microsoft que se nos ofrecen a un coste muy bajo por ser una organización sin ánimo de lucro.

– ¿Cómo es un día de trabajo para ti?, ¿fundamentalmente qué tareas realizas?

Actualmente coordino el sistema informático de la fundación, dejando en manos del equipo la mayor parte del soporte telefónico y dedicándome más a la parte de gestión de servidores y de las adquisiciones, según las necesidades solicitadas.

La mitad de mi jornada la realizo en forma de teletrabajo, lo que me permite compaginarlo con mis actividades como docente en una Universidad de Informática y como tutor en el Grado de Informática de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

– ¿Qué actividades te gustan más de las que diariamente llevas a cabo en el departamento y por qué?

Siempre intento terminar el día aprendiendo algo nuevo, cosa que en mi ámbito es bastante fácil por la necesidad constante de mantenerse al día, tanto en los conocimientos como en el aprendizaje de las nuevas tecnologías.

Me motivan los retos que plantea resolver las incidencias, siempre variantes, de las consultas al soporte informático. También considero que me enriquece el contacto telefónico con los usuarios/as, en las que me parece necesario explicar el porqué de las cosas, más que únicamente resolverlas.

– ¿De dónde te viene esta pasión por la informática y las nuevas tecnologías en general?

Siempre he sido un apasionado de la tecnología. Ya de pequeño, para horror de mis padres, acostumbraba a desmontarlo (o romperlo) todo.

Mi padre, que era mecánico industrial y muy manitas en las reparaciones del hogar, me indujo a intentar repararlo todo, intentando mejorarlo, así que en cierta forma la informática era un paso lógico en mi formación. Habiendo pasado tanto por la programación como por el hardware, donde me siento más a gusto es en la formación.

Además de contar con la licenciatura de Informática, el hecho de trabajar en una universidad me ha permitido poder realizar una formación de forma continuada.

– ¿Cómo consideras que beneficia el servicio que ofrecéis a la estructura y a los centros propios y gestionados por FSC?

Hoy en día, sin la informática sería imposible realizar una gestión eficiente. Nosotros ofrecemos a la estructura de la fundación un servicio prácticamente integral: adquirir el equipamiento necesario para un nuevo centro, preparar los servidores y todos los equipos con los programas necesarios para el trabajo habitual, resolver dudas y problemas del día a día de los usuarios/as, reparar los equipos estropeados, recuperar información perdida por desastres o virus…

– ¿Cuáles son los mayores retos a los que se enfrenta el departamento en este año 2018?

Como habréis apreciado, actualmente hemos terminado la migración a los servidores ofrecidos por Microsoft y todavía nos estamos adaptando a este cambio, del cual los usuarios/as conocen principalmente el correo electrónico. Realmente, identificándose en el portal.office.com con el código del correo, cada usuario tiene disponible 1Terabyte de disco en la nube que puede aprovechar para guardar información con Onedrive, se pueden editar documentos online utilizando Office365 o utilizar herramientas que facilitan el trabajo en grupo.

– ¿En qué proyecto o proyectos de mejora se encuentra actualmente trabajando el Servicio de Informática de FSC?

Es en este ámbito de proporcionar herramientas de trabajo en grupo en el que intentamos centrarnos. Habituados al trabajo individual, nos encontramos en un momento de cambio de paradigma que requiere renovar hábitos profundamente arraigados. Para ello, es necesario comprender que las cosas se deben hacen de otra manera y que no nos parecerá trivial hasta que comprendamos su base de funcionamiento. Por ejemplo, intentaremos reducir el uso del correo electrónico a favor de herramientas como SharePoint o Teams que permiten comunicarse, compartir documentos y editarlos a la vez entre varios usuarios/as, realizar videoconferencias…

Por otra parte, está previsto que se incorporen algunos centros de menores al portafolio de la fundación y será necesario poner al día los recursos informáticos de estos nuevos servicios, prácticamente desde cero.

Como cada año, nos gustaría dedicarnos a nuevos proyectos que llevan tiempo en el tintero, dado que el día a día nos impide avanzar en ellos: centralizar la gestión de equipos, antivirus e inventarios; utilizar una herramienta para gestión de incidencias; mejorar la comunicación con los usuarios/as; realizar alguna formación online…

– ¿Cómo esperáis que repercutan estas mejoras en el trabajo diario de los/as trabajadores/as de la entidad?, ¿qué respuesta se espera?

Cualquier avance busca mejorar la productividad, la seguridad, fiabilidad, amigabilidad… (y no necesariamente en este orden). Siempre busco la forma de que se tome conciencia de la importancia de aprender a usar correctamente las herramientas informáticas y del problema que puede suponer la pérdida de datos. De esa toma de conciencia surge la necesidad de realizar copias de seguridad periódicas de los datos. Así pues, cada cierto tiempo envío mensajes recordatorios de que se pase el antivirus y aprovecho todas las oportunidades, a riesgo de parecer pesado, para recordar que esta necesidad, la Gerencia de la entidad la convirtió en obligatoria para todos los trabajadores/as de la fundación.

– Desde tu experiencia como responsable del Servicio de Informática de FSC,
¿hacia dónde nos dirigimos en el ámbito de las nuevas tecnologías y cuáles crees que son las claves para entender el nuevo paradigma?

Si miramos atrás, en los últimos años, gracias a la informática, hemos pasado por una gran revolución en el mundo de los datos, en la cual todavía estamos inmersos. Se está llegando al límite de lo que es posible conseguir con el paradigma tradicional basado en el silicio, pero ya apuntan por el horizonte nuevas tecnologías que inevitablemente repercutirán en la forma en la que haremos las cosas en el futuro: el análisis de datos con el Big Data, la irrupción de la inteligencia artificial con los asistentes virtuales, la visión aumentada… por citar algunas. Ello provocará que tengamos que innovar y que nos debamos adaptar a ellas, encontrando nuevas formas de hacer las cosas.

Tal y como venimos haciendo, debemos intentar pensar en cómo incorporar las nuevas técnicas y herramientas en los servicios que ofrecemos. Por ejemplo: usando pulseras GPS para tener ubicados a determinados colectivos, usar la impresión a archivos PDF para evitar gastar tinta y papel, utilizar videoconferencias en grupo para evitar desplazamientos, etc.