En España, el 32’4% de la población penitenciaria se encontraba en paro antes del ingreso en prisión y el 35’8% solo contaba con recursos procedentes de la economía sumergida. Además, entre el 70% y el 80% de las personas reclusas están privadas de libertad por delitos relacionados con las drogas. Frente a la exclusión social y las drogas, Fundación Atenea llama la atención sobre la necesidad de trabajar en las cárceles la atención psicológica y social de los/as internos/as con adicciones y su inserción laboral para evitar la reincidencia.

La cárcel se ceba con la exclusión social y las drogasLa cárcel se ceba con la exclusión social y las drogas. Actualmente, entre del 70% y el 80% de las casi 77.000 personas que hay en las cárceles españolas están privadas de libertad por delitos relacionados con las drogas, bien por consumo de sustancias, bien por lo que se conoce como delito funcional: acciones cometidas bajo la influencia de las drogas o con el fin de conseguirlas (tráfico, agresiones, robo, contrabando de estupefacientes, delitos contra la salud pública). A su vez, la proporción de personas internadas en prisiones con antecedentes de inyección de drogas es muy elevada (25,2%), así como el porcentaje de personas que consumían alguna droga antes de entrar en la cárcel, que es del 79,7%. Sin embargo, sólo entre el 19% y el 21% de las personas reclusas drogodependientes es tratada de sus adicciones.

Por otra parte, el 32’4% de las personas que delinquieron y entraron en prisión se encontraba en paro antes de su ingreso y el 35’8% solo contaba con recursos procedentes de la economía sumergida. Sólo un 5% de las personas reclusas en España tiene estudios universitarios.

En cuanto a la reincidencia y al currículum judicial, 2 de cada 3 personas presas regresa a la cárcel por nueva condena y un 13% de la población penitenciaria había estado ingresada, antes de llegar a prisión, en un centro de reforma para menores.

Para la Fundación Atenea, datos como éstos demuestran la necesidad de trabajar en las cárceles la reinserción social de las personas reclusas en general y reclusas con adicciones en particular, tanto en programas de atención psicológica y social como de integración laboral en el medio abierto. Solo mediante una reinserción efectiva es posible evitar la reincidencia y romper la inercia de exclusión social de las personas reclusas y ex reclusas.

En el ámbito de prisiones, la Fundación trabaja para reducir los daños derivados del uso de drogas y mejorar la calidad de la atención prestada a las personas con problemas de adicción e incrementar la tasa anual de personas con problemas relacionados con las drogas que se insertan adecuadamente al contexto social y laboral. 584 ONG trabajan actualmente en cárceles de toda España.

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Fuente: Fundación Atenea