Merche Sacristán, auxiliar de limpieza de la Residencia y Centro de Día “Las Fuentes”, gestionada y dirigida por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), es una de las tres trabajadoras que cuentan con mayor antigüedad en su trabajo en este servicio, desde su apertura en 1997. Además, según hemos podido saber, es una persona muy singular y querida en el centro por su peculiar y arrebatadora personalidad. En esta entrevista, nos explica las tareas en concreto que realiza y lo que le aporta su experiencia de voluntariado. En su opinión, lo que más necesitan los mayores es tiempo de acompañamiento, de cercanía, el tú a tú, una caricia, una sonrisa…

¿Qué tarea realizas como personal laboral en la Residencia y Centro de Día “Las Fuentes”?, ¿desde cuándo?

Desde 1997 estoy trabajando como auxiliar de limpieza en la Residencia y Centro de Día “Las Fuentes”. En Zaragoza ha sido mi único trabajo, ya que yo vine de Villajoyosa, en Alicante y me dediqué a criar a mis dos hijos. En mi mochila, llevo a las espaldas una infancia dura y difícil por lo que no pude estudiar lo que realmente me gustaba, enfermería.

¿En qué momento decidiste colaborar como voluntaria?, ¿por qué?

Me sentía “vacía”, sentía que me faltaba algo en la vida, y al salir de trabajar e ir a casa, se me “caía el mundo encima”. Algo en mí me decía que debía hacer algo más. En verano de 2014 decidí ser voluntaria, ¡y qué mejor que en mi centro de trabajo, donde yo me siento como en casa!

¿Cómo fueron tus inicios como voluntaria, en qué tipo de tarea empezaste a colaborar?

Al principio, sentía un cierto respeto, dado que la gente me conocía como trabajadora. Cuando me quise apuntar como voluntaria, Isabel, trabajadora social del servicio, me preguntó qué es lo que quería aportar a los usuarios/as, cuáles eran mis hobbies o qué actividad me gustaría “crear” como voluntaria.

Al principio, estuve acompañando a Jesús Campos, educador social del centro, en actividades como el bingo, en salidas… hasta que me vi con la suficiente fuerza para poder llevar a cabo la actividad de “Ponte Guap@”.

Enseguida los compañeros/as del Área Psicosocial me facilitaron material para poder realizar tareas relacionadas con el peinado, pintar uñas, “acicalar”, perfumar… etc.

¿En qué consiste tu labor como voluntaria y cuánto tiempo llevas realizándola?

Llevo como voluntaria desde el 12 de junio de 2014, empecé con el taller de “Ponte Guap@”, que se ha ido realizando de forma esporádica y puntual en alguna celebración y/o aniversario del centro. Después, tuve que hace parón, dado que no me encontraba bien a nivel físico y anímico. Fue entonces cuando, una vez recuperada, decidí instruirme en todo lo relacionado con la relajación.

Comentándolo un día con Isabel, trabajadora social, pensamos: ¿por qué no hacer sesiones de relajación con todos aquellos usuarios/as que están encamados o en cuidados paliativos? Y nos pusimos manos a la obra.

¿Cuánto tiempo le dedicas aproximadamente a tu actividad de voluntariado a la semana?

Lo que me gusta es que todas las actividades de voluntariado se plantean desde la voluntad, no como algo obligatorio a hacer de forma semanal, mensual etc. En función de mis turnos de trabajo, y de mi vida personal, le propongo a Isabel una día (normalmente cada 15 días), y ese día hago el taller de relajación, siempre supervisado por ella. En estas sesiones, estamos unos 8-10 minutos con cada usuario, y mientras se hace la actividad de relajación, ponemos música tranquila y mantras.

Además Jesús, educador social, nos informa a todos los voluntarios/as sobre las actividades que se van a llevar a cabo en el mes en curso, y ya cada uno de nosotros/as le decimos a cuál de ellas podemos acudir para ayudar.

“El tiempo que dedico a los demás me aporta libertad, felicidad y satisfacción personal”

¿Qué destacarías de tu experiencia de voluntariado?

Para mí supone sentirme útil. Muchas veces mi recorrido es de casa al trabajo, y del trabajo a casa. Para mí, el tiempo que dedico a los demás me aporta libertad, felicidad y satisfacción personal.

Como anécdota, comentar que algunas de las usuarias me han pedido que vaya por las mañanas a arreglarles las uñas, entre otras cosas, y lo más gratificante para mí es escuchar lo agradecidas que están conmigo. Para mí eso vale más que todo el oro del mundo.

También debo decir que las salidas de café-tertulia y/o salidas culturales me encantan, puesto que ofrecen una relación con los usuarios/as y sus familiares fuera del contexto y espacio laboral.

Me gusta proponer mis ideas, mis inquietudes y sobre todo ver que son escuchadas y puestas en práctica cuando son posibles.

¿Y cuáles son, de acuerdo a tu experiencia, los beneficios más destacados de la tareas que realizáis el voluntariado de “Las Fuentes” en las personas mayores?

La realidad que vivimos a diario, es que cada vez las personas usuarias que entran son más y más dependientes. Todas aquellas actividades que como voluntarios/as podíamos hacer hace seis años, como por ejemplo un taller de prensa, “cuenta libros”… etc., son actividades inviables hoy en día en el centro, dado el alto deterioro cognitivo que presentan nuestros usuarios/as.

Lo que más necesitan los mayores es tiempo de acompañamiento, de cercanía, el tú a tú, una caricia, una sonrisa. Ese es el mayor beneficio.

Cada vez es más importante ayudar a la hora de llevar sillas en nuestras salidas de café-tertulia, o acompañar a personas usuarias en paseos pautados, también se nos tiene en cuenta en todas las festividades mensuales, a la hora de organizar usuarios/as por salas y/o como figura de referencia, junto al equipo profesional para todos aquellos grupos que colaboran de forma altruista con nosotros.

Cuéntanos alguna experiencia en tu labor voluntaria que te haya marcado especialmente.

El año pasado, en el XXº Aniversario, los usuarios/as nos sorprendieron con un vídeo de agradecimiento. Además, nos entregaron una banda honorífica como los mejores voluntarios. Nunca olvidaré ese día y esa comida con mis compañeros voluntarios.

Dentro de mi taller de relajación, debo reconocer que tengo predilección por una usuaria, porque cada vez que trabajo con ella, noto su energía, tiene una “luz” especial que me transmite y me motiva para seguir creciendo como persona.

Para finalizar, ¿te gustaría añadir alguna cosa?

Sí, gracias por la oportunidad. Me gustaría animar a las personas a que dediquen un poco de su tiempo a ellos mismos. Si no nos cuidamos a nosotros mismos, no podemos ayudar a los demás.

Los ejercicios diarios de relajación y meditación son esenciales para poder vivir el día a día de forma positiva y con una visión más amplia de la simple rutina, dejando a un lado el estrés y los agobios.